En psicología hay un signo fabuloso y profundo que nos conduce para poder ser yo, debo quitar a mis padres de encima y abolir la presión de la ley para poder cumplir en su verdadera intención.
Los padres son la LEY. Pero es tan complejo el problema de “hormar la ley”, que necesito quitar a mis padres de manera figurada, para que quedemos la ley y yo frente a frente y al realizar ese duelo, quedo yo para asimilarla, cumplirla, crecer. El DUELO, no es para quitar la ley, ni para que la ley me quite del frente.
Es un ritual de destete. Es un símbolo de irme de su lado, de independizarme. Pero no es para hacer lo que me dé la gana, sino para asimilar la vida de forma adulta.
Hay un intento de dibujar, a raíz de Moisés, este mito. Moisés sube a lo alto del Sinaí, para traer las tablas con la grabación de la ley para el pueblo. Y las gentes cuando baja el Líder, están distraídos y en rebelión para hacer como una huelga contra las tablas que norman y organizan al pueblo para que vivan como adultos serios y autónomos. Ese símbolo bíblico es una narración fundamental, para explicar lo que ocurrió con la Ley cuando le fueron dadas al pueblo para cumplir y organizarse como cultura.
Cuando desciende Moisés, no aceptan; es una forma de “liberarse”, pero esas actitudes les van a traer miles de conflictos, de conductas comportamentales por rebeldía y discordia con la ley.
Por eso efectuar el rito de matar a los padres es ante todo izar la bandera de la independencia, sabiendo que es para mejorar la calidad de vida, para honrar la memoria de ellos de forma viva con la vida responsable, de asumir la SOLEDAD suprema.
Acabar con los padres es para delimitar que ya no hay culpables de las “desgracias” sino que asumo mi vida y todas sus consecuencias. Porque soy yo mismo conmigo mismo que debo vivir ante mi sombra, que ya no son mis padres, quienes me asustan.
Es someterme a cumplir mi vida sin miedos, ni culpas, ni desamparos y en la orfandad mas significativa que pueda existir. Hay que “ahogar a los padres de manera simbólica, en el mar de las cercanías respetuosas.”
Tirarlos al mar, para quitarse el peso de la ley, del mandato, de las reglas que aprisionan, pero son necesarias.
Un padre es ante todo COMUNICACIÓN, con la palabra y la presencia. Esa figura paterna, marca la autoridad y la responsabilidad. Cuando “se separa” de la figura paterna es porque el hijo se responsabiliza y asume que va a manejar su propia vida, ya el ejemplo lo empujó. Pero hay un tercer elemento: PROTECCION, cuando nos vamos de la casa es porque estamos listos para proteger o un símbolo de sabernos cuidar.
2.
Es necesario enmarcarnos que hay 4 fases del crecimiento en la ley para ser humanos: Dependencia, Anti-dependencia, Independencia y la Inter-dependencia.
La vida es impuesta y nacemos-crecemos en DEPENDENCIA. Nacemos llenos de dependencias familiares, educativas, sociales, intelectuales, morales, de salud, de leyes, de conductas repetitivas para formar el carácter y las disciplinas.
Nos enseñan a repetir las rutinas del día y de las semanas para aprender a organizar las realidades, y estos movimientos nos incomodan. Nos da rabia, nos altera, nos saca de quicio. Pero así se desliza la vida en sus comienzos.
A medida que pasa el tiempo, esto no talla tanto y además aflojan las presiones. Pero de todos modos la vida está compuesta por esta fase y es de por vida.
Al ir creciendo adviene una fase de desligarnos de las dependencias y saltan las Anti-dependencias: arrasar con las leyes, burlarnos de la autoridad, reaccionar contra la vida. Queremos hacer nuestro plan e itinerario de vida sin que los otros se entrometan. Nos da rabia lo que recibimos, nos creemos mejores y poco afortunados. La vida nos talla y sobre todo las dependencias con nuestras figuras paternales, a quienes queremos descabezar y huir de casa.
Queremos zafarnos de las dependencias. Nos tallan los horarios, las disciplinas impuestas, el hogar donde vivimos y soñamos con irnos.
Dar el grito de la INDEPENDENCIA, es para ir lejos de casa, pero al mismo tiempo regresar a ella, hacer presencia. Irse, pero con al apoyo, la bendición y el permiso. Hacerse independiente es todo un grito de libertad. Pero se traduce en cumplir las leyes, hacerse adulto, asumir la vida, ser mas responsable que los mismos padres que nos enmarcaron en esas realidades tan serias y comprometidas.
Ahora, si los padres, o uno de los dos, no cumplió; no interesa, la clave está en asumir las realidades de las leyes por cumplir. Y los ejemplos por superar.
Comenzar 7 independencias:
1- Manejar el espacio y responsabilizarse de él.
2- Organizar los tiempos y tener ordenado las 24 horas los 7 días de la semana. Proyectar el año y etapas de la vida.
3- Ganarme el dinero y ser ordenado en gastos-ahorros e inversiones.
4- Disponerme para compartir la vida con otra persona.
5- Crecer como persona de forma integral.
6- Tener criterios firmes y saludables.
7- Marcar a otros y dejar legado.
Organizar el todo de la vida de forma INTER-DEPENDIENTE.
La vida se vive y se comparte con otros, no se vive solo. Nadie puede mirar al otro como pintado en la pared, Es necesario el dialogo, la conversación, las vinculaciones, el compartir, celebrar rituales, estar presente.
3.
Esto de “matar al padre”, “arrojar al mar a las figuras paternales”, es toda una figura simbólica muy clave dentro del psicoanálisis, es todo un planteamiento tomado de Freud quien experimentó una serie de inquietudes cuando analizaba a sus pacientes, llenos de amargura, de agresividad, de malestar contra los padres. Y los invitaba dentro del proceso de limpieza emocional a “desterrar la figura paterna” para vivir suelto, sin fricciones y que la vida pudiera fluir al sacudirse la presión paterno-materna.
Y lo mismo se puede hacer, de hecho, ocurre cuando se separan las parejas y uno de los dos hace de “padre inflexible o de madre tormentosa”.
Esto mismo sucede cuando hay una “amistad secante” y uno de los dos, toma la determinación de quitar la “mancha”.
Es necesario desprenderse de un trabajo, de rutinas agresivas y maltratadoras, de lugares que fatigan, de cambios bruscos de vida. Eso ayuda mucho si se hace bien ordenado.
Incluso entre hermanos, hay rupturas inexplicables, puedes ser reacciones de fatiga emocional. A veces no se comprenden, pero son reales.
Hay gente que de pronto y de forma intempestiva, cambia 180 grados de rumbo en la vida y abandona lo que hacía, para experimentar otras rutinas.
Son rezagos de “matar las figuras que asustan y dan miedo. ¡Una liberación! Muchas veces sanan.
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