Una obra de teatro escrita por Alejandro Casona en 1.949. Desarrolla una historia tejida entre la vida y la falsedad. Es una mezcla como ocurre la existencia entre la verdad cruel y la mentira que endulza la vida por un rato. Unos senderos de la vida son reales y otros atajos son oscuros y creemos que estamos ganando terreno y tiempo. Hay un cierto sentimiento de alegría que la trampa nos plenifica. Toda mentira sostiene por un tiempo un estado emocional, pero luego cambia.
La obra teatral en resumen es así: unos abuelos viven con su nieto Mauricio. Este es pícaro, malandro, difícil de convivir con él. Un día el abuelo lo sorprende robando de un cajón de la casa. Y lo echa. Este se va y dice la narración que como polizón viaja a Canadá, 20 años sin dar señales de vida. Allá comete miles de fechorías, vive entre lo oculto y los pillajes. Roba y hace maldades.
Durante todo ese tiempo el abuelo inventa escribir unas cartas a la abuela, para que no se deprima. Y le escribe buenas noticias: inventa que consiguió trabajo, que está estudiando arquitectura, que vive muy bien, que se casó, que tiene una familia adecuada y mas noticias positivas que alegran de manera infame a los abuelos, que viven en esas ilusiones. Al cabo de 20 años, manda un telegrama en donde anuncia que regresa a Casa.
El abuelo prepara todo. Incluso que el barco naufraga y perecen todos los ocupantes. Tristeza total. Pero la noticia la oculta el abuelo a la abuela. Recurre a una estratagema; consigue una pareja que reemplace al nieto con señora y todo, que llegan a la casa de visita.
Reciben a la pareja que simulan muy bien todo el drama. La abuela feliz, siente que los 20 años de ausencia, se llenan.
Mas tarde aparece “el verdadero Mauricio”, el nieto quien no ha naufragado porque no venia en ese barco específico del telegrama. A reclamar un dinero como herencia y perjuicios que sufrió. El abuelo es chantajeado.
En ese debate, la pareja que hacía de Mauricio con señora, saben y tratan de convencer al Verdadero Mauricio de cómo se le ocurre chantajear a los abuelos. El impase es doloroso. Pero la abuela que ya para ese momento de la obra ha caído en cuenta, de la realidad, destapa la falsedad con la que todos han vivido y expresa al final YO ESTOY MUERTA HACE TIEMPO, lo que pasa es que soy UN ARBOL DE PIE.
ANALISIS DE LA OBRA.
El drama mezcla de manera fabulosa la vida con la farsa. Unos ratos aparecen los diálogos reales y por otro lado la mentira escondida para que aparezca como realidad. Las mentiras son una forma de esquivar la vida. Cuando una persona es tramposa no anuncia su nombre real ni el barco donde va a hacer el viaje; por eso el buque del drama naufraga, pero allí no viajaba el viajero malandro ni ese era el barco, del anuncio con el telegrama.
Son dos miradas diferentes en la vida la del pícaro y la del sano para existir. Los malandros ven la vida de forma diferente al limpio de corazón. Así como hay dos clases de relojes: el de la espera marca muy despacio y el de la despedida, que nadie asegura cómo se mueven las agujas, depende de quien vigile el reloj.
CUARENTENA ACTUAL.
A la luz del drama podemos analizar varios aspectos.
La Tierra Madre, o el universo entero es nuestra CASA. Allí cometimos todas las fechorías de “nieto malandro”; nos hemos portado muy mal. Robos, asesinatos, violencias, despilfarros, abusos de poder, desordenes de todo tipo, falta de respeto, agresividades, descaros infames, saqueos, revoluciones sin ton ni son, incendios a bosques, deshonra a la madre, envenenamiento de aire, aguas y tierra. Basura y desorden por todas partes.
Corrupción y desfalcos. Minas ilegales con todo el asalto posible a la indiferencia humana. El fondo marino lleno de suciedad y cementerio de residuos infelices. El oro de la tierra, sacado sin permiso y revolcando la tierra. Con todo el desorden posible de minas saqueadas.
La vida se pone triste, el virus salta a la superficie y nos da lecciones, pero pareciera que no nos importa, que fuera de eso hacemos trampa, que el castigo no nos hace tomar conciencia de nada serio. Como que cada uno chantajea a los abuelos, a la vida, a la tierra madre.
