Una crisis MANIFIESTA que algo no anda bien, que está pasando un momento difícil, que la armonía no está fluyendo, que el organismo está fallando. Pero algo mas profundo: una CRISIS, es reveladora y realizadora de otra forma de vida.
Las crisis revelan, descubren otras formas de ser la realidad; en este caso que la lucha de contrarios sobresale. Que las dualidades de las concepciones salen del subconsciente al consciente. Que lo virtual se manifiesta como real. Que lo oculto, desea mostrar sus realidades luminosas que están por salir y destapar lo tapado.
Las fuerzas oscuras, sobresalen de repente para que la presencia salga a la luz, lo invisible sea destapado. Por todo esto es REVELADOR.
Pero es también REALIZADOR, porque de muchas formas manifiesta que la vida no es lineal, ni una secuencia lógica del tiempo que se desenrolla, sino una discontinuidad llena de rupturas, baches, y sobresaltos. La vida es todo un mecanismo de modificaciones que entran en perturbación desorganizada.
La naturaleza cambia con las estaciones, en orden exacto: primavera, verano, otoño, invierno y se turnan con exactitud. Pero las estaciones humanas son caprichosas; no poseen orden, de muchas maneras aparecen con otros órdenes aleatorios y dolorosos para el ser humano que las sufre.
Por eso, CRISIS en griego es DECISION. Porque en la INCERTIDUMBRE que genera una crisis, se necesita la toma de conciencia para que del diagnóstico brote la DECISION, moverme para empezar a reorganizar el desorden. Toda incertidumbre niega las posibilidades de acción, de decisión, de cambio y de transformación. Por eso ante tanta indecisión, es necesario la DETERMINACION, para salir adelante. Buscar reorganizar los desórdenes y las parálisis.
Crisis es cambio, que invita a dejar la quietud, para inscribirse en la EVOLUCION.
El componente de la crisis, que es como la sabia que corre por las venas de la “planta humana”, es fundamentalmente la PERTURBACION.
En crisis, todo es desorden. Campea la DESREGULACION. Por eso la clave está en hacer, en tomar decisiones, en buscar instalar compromisos con la realidad desordenada y en caos. Juntar los antagonismos, prepararse para investigar nuevas fórmulas de vida, ensayar otros caminos. En cualquier CRISIS, todos los componentes entran en dialéctica cruda, porque se mezclan las interacciones, se organizan las combinaciones, las fuerzas competitivas saltan para re-ubicarse de nuevo. Hay antagonismos y solidaridades. Búsquedas prácticas y mágicas. Por eso toda Crisis es un concepto mas rico y creador. Aparecen las perturbaciones, los desórdenes, las desviaciones y los antagonismos. Las fuerzas de la vida y las potencias de la muerte luchan denodadamente.
Toda crisis es ambigua, incierta, pero puede regenerar y reorganizar la realidad de formas iluminadoras. Por eso es riesgo y oportunidad. Es riesgo porque está expuesta a la muerte y es oportunidad por ser fuente de vida. Toda crisis hace saltar fuerzas desintegradas, pero otras veces de reintegración. Anuncian la muerte, pero asoman con la vida. Desatan procesos sanos, pero anuncian brotes patológicos.
Porque toda crisis tiene carácter ambiguo, incierto, transformador: de su revolución pueden brotar alientos progresivos o desánimos regresivos, según las personas lo enfrenten bien, lo integren, o se dejen arrugar y desarticular.
Hay un riesgo porque tiende a la regresión, pero es oportunidad y lanza hacia el progreso. Pero fundamentalmente las crisis llevan las semillas del progreso, de la evolución, de los cambios positivos. Las crisis aparecen en ciertos umbrales temporales y sin aviso. Nos llegan en momentos desprevenidos.
Es desde las zonas oscuras, cuando aparecen fenómenos imprecisos para la visión correcta que nos traicionan los ojos para desatar todas las HIPERCOMPLEJIDADES, que desembocan en cualquier fenómeno CRITICO.
Por eso es necesario acudir a lectores de crisis integrales, para que ellos ausculten los síntomas serios y profundos que acosan al humano, en las antesalas críticas y que puedan ser analizadas bien, para orientar la ubicación en las fuerzas evolutivas, y poder crecer en armonía.
Las crisis saltan en el ser humano porque tenemos unas fuerzas homeostáticas, energías que nos anclan en la perpetuación, en los afanes por la auto-reproducción, por las disparidades de las glándulas que se mueven en diferentes direcciones, haciendo caos de vez en cuando en nuestro cuerpo. Las bajas o descensos mas las alteraciones bioquímicas a los que estamos expuestos mientras vivimos. A los atentados de energía que nos aumentan o disminuyen de forma fácil.
Fuera de todo eso hay unos mapas mentales escondidos que se rayan gracias a las ideas claras o confusas que adquieren los pasajeros de este camino, tan expuesto a errores, horrores, frustraciones, fracasos y éxitos.
Podemos afirmar que el sistema de METAMORFOSIS, nos guía por la vida a todos los seres humanos. (somos huevo, larva, gusano, mariposa, maternidad-paternidad, reproducción y vuelva y haga el ciclo transformador.) De modo que desarrollo es una modificación en cadena cíclica, salpicada de transformaciones, metamorfosis y crisis continuadas. Toda evolución se descompone en movimientos desorganizadores y reorganizadores.
Las crisis fecundan NOVEDADES, y toda novedad alumbra un nuevo suceso y estos provocan miedo al principio hasta que brote la cercanía, la presencia, la asimilación. Toda Novedad, provoca desviación, anomalía, rareza, extrañeza; hasta que se logre integrar y asimilar.
Hasta que la Novedad no genere una RESONANCIA, no puede ser asimilada.
Las crisis son juegos antagónicos, son ritmos oscilatorios, son mecanismos en luchas dolorosas que anuncian anomalías, cismas, distanciamientos. Todas las leyes sociales están en crisis, lo que pasa es que media humanidad está contenta, instalada y conforme en su status, mientras la otra mitad está incómoda, grita un cambio, no se escuchan y si se escuchan, no se les hace caso y las aplastamos.
Leyes de la vida en permanente lucha socio-económica que anima a unos y desanima a otros. Depende de la orilla donde estén parqueados los dos bandos.
Las crisis son como unos incendios que sufrimos, y todo se vuelve cenizas. Ya seamos nosotros como personas, tenemos que volver a nacer como el ave fénix y su mito o que se incendien las cosas y las perdemos. (fotos de arriba).
El ave-fénix, es una leyenda muy hermosa tomada de un pájaro extraordinario en Egipto, que moría por las noches como el sol, pero revivía en cada mañana con su plumaje esplendoroso para renacer cada día, renovándose a sí mismo y poder iluminar la vida con su plumaje rojizo, lumínico, encendido y anunciar la vida. La leyenda del BENU.
Todo en la vida nace, desaparece, muere, cambia, se transforma, revive, nos enseña como un maestro que el bien y el mal se turnan, que la verdad se oscurece con la maldad, que lo vivo es atormentado por la muerte, que el día es amenazado por la noche, que el frio atenta contra el calor, que la ausencia duele, pero la presencia llena y “plenifica”, revitaliza y se convierte en amor.
Que poseemos un ave-fénix por dentro, que hay que dejar salir, porque es una ley de la vida. Solo el egoísmo y los deseos por ser víctima en orfandad, nos aniquila sin probar de nuevo la vida renovada.
Abril 29 de 2.018
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