Con razón la tierra llora, con razón la tierra gime de dolor y soledad. Este virus es una expresión de las lagrimas de las mujeres, de las niñas, de las adolescentes sin presente y asustadas por el futuro, por las madres violentadas y asesinadas de manera cruel por no haber podido amar, como los hombres egoístas les exigían.
Las casas invadidas de monstruos desde la infancia, las calles desoladas por las madres llorando a sus hijos desaparecidos, por los trabajos saturados de injusticias contra las trabajadoras por no tener trabajo y por ser denigradas en sus labores y mal pagas. Las madres reclamando que los falsos positivos regresen, porque se los llevaron vivos.
Las madres de Ayotzinapa, quienes despidieron una mañana a sus hijos reclutados para un trabajo y hoy los lloran porque los confinaron en un basurero y los quemaron para siempre en el olvido y el crimen colectivo.
América latina es un desfile interminable, es toda una SOLEDAD DE SABADO SANTO, vivo rondando con la muerte de millones de mujeres, madres, y abuelas que lloran a sus hijos, nietos y hermanos sin ninguna respuesta, porque América se ha especializado en secuestrar, desaparecer, fumigar, invisibilizar a los hombres de una manera vergonzosa.
Aquí mueren los niños no solo por desnutrición, por olvido, por descuido, por violencia familiar, por problemas de salud, por gastroenteritis y aguas envenenadas, por hambre y desaseo, por todas las causas.
Madres y mujeres que un día despidieron a sus hijos en búsqueda de trabajo y no regresaron por mil causas. Al cruzar las fronteras fueron desaparecidos o murieron en las alambradas.
Por eso este homenaje al DOLOR DE SU SOLEDAD, en este sábado de silencio espiritual. Por eso este homenaje a SUS 100 AÑOS DE SOLEDAD.
La soledad de Amaranta, quien una mañana de los 100 años, exclamó y con dolor que “le habían sacado tajadas y tajadas y tajadas de su pecho para dejarla como una mujer media por el dolor, y sin leche y sin pasiones a quienes alimentar y excitar”.
Por esa misma época murió Visitacion, que fue la única de todos los 100 años de soledad, de morir de muerte natural cansada de vivir y de sufrir, de querer ser amada y vivir sin ninguna esperanza de un amanecer nuevo.
Apareció Úrsula en la habitación llena de dolor y ansiedad, como miles de mujeres en Latinoamérica. No había echado aldaba. Dejaba la puerta entreabierta para que pasara lo que pasara durante la noche: “puedo ser tu madre y lo único que no ocurrió fue que no te di leche de mamar”…pero José Arcadio vivía excitado con ese cuerpo descomunal de venada alebrestada.
“Una noche sorprendido por un dolor insoportable en su estómago por la virilidad reprimida, visitó a una mujer de senos flácidos, cariñosa y barata quien le apaciguó el alma y el cuerpo por un ratico de solaz”.
Úrsula ignoraba que a los soldados se les enviaban gallinas para el placer como se les envía a los gallos finos para placer y procrear. Desde entonces, con el nombre de Aureliano se bautizaron durante 10 años a muchos “aurelianos” nacidos en ese corral.
Pilar, se reía y exclamaba “soy feliz de saber que en mi cama pasan contentos y anestesian su dolor”. Mujer y cliente eran cómplices de su soledad.
Carmelita Montiel, “era una virgen de 20 años, acababa de bañarse con agua y jabón de azahares y estaba regando con agua de romero su cama para el próximo hombre que viniera, cuando un tiro de fusil venido de la calle entró por la espalda y lo estrujó contra el piso. Muerte que era el resultado de una lectura de las barajas equivocada”.
Remedios la Bella, “todos iban a la casa para si quiera ver por un instante el rostro de Remedios y quedar sanos. Su hermosura era legendaria y de eso se hablaba por toda la ciénaga. Todo el que la veía, quedaba descontrolado para el sueño. Y el único extranjero que pudo acercarse a ella, quedó enredado en el tremedal de las abyecciones y en la miseria de sus conductas porque quedó tan aturdido, que se durmió en los rieles del ferrocarril y murió despedazado, al no poder despertar por el efluvio de sus recuerdos”.
