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Foto del escritorEl Camino del Yak

Neurosis como necesidad vital



La neurosis es un mal manejo de la realidad. Debido al sistema nervioso central que disparatado empuja al paciente a vivir a la deriva de unos trastornos motores y sensoriales.


Pero en medio de todo necesitamos unos componentes afectivos que nos impulsen a vivir de manera orgánica. El problema es cuando se vuelve obsesión y descontrol.


Hay unas fuerzas neuróticas:


1- Necesidad de afecto y reconocimiento. (que sea real, y no puede ser a toda hora y como yo quiera que me quieran). No me puede generar ansiedad ni agresividad las respuestas porque “no me quieren”.


2- Necesidad neurótica de vivir en pareja y que alguien me guie-sostenga-de seguridad.


3- Necesidad neurótica de ejercer el poder.


4- Necesidad neurótica de explotar-llamar la atención-ejercer violencia.


5- De prestigio social, atención sexual.


6- De logros personales e independencia.


7- De perfección, de todo derecho-recto.

Para Karen Horney, lo principal en el desarrollo de la personalidad está en el SELF, como eje central que construye al ser humano. Donde yo mismo, me construyo mi propio ser. Vivimos enclavados entre el ser-ideal a donde quiero llegar, caminar, ordenar mi ego y el self “DESPRECIADO”, donde me pisoteo, donde me denigro, y dejo que los demás me rechacen. Donde los errores y hundimientos me sepultan. Y entre esas dos fuerzas se nos va la vida. Como quien dice “hacia-arriba” o “hacia-abajo”.


Aquí en estos movimientos se desatan unas tiranías muy groseras que nos destruyen por fuera y por dentro: la lucha por la gloria, o la tiranía de los posibles.


Entonces, se presentan los tres tipos de personalidad que analiza Horney:


el sumiso quiere ser visto como sacrificado, dulce y santo. Y hace todo lo posible por vivir así en la oscuridad.


Los agresivos quieren ser reconocidos por fuertes, ganadores y exitosos. Les gusta vivir en las pantallas.


Y los introvertidos-miedosos que todo les salga perfecto para no defraudar, ser respetados por independientes y reservados.


Para Karen Horney, es importante hacer autoanálisis para estar revisando el carácter según cualquiera de estas tres posiciones y controlar de forma sana las tendencias neuróticas que podamos pretender.


Psicóticos, neuróticos y paranoides.


En principio el psicótico es perseguidor, abusivo, invasor, explosivo. Violaciones sistemáticas de la ley.


El neurótico, es quejumbroso, hostil, avergonzado, triste y bajo de estima.


Los paranoides, se sienten perseguidos, vigilados, desconfiados, sospechosos. Estos vivieron humillados y descalificados en la infancia. Les cuesta mucho manejar la angustia.


Les irrespetaron sus límites en la infancia, adolescencia. Los paranoides, por la general validan su fuerza personal con los desafíos ante la autoridad.


Para protegerse de la angustia los seres humanos recurren a mecanismos de defensa con los que intentan superar el problema: represión, proyección, negación, desplazamiento, intelectualización. El arte está lleno de imágenes donde se pintan-expresan los mecanismos de defensa. Bares, tabernas, mesa con alcohólicos.


Los neuróticos sufren de envidia, celos, rabias, inseguridades, depresiones, con mayor frecuencia y severidad que otros individuos. Miran la vida como amenazante y negativa.

William Cullen acuñó este término después de mucha observación en pacientes culpabilizados, negativos y angustiados.


En estos momentos difíciles de CONFINAMIENTO, es necesario revisar y vigilar como pueden ser nuestras reacciones al silencio, al encierro, a las rutinas, a la vida rara que estamos viviendo por el enclaustramiento, la incertidumbre, la desesperanza, la falta de acción y el no poder producir el dinero. El aislamiento nos puede hacer daño.


Hay que estar alerta para que la neurosis no se alborote y no se aumente en nosotros la desesperanza y las ruinas personales. Ser positivo y con sanidad mental que en cualquier momento se desajusta.


Como la neurosis es una “visión” de la vida que en cualquier momento se oscurece, es necesario vivir alerta para que el cerebro no se desconfigure y por lo tanto la realidad se nos obnubile.


Recurrir a actividades interiores que cada uno según gustos, cualidades y posibilidades podamos ejecutar en casa: ejercicio, jugar, escribir, colorear mandalas, escuchar música clásica, hacer creatividades, manualidades, expresiones artísticas, bailar, yoga.

Muchas cosas y realidades con tal de no desajustar la salud mental.


Abril 18 de 2.020

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