Nuestros bosques asolados y maltratados en su vida interior, son derrumbados de manera brutal. NO mueren de pie, sino derrumbados sin poder reponer con la resiembra y el cuidado con el medio ambiente, derrumbando de mil maneras para agotar y colaborar con el calentamiento global.
Es necesario reflexionar a la luz del drama-teatro: Con cuales ojos vemos la realidad. Durante el drama hay unos párrafos fabulosos a partir de unas preguntas; ¿de qué color tiene los ojos la Monalisa? ¿Cuál es el color de los ojos de una sirena del pacifico sur? No sabes no. Mas fácil de qué color son mis ojos. El otro no responde, no se han mirado fijamente. Nosotros no hemos podido mirar a los ojos a la Naturaleza, con ojos limpios, tiernos, humanos, con respeto. Miramos de forma sesgada, sucia, malévola, con ojos maliciosos. Tenemos trampa en la mirada sucia.
Pero le responde con poesía; tus ojos por la mañana cuando despiertas son azules, a media mañana cuando haces oficio son ojos color miel, al medio día son verdes intensos, por la tarde cambian mucho porque cuando haces silencio y te ausentas tienes el color de la muerte. Así miramos la vida de la tierra, de la madre. Con ojos malandros.
Cuando uno de los dos, manda-abusa, acaba con el otro, lo ofende. La vida está hecha para obedecer los dos, mutuamente. El verdadero amor y respeto está en convivir juntos, en darse gusto, en hacer por el otro, sacrificios, en perdonar las antipatías, pero corrigiendo los abusos.
Una manzana es una NATURALEZA MUERTA, la manzana está pintada en los bodegones de los cuadros artísticos, sin vida, aunque tengan color y formas. Pero una manzana real cuando es OFRECIDA a quien se quiere toma vida, tiene olor y sabor, textura y emoción. La manzana sabe, si es regalo a otro a quien se quiere.
La curiosidad se expande; a quien la regala, al que la recibe, a quien la saborea, a quien disfruta viéndola comer a la persona amada. A quien la cultiva, a quien la vende, a quien la siente en su boca.
La vida es muy distinta para quien se va de la CASA, y para quien sufre porque el otro se fue y mas si ha cometido actos malandros y groseros. Los relojes marcan distinto las horas tanto para quien huyó, como quien espera el regreso cambiando de actitud y de ojos.
Los arboles mueren de pie, es una obra sobre nuestra vida, que narra nuestra existencia. Historia es algo muy hermoso si nos relata una transformación, un cambio hacia la bondad. Cuando es dañina y grosera es una historieta de terror, como la que vivimos en la TIERRA, hoy con todo el desagrado posible y obsceno.
Ojalá cuando pase le momento difícil que estamos viviendo a raíz del VIRUS, la historia sobre la tierra sea diferente. Sin farsas de ningún tipo.
Tendrán que cambiar las farsas de la O.E.A, del FONDO MONETARIO INTERNACIONAL, de la ONU, de la OTAN, de la Organización Mundial de la Salud, del BID, de la F.A.O. que mienten, que trafican, que ocultan, que se burocratizaron, que desvían la información, que hacen promesas incumplidas, que dictan estadísticas falsas y llenas de inconvenientes. Unos organismos que perdieron su razón de ser y tocaron fondo con esta pandemia. Llena de magos, los mejores estudiantes de la universidades famosas y caras, sabios y adivinos y el virus les metió gol y perdieron el partido al final. (y nos hicieron perder a todos).
Los gobiernos tendrán que revisar si el dinero que tienen para INVESTIGACION es adecuado y suficiente, porque este virus nos tomó no solo de sorpresa, sino que desnudó nuestros límites. Nos hizo ver que la verdad quedaba lejos…y la farsa muy dentro de todos.
Que el VIRUS amenazó todo el bosque de la tierra, de la vida, de la humanidad. Que murieron muchos arboles de pie, y otros quedaron heridos de muerte y con enfermedades sin vacuna. Que los sistemas de SALUD en cada país son mediocres y desordenados. Que son incapaces de dar seguridad y protección a los enfermos.
Así nos dejó la pandemia el panorama de la tierra, del agua y del aire, qué pena con la humanidad. Hasta allá llegamos en desorden y maldad.
Mayo 4 de 2.020 a G.C.M.T.
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