Otra de las mujeres en 100 años de soledad “se echaba agua de alberca con una totuma, por toda su desnudez, con una ceremonia tan elevada como entregada a una adoración de su cuerpo en medio del placer. Hasta que un forastero levantó una teja y se quedó mudo ante la fascinación que le produjo su desnudez, y desde lo alto del techo le pidió déjeme jabonarla y cayó sorprendido por la emoción y murió de amor sin poder probar la sensación”.
Las mujeres en Latinoamérica viven soñando en un circo eterno: “se imaginan mujeres vestidas de oro en el cuello de un elefante, otras subidas en dromedarios tristes, otras vestidas de holandesas marcando el ritmo musical con un cucharon y una cacerola, otras haciendo reír una cara de soledad y tristeza asomadas al precipicio de su incertidumbre”.
2.
Hagamos un desfile de dolor por las diferentes clases de mujeres extraordinarias que adornan la vida dolorosa y luchadora de tanta mujer Latinoamericana que han vivido la historia, la política, las leyes, el arte, la música y la vida cotidiana llena de tragedia e incertidumbre.
Eva Duarte, una hija de padre rico con una mujer del campo sin hogar ni apellido. Que tuvo que esconder su origen en la soledad de su infancia y tapar el silencio de su madre. Superada, vino a la Capital y allí, a punta de esfuerzo trabajó en la radio, estudió teatro, se formó y llegó a ser la primera dama de la nación argentina al lado de Juan Domingo Perón con quien se casó. Y fue la primera dama metida en política y el servicio social. Vivió 33 años y murió de cáncer cervical.
María Bethania Veloso. Brasileña cantante y figura fulgurante de la canción. Nacida en Santo Amaro, Bahía. Revolucionaria de la canción junto con Caetano, su hermano. Vinicius de Morais, fueron como el estandarte de la canción protesta contra las dictaduras militares de Brasil en la época del 60 y 70.
Maria Leoncia. En Venezuela, datan una serie de vivencias místicas y terrenales que apuntan a esta mujer-diosa llena de pergaminos espirituales y medicinales que sanan muchas gentes y liberan en salud a todo el que la invoque con fe. Era una deidad indígena africana llena de sabiduría y esplendor. Maga de tiempo completo dedicada a la salud de las gentes.
Mercedes Sosa. (Los toldos argentina), cuando la lucha entre la capital y el resto del país era tremenda, nació una voz protesta en la provincia de Tucumán que impugnó a Buenos Aires como la ciudad que le daba la espalda al campo. Mercedes paseó por el mundo el folclore argentino y latino. Con su voz y la fuerza de las canciones encendió entre la mujer un campo de liberación.
Frida Kahlo, una mexicana que con su dolor, rebeldía, sufrimientos y espontaneidad se declaró la voz de muchas mujeres sin voz, ni palabra. Una vida intensa llena de dolor y sufrimiento debido a su poliomielitis, accidente automovilístico y vida llena de inconvenientes azarosos, tuvo que vivir de manera absurda y sin embargo ayudó a la mujer mexicana a liberarse. Todo su dolor fue redentor.
Silvia Rivera en Bolivia, líder sindical, antropóloga y luchadora de los derechos humanos. Con una sabiduría prodigiosa, ayudó en su país y por Latinoamérica de forma simpar.
Laura Restrepo. Nació en Bogotá el 1 de enero de 1.950. Escritora. Su libro “Delirio” ganó varios premios.
Isabel Allende (lima 1.942) pero chilena de origen familiar, su padre era diplomático. Escritora por todas partes y sensible a las emociones humanas.
Cientos de miles de mujeres por todos los países de América llenas de dolor y sufrimiento. Con sus voces y lágrimas ahogadas porque no hay a quien quejarse, porque las leyes son masculinas y las dictaminan los egoísmos masculinos y patriarcales.
Las mujeres, lloran, cantan, protestan como “madres de mayo” pero no les causan sensibilidad a los hombres.
Por eso este es un sábado de DOLOR, en medio de la pandemia que sufrimos gracias a un Virus chino que se regó por esta Pachamama triste y enferma porque la hemos enfermado con nuestras conductas, desidias y agresiones.
A las madres, mujeres, niñas y abuelas Perdón por tanto dolor y violencia.
Abril 11 de 2.020
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