La vida es la mujer, la mujer es la madre, la madre es la vida, la vida es la TIERRA.
Un cuento en forma de novela de Manuel Mejía Vallejo, escrito en el suroeste antioqueño donde la madre era la protagonista de la tierra, de la vida, de la familia, de los sueños, de la fuerza para ganarle a la vida y derrotar la pereza, las tentaciones de dejar lo empezado y de sacar a los hijos adelante.
La Madre ella es el EJEMPLO, de la Vida, de la tierra, de la fecundidad para crecer. Ella fue la que nos empujó a vivir. Dependemos de la madre, de la tierra, de la vida, de la mujer.
Dependemos de la tierra, y tomamos posesión para trabajarla, para transformarla, para hacerla mejor. Lo importante es estar ahí, y NOMBRARLA, conocerla, quererla, domarla para que rinda frutos.
Todo ser humano tiene que hacerse PREGUNTAS. Investigar a su familia. Todos tenemos un secreto que revelar de su pasado y debe cuestionarse, hacerse preguntas, sacar los secretos a la luz.
Un gran escritor tiene un RETO, hacerse una pregunta fundamental y explicarla en su escrito.
Porqué esta maldición. Porqué el abuelo se quebró. Porqué los accidentes en esta familia. Porqué tanto enredo. Porqué tanta tragedia emocional. Porqué tanta muerte joven. Porqué a ellos les fue mejor y a las otras generaciones tanto error. Qué hizo el bisabuelo para conseguir dinero. Porqué el alcohol domina a nuestra familia. Porqué estamos llenos de separaciones y abandonos.
Preguntas sobre la injusticia, sobre la muerte, sobre los sufrimientos. Porqué el odio y el desamor.
Pareciera que los PIONEROS, fundan la realidad, organizan la finca, producen las bases de la riqueza y las otras generaciones dilapidan, sufren y se gastan el tiempo en las PASIONES.
La neura, es ocultar un “pecado” oculto, que, si lo confiesa y lo cuenta, lo reconoce y lo” cancela” se mejora, se sana, aprende a vivir sin sombra. La vida es para luchar contra la NEURA, contra el mal genio, contra la rabia de vivir.
Dos de las grandes conquistas en América, fueron la conquista del Oeste en los Estados Unidos y la conquista del suroeste antioqueño por parte de paisas-judíos que se apropiaron de la cordillera occidental y sus valles, cercanos a Bolívar, Jericó, Andes, Jardín, Tarso, Urrao, Concordia, Caramanta, Pintada, Támesis, Fredonia. Angelópolis, Valparaíso, Versalles. Y otros.
Y hay otro tipo de preguntas mas existenciales; cómo ser bueno entre malos. Cómo subsistir en medio de la violencia. ¿Cómo vivir en medio de tanta muerte? Por qué tenemos la caja de pandora y si la destapamos se nos complica la vida.
Volviendo a la realidad de “LA TIERRA ERAMOS NOSOTROS”, somos HECHURA de la mamá. Cada uno de nosotros somos como una fotocopia materna, ella no solo nos incubó en su útero, sino que nos moldeó desde pequeños con sus cualificaciones y defectos.
La mamá no deja DEVOLVER, no permite que desfallezcamos. Ellas empujan. La mamá de cada uno se preocupó porque no tuviéramos DESARRAIGO.
Pero esa cuaternidad es precisamente el fondo al que llegamos de DESARRAIGO de la tierra y de la humanidad.
Un escritor es aquel que se hace unas preguntas y las desarrollan en su novela, escrito, o libro.
Todos somos como el tren que avanza sobre dos rieles; la razón y la fe. Nuestra madre nos organizó los rieles, otra cosa es que usted se haya descarrilado. Un hombre superior es aquel que se PREGUNTA. Dejó de ser creyente, abandonó la Fe y fuera de eso se puso de terco, cambió las preguntas, se perdió en ideas raras y se envolató en la vida.
