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Foto del escritorEl Camino del Yak

La violencia en la Biblia


José Saramago, premio Nobel de literatura se embarca en la lectura del Antiguo Testamento,


con inusitada parcialidad histórica e interpreta con sabiduría especifica todos los pasajes bíblicos con un detallismo fino para hacerle decir a las Escrituras que Dios era un ser violento no solo porque permitía las muertes, las venganzas, las guerras, los conflictos entre tribus por toda esa geografía del desierto árabe y las arenas de los alrededores, sino porque inducía a personajes concretos para que encarnaran la violencia y los asesinatos de manera compulsiva.


Este es uno de los peligros que la Iglesia ha proporcionado al no aclarar que los relatos bíblicos son una manera de narrar los conflictos de esa época en unos terrenos frágiles donde las tribus fueron encontrando una manera civilizada de convivir. Que ese terreno de paso era propicio para las guerras, porque todos querían apoderarse de cualquier pedazo de desierto como tierra donde cultivar sus productos y poder vivir como humanidad.

Que esa geografía era un cruce de tres esquinas donde se encontraban Asia, África y Europa. Que era un sitio atractivo para someterlo y desde allí poder dominar el mundo. Además, un lugar enclavado entre dos imperios: Egipto y Asiria. Tanto que mas tarde estará allí el canal de Suez que permitirá la navegación entre el Indico y el Mediterráneo para acortar las distancias con la India y el extremo oriente.


La Biblia es una narración de Fe, de un pueblo arameo del desierto, que se atrevió a contar su despertar en la religiosidad, y la manera como fue descubriendo que Dios era uno solo y desplegó en medio de pueblos politeístas, que solo había un DIOS y lo llamaron YVH, que significa dios con nosotros, porque lo ubicaron dentro de cada ser humano y lo bajaron del cielo, donde creían hasta ese momento, que se ubicaba, por allá lejos.


Saramago leyó de forma matemática los datos estadísticos como algo real y contó muertos por doquier en cualquier rincón desértico. Se explaya en narrar que 600 pasajes hablan de guerras. 1.000 pasajes cuentan que Dios se irritó y desató su ira sobre el pueblo. Que siempre castiga con fuego devorador y arrasador para no dejar huella. Que en 100 pasajes ordena matar uno a otro con mando perentorio para que se ejecute el crimen. Que Caín, fue pasajero ambulante del arca de Noe y mató a todos los viajeros del arca, durante la estadía en el diluvio y mientras llovía a cántaros por toda la tierra, Caín se acostó con las hijas de Noe para conservar la especie y así poblar la tierra una vez calmadas las aguas. Narración corroborada por Saramago en su novela.


No podemos interpretar las sagradas escrituras con perspectiva literal, esa manera de narrar-contar era una forma de expresar la MALDAD, la violencia, los problemas de acomodarse en una tierra donde se hacía de manera cruel el problema de la esclavitud contra los deseos de libertad. Parecido a cualquier país hoy donde las luchas por la tierra siguen álgidas y llenas de actos injustos que los gobiernos tapan y justifican de manera sublime y descarada. Tierras invadidas y líderes asesinados. ¿No nos suena como a los relatos bíblicos? ¿No será que los pasajes de antes, aun no se acaban en la tierra actual y en el mapamundi de ahora?


La vida es una lucha interminable entre el BIEN contra el Mal, que no se acaba nunca, mientras el ser humano desate la violencia desde su interior.



Qué pena y qué tristeza con Saramago, que al leer de forma literal la Biblia y mezclar de forma unilateral las historias, una sobre otra, haga decir tanta barbaridad y confundir las historias unas con otros sin puntos apartes y violencias infinitas. Con la particular narración y castigo a deambular por la tierra sin rumbo a Caín, lo monta en el Arca y le permite ser asesino de todos los pasajeros de la Nave y arruinador de todo el plan. Los nuevos habitantes de la tierra, a partir del diluvio son hijos de él, con el semen violento y asesino de su sangre. Según Saramago.


Señala a Dios como agente de violencia total.


Eduardo Galeano en su libro “Espejos”, escribe que: “Dice que Dios, otorgó al pueblo de Israel el título de ser su pueblo preferido. Y le profirió el dominio del mundo. Pídeme y te daré en herencia a las naciones, y serás dueño hasta los confines de la tierra.”


