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Foto del escritorEl Camino del Yak

Los hijos heredaron un cerebro compulsivo de nosotros



Solamente la maquinaria que forjamos en Colombia, de los 7 pasos para producir coca, es el símbolo de nuestro deterioro. Y a esto añadimos que en los colegios y en las casas suprimimos la enseñanza de la ETICA. Resolvimos que sin ética podíamos vivir. Creamos el negocio de la cocaína y quitamos las conductas de la sanidad comportamental.


Vivimos como hienas entre lobos, depredadores contra víctimas en un sinnúmero de fechorías y trampas económicas y emocionales. Desarrollamos violencias intrafamiliares en vez de vivir con corrección y bondad ética, nos maltratamos en familia de formas descaradas como entre enemigos y extraños. Nuestro cerebro posee emociones enfermas y rastreras. Los diálogos no existen y sí las peleas y las confrontaciones.


Eso para no ahondar en otros desperfectos que hemos ido realizando para hundir al país en una maraña de corrupción, desajustes emocionales, el olvido de Dios y la pérdida de significado de la vida responsable y solidaria a donde hemos ido a parar, sin rumbo y con una agresividad desmesurada. A todo esto, vivimos sin leyes con la justicia arrinconada, amenazada, sin funcionalidad y llena de trampas por todos los códigos penales, civiles, administrativos, comerciales, institucionales, relacionales e internacionales. No respetamos la ley, ni individual ni en colectivo.

Comencemos por la “maquinaria que patentamos” con todos los “pasos inteligentes”:


1- Derrumbe del bosque para preparar praderas.


2- Siembra y cultivo de la coca,


3- Producción a gran escala, con investigación y rotando,


4- Procesamiento en “cocinas y laboratorios”,


5- Transporte por aire, tierra y mar a todos los destinos, como si “fuéramos aeropuerto con todas las rutas”,


6- Comercio de alto narcotráfico y distribución por todos los canales de micro-tráfico en esquinas, barrios, colegios, universidades y centros de acopio de todas las calidades.

7- Y por último el blanqueo de los activos ilícitos para incrustar los dineros en todos los nichos de la sociedad. Qué cerebros tan inteligentes, vivos, tránsfugas y creativos para producir, consumir, distribuir y lavar los dineros del negocio.


Esos cerebros ya los tienen nuestros hijos, nietos y las otras generaciones. Y nosotros aterrados, impávidos y paralizados ante estos movimientos terroríficos. ¿Somos como descarados y en las visitas y tertulias nos preguntamos qué país encontrarán nuestros hijos? Muy compungidos: ¿qué país les vamos a entregar? Qué pesar por ellos tan indefensos para vivir en una Colombia tan descuadernada.


Esta pregunta inteligente la hace en nombre de todos, el gran médico Neurólogo el doctor Remberto Burgos que mas bien nos invita ¿A cuáles hijos formamos y educamos para el país?


Y si le añadimos otros carruseles para aumentar nuestra impotencia, tenemos que alertarnos porque estas ruedas engrasadas ya están apareciendo como sinónimo de la corrupción total en todas las escalas de nuestro pueblo colombiano: la suciedad, los negocios ventajosos, la corrupción, la dejadez, los robos, los negocios para saquear, los serruchos en todos los niveles, las coimas por adelantado, la irresponsabilidad para comprar, vender, alquilar todo con torcidos y retorcidos. Sin ningún asomo de pudor para los negocios: todos viciados de maldad. Aquí vale todo incluso comprar los votos para escalar los puestos gubernamentales a cualquier precio y con todas las mentiras y promesas sin medir las consecuencias. Inflando los números y enredando las estadísticas con tal de confundir.


Nos azotan los mineros escarbando el oro, el “coltán” y otros minerales de forma brutal, avara, con irrespeto a la tierra que revolcamos con tranquilidad pasmosa, como si a la tierra no le doliera semejante asalto. Y los candidatos, no tienen ninguna respuesta para semejante pregunta. A ellos les interesan “los votos, los votantes y trepar” a los puestos de mando, con todas las componendas, mentiras y acusaciones contra los otros.


No vale ni escribir, ni hablar, ni opinar sobre políticas serias. No vale ningún análisis sobre los candidatos a las elecciones. Todo eso ya está parcelado en los pocos niveles de conciencia de nuestras gentes, y está sembrado en los caprichos agresivos y parcializados de nuestros con-partidarios sean viejos o jóvenes. Un país dividido en sectores sin criterios para elegir presidentes, ni funcionarios a cámaras y senados. Todos salpicados de tramoyas y jugadas sucias. Todos disfrazados de servidores públicos con deseos por alcanzar los puestos de privilegio y los sueldos de escándalo, mas otras prerrogativas, como “reyes feudales”. Son gamonales y mayordomos de sectores públicos de los que se adueñan con poderes vergonzosos y manipuladores. A todo esto, es un gasto de dinero de todos, dilapidado inútilmente, dizque en una campaña electoral sin ningún sentido porque ya las gentes, nos le ponen cuidado a nada y ya “eligieron” según los egoísmos de trincheras.

Todos los sectores a la caza de negocios, y de oportunidades para defalcar al país y quedarse con los dineros públicos, como si no fueran de nadie. Con todo el irrespeto a las leyes, a las normas de convivencia y a las dinámicas de la democracia.


Según estadísticas unos ejecutivos y organizaciones legales empujan al país para facturar 9. Mil millones de dólares en petróleo, 5.mil millones en carbón, 5.mil millones en TURISMO, línea nueva gracias a la apertura que muestra el país, por cuenta de la Paz firmada en serio, aunque con tantos inconvenientes y presiones de los que votaron por el No (que en el fondo es no perdonar la guerra). 3.mil millones en café, 2.500 millones en flores y mil millones en otros sectores varios. Pero parece que en coca y otras yerbas facturamos 10.000.000 millones……y como si nos sentáramos a aplaudir la gestión ilegal.


Y nada de esto paga impuestos, va por debajo, sobrefactura compras, esconde en jardines fiscales sobrantes a la espera de ser introducidos a la mecánica económica, subterránea y dañina. Los hijos ven, escuchan, imitan, y viven desaforados. Sus cerebros compulsivos se solazan en las riquezas y sus miserias sin ningún fondo de humanidad.

2.

A todo esto, hay que añadir la “tragedia venezolana” que cada día será un tsunami bien arrasador de nuestra débil democracia y fragilidad institucional política. La invasión venezolana será un desorden añadido a nuestro desorden.

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