La razón es la tierra, lo que tocamos. La FE, es lo que no tocamos. Nos arriesgamos. La fe es hasta dónde nos conduce y la razón hasta dónde nos lleva. La fe se dedica a preguntas profundas. (las preguntas del PRINCIPIO). La razón, despliega lo que vemos y donde estamos., nos enseña a manejar y vencer la realidad con el esfuerzo. Y eso lo hacemos porque vimos a nuestra Madre HACIENDO, de aquí va allá resolviendo problemas y comprometida con la realidad, transformando la vida familiar.
Todos nacemos de una mamá, y algún día moriremos lejos de ella, pero entre esos dos eventos tenemos que CONTAR, la vida puede que solo a nosotros mismos, a la mamá y a muchos otros.
Cuente, narre, escriba dónde vivió, qué hizo, dónde sufrió, a quién quiso, cómo tuvo los hijos, cuáles fueron sus traumas y dolores, qué lo movió a vivir, describa dónde estuvo y qué conoció. Cómo creció en la vida. Describa lo que vio y sintió. Cuáles fueron sus CURIOSIDADES. Escriba el episodio de su vida en un cronocopio que es juntar el tiempo donde ocurrió y el sitio donde sucedieron los hechos y allí enmarcó el nacimiento, el progreso de la vida y la muerte. Escribir es contar en un lugar de la tierra un tiempo.
¿Cuénteme algo que yo no sepa?
Cuáles son las dos preguntas de la Casa de las dos palmas: qué es una maldición y en qué consiste el desamor.
La mamá Zoraida, terminó ciega, pero exclamaba con el corazón: he estado descubriendo otra forma de vivir, con otro tipo de luz, mas espiritual. La luz de la fe, me alumbra el camino ciego y oscuro. Ahora vivo la Cultura del INSTANTE, esas que vivo en cada momento. Espero que nunca me olviden, porque uno se muere cuando lo olvidan, espero haberlos marcado a cada uno mientras dure la vida de cada hijo. La ceguera se le convierte en otra forma de DESCUBRIMIENTO.
La mujer, la vida, la madre, la tierra sufren. Todas cada mes derraman una SANGRE, les duele la VIDA. Y no solo cada mes, sino cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo una mujer sufre, derrama sangre, es golpeada, es mancillada, es estropeada en las calles y casas de nuestra patria. Por ellas todas va esta Eucaristía, junto con la SANGRE de Jesús en su sacrificio. La vida es el ejemplo del sacrificio, del ejemplo de nuestras madres y mujeres de nuestra familia.
Por eso HOY, podemos decir y llorando que la Tierra éramos nosotros, la desfiguramos en los rostros y el corazón, en las pieles y los sentimientos de ellas.
Ella fue la matrona de una familia de los HERREROS, un clan que llegó al suroeste y se enriqueció, pero empezó a experimentar todas las pasiones, todas las peleas, todas las vergüenzas, todas las fechorías entre todos. Una familia que generó y se despedazó entre todos los actos malandros. Junto al rio en sus orillas y a medida que el sol y el calor acompañaban las tierras, tuvieron a los esclavos sembrando caña, yuca, plátano. Con otros obreros tumbaron bosques y sembraron pastos. Mas arriba pusieron el café y con otros artesanos construyeron la casa de la Dos Palmas. De allí se atrevieron a subir al páramo para descubrir el Edén con agua y frailejones que no conocían. Completaron el Paraíso. Pero nunca pudieron disfrutar la vida, porque incubaron a medida que se enriquecían, todas las pasiones y reventaron las peleas y las tragedias. Tuvieron en la tierra todos los climas, y todas las roturas para vivir en desamor.
Es necesario acompañarse de los seres queridos que vivieron, nos acompañaron y ya se fueron, nos dejaron el campo abierto y el dolor profundo de su ausencia. A los muertos hay que invocarlos y tenerlos presente en la memoria viva. Hay que honrar la presencia ausente de los muertos de la familia que vivieron en dignidad, responsabilidad.