Pero el pueblo de Israel, “le daba muchos disgustos por ingrato y pecador. Al cabo de muchas amenazas, maldiciones y castigos, Dios perdió la paciencia. Desde entonces otros pueblos han salido a reclamar de nuevo la herencia”.


En 1.900 un senador norteamericano pronunció este discurso: “Dios Todopoderoso, nos ha dado el privilegio al gobierno de los Estados Unidos, la oportunidad de mandar y regenerar al mundo. Como pueblo elegido. Ese senador se llamó Albert Beverdige.


Es verdad que en los Estados Unidos y otros países se lee la Biblia con tintes fanáticos y mentalidad de protestantes FUNDAMENTALISTAS.


No podemos desconocer que la Biblia en sus libros son un proceso evolutivo de la imagen de Dios que fue naciendo y desarrollándose en los seres humanos como pueblo y ellos fueron madurando la idea que Dios tenía en ellos a medida que fueron conformándose de tribus errantes a pueblo organizado como nación, en medio de miles de dificultades por ser aplastados a toda hora durante el devenir histórico. Nunca pudieron dar muestras de nación, por ser esclavos de las potencias de la época histórica. Ellos si quisieron, pero nunca pudieron.


Cuando se narra 10.000 muertos, esos números no vivían en el desierto por falta de AGUA. Las aldeas las conformaban 50 personas mas o menos y guerreaban por los asentamientos-oasis para proporcionar el agua. Todas estas narraciones así de violentas apuntaban a conseguir una vida mas justa y digna. Era la lucha “infinita” por la tierra fraternal donde vivir en paz.


Hoy tenemos las mismas luchas frontales entre los habitantes nuevos de la tierra por el empuje del hedonismo, materialismo, consumismo e individualismo. Las multinacionales que por un lado dan trabajo, pero por otro lado ahorcan a las gentes fuera de sus fronteras y sensaciones de seguridad. Hoy quizás la lucha no sea tan directa por el AGUA, pero si por las oportunidades, estudios y estabilidades.


Esas tierras de la época eran de idolatría, violencia, falta de agua, hambre y esclavitud. Los gobiernos eran aplastadores y déspotas. Querían someter a los otros. Eran pueblos nómadas bregando a buscar tierra mas amable donde vivir y cultivar.


Pueblos divididos entre comerciantes y campesinos agricultores que sufrían por no tener agua y tierra tranquila. Los campesinos sufrían los embates del pillaje, los robos y los saqueos. Un pueblo que empezó a soñar con un Mesías Liberador, un Mesías que los iba a unificar, a permitir la salvación. Desde allí se dividieron mas entre creyentes y matones que aplastaban el sueño. Muy parecido a la actualidad donde unos creemos y otros se burlan de la esperanza. Unos sueñan un mundo mejor y otros matan a los soñadores y defensores.

Y comenzó una fuerza femenina que quería implantar en medio de un mundo machista y patriarcal, que encabezados por mujeres fabulosas crearon un clima de ESPERANZA y fortaleza; Noemi, Rut, Esther, Judith quienes diseñaron un nuevo enfoque esperanzador y frases que invitaban a creer: “Dios defenderá a los pobres y hará justicia con los indefensos. Castigará a los violentos y hará morir a los malvados.


Su PALABRA se convertirá en Ley y hará triunfar la verdad y la justicia. Cuando llegue ese día el lobo y el cordero se llevarán bien, el tigre y el cabrito descansarán juntos, el ternero y el león crecerán el uno junto al otro, y el pastor será un Niño pequeño”.


El Salmo 8, ya apunta a una perspectiva del niño que será la nueva sangre, a quienes respetarán por ser inocentes. Ellos cambiarán la historia y podrán vivir en paz. Pero los adultos los mataron, no los respetaron, abortaron una nueva manera de vivir.


Según los estudios teológicos de Martin Noth, la tierra prometida jamás existió, no se ocupó nunca, fue una quimera en la Fe de algunos que lograron escribir y soñar con la propiedad. Las guerras no dejaron nunca tener la idea y la realidad de forma clara.


