Tiene que ver con “sonoridad, con armonía, con música” creada por mujeres, entre mujeres, para el apoyo de mujeres. Es tocar juntas los instrumentos de sentir la música, de vivir en armoniosamente como manera de zafarse de la dictadura MASCULINA tan perversa y acosadora del sometimiento.
Miguel de Unamuno, filósofo acuñó e invitó en sus libros a crear ese clima de sororidad femenina como una manera de enlazarse de forma generosa y acompañarse en las labores de estar cerca (como Antígona con su padre ciego).
“Frater” es hermano, palabra masculina. “SOROR”, es femenino y proviene del mito de Antígona, donde se propone una hermandad femenina, entre mujeres y para crear calor de respeto-admiración-cercanía. Clima sin juicios, ni prejuicios, Anatomía del cariño como cada una es. Intentando dejar las manipulaciones y deseos por dominar. Crear las posibilidades donde todas den, reciban y compartan, sin tensiones ni rivalidades. Un banco de pruebas a toda hora, constante, donde cada uno se manifieste en su conciencia, sin regañar ni culpar para sentir EMOCIONES, y cómo las desarrolla, cómo cambia, cómo neutraliza, cómo acepta los miedos (a quedar relegada, a perder, a no ser comprendida, a permanecer contenta a pesar de pasar desapercibida, a no reclamar, a no brillar a toda hora).
Preparar en grupo ser humilde, ser sencilla, ser comprensiva, ser una hermana de todas sin querer brillar por encima de nadie.
Compromiso de crear solidaridad, de ser cómplices en todo lo que mas puedan, de izar la bandera de la libertad en todos los sentidos, sin dañar a nadie.
Antígona, era hija de Edipo y Yocasta. Cuando Edipo se dio cuenta que había matado a su padre y se había casado con su madre, se sacó los ojos y se condenó a emigrar ciego por toda Grecia. Antígona, en un arranque de generosidad, se ofreció a cuidar a su padre peregrino por aquellas tierras, sin visión. De allí va a nacer todo el procedimiento de SORORIDAD, la solidaridad femenina para atender el dolor humano y mas con referencia al mundo femenino protegido por mujeres y en solidaridad femenina como protección amistosa y comprensiva con la figura masculina tan ciega, torpe y deshumanizada que tenemos los hombres, encarnados por Edipo que se creía rey, pero no llegaba sino a salvaje y brutal.
Antígona es la mujer valiente, llena de sentido moral para realizar tareas. Con unos ojos de solidaridad para hacer la tarea como si fuera doble (por su hermana ISMENE), condenada como su hermana al dolor y la frustración.
Cuidar a su padre que tanto dolor había generado desde el principio. Pero es asumir el dolor infantil, cuidando sin quejas al padre impostor y grosero que la engendró. No importa: es mi padre, está ciego y merece mi cuidado fraternal-y lleno de sororidad.
¿De dónde saca Antígona su manera de ser y actuar? Desde su profundidad humana, desde su herida infantil, desde ver a su padre ciego y necesitado…pero ante todo de acompañar el DOLOR femenino, de hacerse cómplice con todos los dolores del alrededor, fundados y centrados en la ceguera de su padre desvalido. Sin cobrar, sin castigar, sin quejarse, sin revanchas. Con toda la humanidad posible.
No hay nada mas difícil en la humanidad que las relaciones sinceras y adecuadas entre los hombres y las mujeres. Venimos de imágenes cruzadas y conflictivas. De modo que relacionarse es una pesadilla y un trauma. No podemos dialogar, entendernos, comprendernos y sobre todo compartir. No solo porque tenemos cerebros ensamblados en talleres diferentes, sino porque aparentemente las inquietudes de realización están en orillas diversas.
Solo en la compasión, en el gusto por ser bondadoso con el otro, en la misericordia, en el perdón, en la reconciliación constante, en la apertura pueden estar los niveles de acercamiento y amor.
Es dramático y pendenciero las relaciones entre hombres y mujeres: como que no nos entendemos para compartir la tierra. Pero es alarmante el mundo femenino por estar expuesto al egoísmo, las peleas, las rivalidades y sobre todo los comentarios tan descalificadores e inhumanos que advierten a cada rato. Los hombres, pareciera que son mas unidos y estables en la amistad duradera. Las mujeres mas cambiantes y cíclicas.
Es un contrato personal, de enlazar a otras mujeres en la dinámica de tratarlas como SOR, es acuñada del término religioso, simple y profundo SOR=hermana, sin mas ínfulas que acompañar, ayudar, animar, estar ahí, generar amistad. No es la hermana de sangre, es el contrato humano de combinar la amistad en la edad mayor solo porque me quiero hacer humana y reparar todas mis quejas y sufrimientos. Es bajar en mi dolor para superar la herida en torno al servicio y compañía como los dos métodos mas humanos que podemos aspirar. (y sobre todo las mujeres).
Es sacar el dolor condenado a ser víctima, huérfana, callejera, mártir y transformar toda la energía en HEROÍNA, silenciosa.
Remitiendo al mito de Edipo, todos, pero mas la Mujer, encarnada por Antígona, provenimos de un padre “degenerado” que en la vejez se volvió ciego. Se puede abandonar, se puede echar de la casa, se puede perdonar y guiar en su fragilidad del final. Hay determinaciones para todos los gustos, caracteres, personalidades. Hay formas de reaccionar ante el dolor.
Febrero 3 de 2.019
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