TOT, era el dios del lenguaje, y ese dios llamó nuestra madre para que aprendiéramos a HABLAR, a pronunciar la PALABRA. Ella se dedicó a sonreír, a interpretarnos, a conversar, a transmitir con sus palabras sus sentimientos, hasta que escuchamos y repetimos, hasta que entendimos y nos dimos por aludidos: que los interlocutores éramos nosotros con ellas. Ellas nos enseñaron a NOMBRAR, la tierra y todas sus cosas, a nombrar las emociones y sentimientos cuando lloramos, nos golpeamos y sufrimos. No sabemos NOMBRAR, la vida, solo hablamos de lo artificial.
¡Ay de quien no haga las paces con la mamá desde rápido!, ¡ay de quien viva resentido con la madre acusándola de errores y señalándola como la culpable de los caminos torcidos por donde nos mareamos mientras caminamos en la vida! Toda madre merece perdón sea lo que haya sucedido: la VIDA HAY QUE AGRADECERLA, sin ningún reparo.
“LA TIERRA ERAMOS NOSOTROS”, es una construcción ficticia pero real de una CONQUISTA. La colonización del suroeste antioqueño es un espejo de apoderarse de una tierra y conformar una cosmovisión: se apoderaron del rio, luego de las orillas, las dos riberas, poco a poco ascendieron por la montaña derribando arboles y sembrando pastos, luego le pusieron las matas de café y allí construyeron la CASA DE LAS DOS PALMAS, y mas tarde lograron descubrir el páramo y lo escalaron para apoderarse de sus frailejones y las fuentes de agua.
Se apoderaron de todo y lo conquistaron pisoteando. La casa de las dos palmas, está en cercanía al pueblo mítico de BALANDU, un pueblo donde van llegando los conquistadores para poblar la zona del suroeste. Pero toda la violencia de la conquista es descarnada arrasaron las riberas del rio, tumbaron los árboles, sembraron los pastos, se dedicaron al café, aniquilaron los páramos y gastaron el agua. En medio de todo eso esculcaron la minería para sacar el oro y otros metales-minerales-bases químicas.
Hoy es el día de la Madre-Mujer-Vida-Tierra, pero no creamos que, llevándole un pollo, celebramos la fiesta después de haberla hecho sufrir mucho y haber ayudado a su ceguera; menos mal que ellas se volvieron ESPIRITUALES y TRASCENDENTES para escapar a su dolor.
La literatura latinoamericana comienza con las primeras cartas de Cristóbal Colón, quien, sorprendido con el paisaje, la fertilidad de las tierras, lo colores vivos, la bondad de los aborígenes, la sorpresa de creer que estaba en las Indias junto al Ganges y con la tensión de querer estar junto al rio y dominarlo. Escribió porque sentía y estaba AHÍ. Era actor de la acción. Experimentó la “vivencia”.
En la vida hay dos mandatos: crear y procrear. Pero hemos destruido y llenado de hijos sin reconocimiento y sin lenguaje para comunicarnos de forma personal. Dejamos de hablar con nuestra madre y hermanos como si fuéramos extraños y desconocidos.
Este es el confinamiento que sufrimos en estos meses del 2.020. Sin poder celebrar el DIA de LA MADRE.
“Todos me dicen que viva
de esta o de otra manera,
todos me dicen que muera
hacia abajo o hacia arriba.
Todos dicen en qué, estriba
la brega que yo asumí
desde el día en que nací
para jugarme del todo.
dejen que viva a mi modo
nadie morirá por mí.
Poema extraordinario para cantarle a la vida y a la muerte. Vivir y morir, ambas caminan por el sendero de la soledad.
La soledad viene con el viento desde la infancia, cuando nuestra madre no nos acompañó y comprendió.
En esta Colombia llena de tragedias, de guerras, de dolor y de muerte el Crucifijo no lo talló un artesano sino un rayo mordaz que cayó sobre la Cruz y despedazó al Jesús, lo repartió por partes. Así es esta tierra colombiana llena de retazos en razas y creencias, en sectores y violencias, en regiones y compartimentos.
Efrén Herreros, llevó un sueño a la tierra, conquistó la finca, puso a trabajar a cientos de obreros, fundó una familia amplia, descubrió que había tres clases de tierras, se posesionó de ellas, y con su mismo modo de SER y ACTUAR, rompió todas las relaciones, encegueció a su mujer, acabó con su familia, generó todos los horrores, salpicó a todos de injusticias, sembró las nostalgias de la tierra, y obligó a que todos se fueran de su lado en la pobreza mas infeliz. Había desterrado a muchos de la tierra, ahuyentó a los indios chamíes y a los emberas a quienes amenazó de mil formas y los sacó corriendo.