Es como la misma quimera de tesoros que los aborígenes les hicieron creer que tenían guardados y escondidos detrás de las montañas para forzarlos a ir a buscarlos, pero era para envolatarlos y quitarlos de la vista, pintándoles mas allá. La búsqueda del TESORO, era como un juego de YINKANA, que no encontraban por ninguna parte. Pero perdieron la vida porque el truco ya no pudieron sostenerlo tanto tiempo y los españoles terminaron matando a los indígenas. Borraron en cuanto pudieron la sangre indígena e implantaron a los criollos españoles.

2.


Pareciera que el boom del cine sobre todo norteamericano que tomó los relatos bíblicos y los convirtió en jornadas EPICAS, y los guiones de personajes los convirtió en líderes mundiales para darnos unas lecciones fundamentales, José Saramago creyó que sus libros podrían emular a las películas y permitirle hacer una HISTORIA EPOPEYICA.



Sus escritos, querían parecerse a Moisés, a Ben Hur, a los 10 mandamientos, a Salomón y la reina del Saba y otras series llenas de encanto y belleza cinematográfica, con innumerables artistas y extras para dar la sensación de majestuosidad. Un arte muy bonito y esplendoroso, pero desfigurantes de la realidad en la fe.


Saramago utilizó su sarcasmo, su humor, su narración mezclada para expresar una serie de torpezas que no apuntan en nada a la historia y si ridiculizó un libro que es ante todo una narración de Fe, y eso no permite burla y sí admiración. Saramago inaugura un modelo interactivo con el lector, una forma de narrar y vincularlo “de forma amena”, para que pierda el sentido serio de la descripción y le escribe conjeturas y fórmulas para dejarlo al azar.


Caín es un SIMBOLO existencial de la maldad y no un personaje histórico, ese desconocimiento no puede ser para escribir toda una historia alevosa e impertinente, aunque sea para ganarse un premio Nobel. Saramago se dedicó a desmitificar una serie de CUENTOS que no son históricos y se burló de ellos con una sorna impresionante que dejó mucha destrucción literaria para la posteridad.


Con un estilo mordaz, leyó unos textos de Fe y los revolcó en el enredo cínico para burlarse de unos libros muy serios que narran la fe de un pueblo como el judío y el católico donde bebieron sus fundamentos religiosos de la época inicial. Utilizó unas alegorías como si fueran hechos históricos y los envolvió en armadura literaria, pero con irrespeto a las fuentes serias con las que fueron escritos.


Saramago desconoce en Caín, un ser que comete un crimen y vive con su CULPA, para deteriorarlo sin mirada de compasión y lo condena a ir errante por los caminos de la vida sin poder saldar la deuda con la humanidad, y lo coloca a seguir cometiendo mas crímenes y violencias sin poder reparar nunca su conducta.


Caín fue expulsado, marginado, tuvo que huir como refugiado, pero no encontró en ningún país, paz para su cuerpo ni el espíritu, un asilado en búsqueda de terreno propio, un deportado de la vida sin respeto a su pasado, un desplazado como 80 millones que deambulan por el mundo sin encontrar ningún sitio para vivir. Como todos los de hoy que van y vienen por el mundo sin compasión y rechazados.


Qué pena con Saramago, no apruebo su escrito y su pensamiento. Eso que practicaba el comunismo, pero no sé qué clase de socialismo tenía en su corazón.


Las Escrituras son un libro de colecciones muy serias que debaten la lucha entre el Bien y el mal, que aún continúan en el fondo humano como para burlarse de semejante drama tan teso y sobre todo inexplicable que sufrimos los seres humanos. No vale la burla y el sarcasmo.


Quienes asignaron el premio, a lo mejor no tuvieron en cuenta ese desatino. Caín fue “criminal”, pero es necesario una mirada de COMPASION. Es necesario dejarlo quieto para que tenga la oportunidad de recuperarse de su crimen y pedir perdón mas la reparación si tiene forma.


La lucha entre el Bien y el Mal, dentro de todos los seres humanos, representados por un personaje simbólico como CAIN, no merecía ser tan maltratado en su procedimiento, para ganarse el premio Nobel. Esa pelea interior que libramos todos los humanos durante la permanencia en esta Tierra, merece respeto y silencio.

Junio 28 de 2.020

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