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Foto del escritorEl Camino del Yak

Vivir sin puerta, sin camino, sin esperanza.



Todo ser humano necesita una puerta donde tocar, una puerta abierta donde entrar y descansar. El camino es fatigoso, satura, cansa, debilita.


Todos nos levantamos cada mañana a correr, a trabajar, a gastar energías. Nos movemos, pero como sin camino, y sin puerta donde entrar a reposar.


De modo que vivir es como danzar alrededor de sí mismo, sin dirección y sin horizonte. Al no tener camino, no sabemos lo que es extraviarse y encontrarse. Simplemente vives sin camino, sin brújula, sin puerta a donde llegar.


Encerrado en tu propio ego, no sabes de GENEROSIDAD, de abrirte, de preocuparte por los demás para ejercer los 4 verbos de la humanización: dar, recibir, compartir y preocuparte.


El camino de vivir es para dar, para recibir, para compartir con otros, para preocuparte.

Si no hay preocupación el camino no te devuelve. El camino, no posee PUERTA, y por lo tanto no hace regresar al hogar. Sin preocupaciones la puerta no hace que regreses a ninguna parte, ni hacer nada por otros.


Preocuparte es el sentido de la puerta que hay que volver a tocar para preguntar por los que están ahí detrás de la puerta y lo esperan a usted.


Y en ese vivir sin CAMINO, estás lleno de dudas, de encierros lastimosos, ya no crees en nada, ni en Dios a quien sacaste del corazón y de los pensamientos. Lo que sabes es que no crees como cuando eras niño. Dejaste las preguntas. Está bien, pero por qué no haces preguntas adultas para ver si consigues respuestas ADULTAS.


SEMANA SANTA es una época-PASCUA que cierra el año y está en la frontera con el año siguiente: por qué no sacas unos ratos, para preguntarte por el futuro, diseña una puerta, traza un camino, ponle luz.

Reoriéntate de nuevo. La vida no tiene sentido, pero es a ti a quien corresponde DAR SENTIDO. El camino está nublado, las instituciones no animan, todo lo contrario, DESANIMAN, generan muchas dudas, incluso la Iglesia está borrosa, genera molestias, incertidumbres, incoherencias, malas sensaciones.


Yo sé que ya no crees, que Dios interesa poco, o al menos el Dios que te envolvieron cuando eras niño. En ese, para comenzar, no crees.


Las preguntas yo no tienen respuesta, el interés tampoco se manifiesta. La desilusión es total. Lo que, si te advierto, es que Dios está VIVO. ¿No cierres la puerta, estás listo para recibir alguna llamada? Espero despertar alguna curiosidad por el camino, por la puerta, por el hogar diferente de la fe, por tus inquietudes.


Al menos comparte en algún grupo esas inquietudes, esos momentos de desilusión, tus angustias no manifestadas con respuestas serias. Júntate con alguien donde puedas hacer preguntas, sacar la rabia, expresar tus vacíos sin llenar, esculca tus sensaciones manifiestas de engaños infantiles, tus desalientos superpuestos con el tiempo y sin haber sido llenados de forma útil.




Es importante cómo formar un grupo de buscadores, de estafados en las religiones, por mucho tiempo, en vislumbrar nuevos panoramas que ayuden a conformar renovados en creencias y nuevos ángulos vitales que fortalezcan las dinámicas religiosas y las posiciones trascendentes.


Muchos se aislaron por estudiar, por conseguir trabajo, por resolver otros conflictos de orientación, de ubicación, de poder producir, por formar un hogar y sacar una familia adelante. Y en todos esos AVATARES, perdieron el Camino y la Puerta de Dios. No tocaron, se envolataron, perdieron el rumbo, agotaron las preguntas y nunca encontraron respuestas, y en todo ese camino penoso la iglesia de oscureció del todo. Como si todo se hubiera convertido en mueca, en pesadilla, en caricatura de la iglesia por las conductas de sus sacerdotes y las posturas de obispos y autoridades varias.


Sientes que el vestido de niño, ya no te sirve, pero cómo encontrar un sastre que tome otras medidas y te ajuste el traje de ADULTO.


Para organizar de nuevo un vestido adulto adecuado, debes hacer las paces con los padres, reparar algún aborto, sanar varias heridas, perdonar muchas violencias internas y externas que te lastimaron, reconocer errores de tu pasado, volver a generar preguntas, “reparentar” tus dolores, animar tu pasado oscuro que tanto te genera culpas y horrores. Sanar las pérdidas y los dolores emocionales. Levantar las imágenes de madre y padre que te causaron hundimiento e incluso vergüenza. Cicatrizar golpes infantiles y adolescentes que ocurrieron, y no sabes el daño que te hicieron. Los traumas sexo-genitales y afectivo-sensoriales que te generaron dolores y miedos de por vida. Encuentros llenos de inconvenientes que tuviste con personas tramposas y tóxicas. Los miedos y las frustraciones de vivir en pareja y en familia, las desilusiones con los hijos y cercanos.

Todo este cúmulo de sensaciones ha ido borrando el CAMINO, anulando la PUERTA, generando toda la desesperanza de la vida. Y al otro lado de la puerta, se quedó Dios sin figura humana que despertara animo e ilusiones serias. Dios se volvió una bola de nieve sin motivos humanos y trascendentes.


¿Sientes que estás extraviado? ¿O que ni siquiera posees camino? Mucha gente tiene preocupaciones, pero sin puerta donde tocar. La rutina de vivir se lo come, lo fatiga mas de la cuenta y vive como anestesiado. Pareciera que no conoces la alegría de crecer y renovarte porque todo es cotidiano. Vives como perdido sin dirección y sin horizonte.


Por haber abandonado el camino, descubres que la religión no es cumplir requisitos, ir a misa, pensar en Dios, tener memoria para las cosas espirituales. Vivir en el Camino es estar centrado, aunque hay retrocesos, obstáculos, momentos dolorosos, pero hay CAMINO, y eso sitúa como VIAJERO. Hay PUERTA, pero debes tocar con humildad, no es atropellando, suave como para que un alguien te abra.


Estos días aciagos de sufrir confinados cada uno encerrado en su casa, sin salir, colaborando con la salud de los otros. Teniendo cuidado con no regar el virus que se expandió desde la China y nos obligó a ponerle cuidado al CORONA-VIRUS. Qué vamos a hacer cuando volvamos a salir, abrir las puertas y a vivir otra vez afuera.

Comenzar un EXODO nuevo, una pascua distinta que nos cambie de forma profunda y seria.

Sábado Santo 2.019

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