Era la construcción de la finca, un remedo de como nació el MUNDO, LA TIERRA, EL EDEN, EL PARAISO. Como fueron organizando la montaña y la construcción de la casa de las Dos Palmas. Y como la mamá era el centro de todas las decisiones y todos los esfuerzos. Hasta que voltearon la historia y Zoraida se quedó ciega por los abusos, los maltratos, la indiferencia y el desamor.
Memoria de una tierra arrasada y confinada. Nos queda la madre ciega, que vive de la Fe. Y agradecer la vida. La novela narra la ascendencia del nacimiento y la decadencia de sus horrores y peleas. Y todo por una maldición.
Memorias de una cuarentena.
LA VIDA, LA MUJER, LA MADRE Y LA TIERRA.
Manuel Mejía Vallejo escribió una novela fabulosa llamada:
LA TIERRA QUE ERAMOS, tal vez nos recuerde algo porque la hemos dañado, descuidado y arrasado. Por eso estamos en cuarentena a raíz de un virus espantoso que no podemos olvidar ni hoy día de la madre, sin poder celebrar como deberíamos.
La vida es femenina, parecida a la tierra, y la tierra es fecunda como nuestra madre que nos tuvo en su vientre, en su útero, porque la vida es femenina y siempre está CREANDO y CUIDANDO.
Nacimos de una mujer que se hizo MADRE con nosotros, y ella es vida como la tierra.
Acabamos con la tierra, y no solo porque la descuidamos sino porque la hicimos sufrir. Cada que a nuestra Madre la desfiguramos, hicimos lo mismo que con la Tierra.
Ella nos enseño a hablar: nos cargó, nos hizo monerías, mimos, nos fue hablando hasta que pusimos atención y nos enteramos que nosotros éramos el interlocutor. Nos dimos por enterados que nos hablaba y fuimos fijando su vocabulario hasta que comenzamos a repetir y aprendimos a hablar. Fueron palabras de arrullo y afecto las que fueron rompiendo el oído y el silencio hasta que pudimos responder al lenguaje.
Cuando ya habíamos empezado a hablar; observamos que nuestra madre todo lo que empezaba lo terminaba, que hacia oficio todo el día que empezaba y terminaba, que no dejaba nada tirado y todo lo recogía. Sin descanso.
Mas tarde captamos que no dejaba devolver a ningún hijo. Que lo que empezáramos era muy importante terminarlo, que lo que mas la entristecía eran tareas interrumpidas, dejadas de lado. Siempre estuvo apoyando las tareas. Que fuéramos constantes.
Mas tarde nos enseñó a NOMBRAR la vida y todas sus realidades. Cosa por cosa con su propio nombre. Nos dicto un diccionario afectivo para que nos aprendiéramos los nombres de las cosas con afecto.
Somos HECHURA de la mama. Cada uno es el resumen de cualidades y defectos. De ella nacimos y por ella crecimos.
Luego nos enseño que éramos como un tren, deslizándonos por dos rieles: la lógica y la Fe.
Otra cosa es que usted se haya descarrilado por andar de terco y rebelde saliéndose del camino. Y que no haya copiado los mensajes de la Fe que nos dio a diario por andar inventando ideas y senderos peligrosos que nos hundieron en los abismos.
La fe es lo que nos lleva a lo que no vemos, pero sentimos y nos anima a salir del pozo.
La mamá de cada uno nos enseño a contar y narrar la vida. Cuénteme hijo dónde estuvo y qué hizo. Cuénteme algo que yo no sepa.
Zoraida la matrona de la casa de las dos palmas al final queda ciega, aturdida por las infidelidades, zozobras, dolores y peleas de toda su familia que la fueron llenando de sombras y perdiendo la luz. PERO SE LLENO DE FE y murió en la iluminación con la que mueren las madres.
10 de mayo 2.020
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