Parece ser que la vida atropella de tres formas de manera inmisericorde: accidente natural provocado por la naturaleza en si, como puede ser una tormenta-avalancha, o una enfermedad infantil, un accidente mecánico y un accidente cometido por un humano.
Tres accidentes: natural, mecánico y humano. Podemos ser lesionados por los tres o cualquiera de los tres.
Frida Kahlo, aquella artista con orígenes españoles, alemanes, nacida en Coyoacán México en 1.907 y fallecida en 1.954 sufrió las tres graves cornadas de la vida: poliomielitis a los 7 años, un noviembre de 1.925 el choque entre un autobús y un tranvía en la Capital lo que la sometió a una convalecencia penosa, pero que de alguna forma le ayudó a descubrir su misión artística y con un espejo suspendido en el techo y un caballete adaptado a su cama, aprendió y ejerció el papel de pintar su dolor, emociones y pinturas internas.
Cuadro pintando su nacimiento doloroso.
Su vida es como una letanía inmensa de dolor por doquier. Que al final y después de miles de crisis, le amputan la pierna derecha debido a una gangrena, como consecuencias de las secuelas del accidente de 1.925 aquella noche de septiembre cuando sufrió el choque entre un bus y el tranvía.
Mas tarde, ella misma lo expresará; el accidente humano mas grave de todos, fue haber encontrado el pintor muralista Diego Rivera con quien contrajo matrimonio, pero relaciones intensas, apasionadas y llenas de dolor siempre fueron una tormenta interminable con separación y nuevo reencuentro para una segunda boda, tan fatal como la primera.
2.
Sus pinturas aludían a su mexicanismo, procedimientos primitivistas, precoloniales, llenos de “color mexicano”, mucho auto-retrato. Pinturas humanas llenas de animales. Con tendencias a lo expresionista de la vida y sus dolores. Sus lienzos son llenos de dolor, de tragedia, se pinta ella misma naciendo.
Dijeron de Frida que era pintora surrealista, pero jamás pintó sus sueños; las pinturas solo le alcanzaron para expresar su vida llena de dolores, accidentes y durezas.
Siempre fue UNA MUJER TRANSGRESORA de las reglas, de la vida, de la realidad. Se pintó a si misma con muchos auto-retratos porque vivía sola y no le alcanzó la vida sino para conocerse a sí misma. “Para qué quiero mis pies, si tengo ALAS”. La libertad era para ella su sueño y su meta. Vivió persiguiéndola detrás de cualquier experiencia y jamás la pudo alcanzar. Era como prisionera de sí misma dentro de sus dolores y sufrimientos.
Sufrió abortos e intentó suicidio en varias ocasiones: El accidente en el autobús con el tranvía le quebró la columna vertebral, le lesionó la vagina, las caderas, las dos piernas, el brazo y el hombro. Se vio sometida a unas 30 cirugías que atormentaron su salud llena de fragilidades y sufrimientos post-operatorios.
Pero las pinturas y la poesía la liberaron de la locura.
Llegó a pintar un cuadro auto-retrato con dos mujeres iguales, como para darle arte a su “esquizofrenia”; una vestida de europea y otra de mexicana. Unidas por el corazón y unos hilos amorosos.
Exagera sus rasgos físicos sobre todo de la cara. Sufre no solo de salud física frágil sino dolores por las múltiples traiciones de Diego Rivera. Al final de su vida cuando le han dado refugio a León Trotsky, del partido comunista en su casa, brinda la oportunidad de infidelidades con el recién llegado. Verdad que molesta mucho a Rivera. Pocos días después viene la muerte de Trotsky y ella queda involucrada en la sospecha. Rivera la convida de nuevo a California y se casan por segunda ocasión.
Regresan a México y es el final de la vida de la Kahlo. Habilitan la CASA AZUL, como lugar de museo Kahlo, que todavía se conserva con las obras (pintó 200 cuadros).
12 de enero 2.020
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