Albert Camus, escribió hace tiempo una novela llamada “La Peste”, una obra existencialista que describía el mundo de la época, parecido al de hoy en 2.020.
La ciudad de ORAN, fue el centro de la novela. Una ciudad sin estaciones marcadas, porque el mundo parecía igual en cualquier época del año. Primavera sin flores, verano un sofoco inmortal de calor, otoño un diluvio de barro e invierno donde mejoraban los días para hacer un poco mas posible la vida.
En Oran, por falta de tiempo todos los seres humanos se ven obligados a AMAR, sin darse cuenta. Esto debido a que no hay reflexión, ni humanidad, allí se vive y se sufre de afán, a toda velocidad. ORAN, es una ciudad argelina en la costa, como cualquier otra; perdida en la melancolía.
ORAN, es como un símbolo del mundo viral de hoy. Donde parecido al de “La Peste”, se perdió la originalidad para morir: todos están falleciendo de ahogo mortal por presión en bronquios, pulmones, pecho y garganta. Algo así como fulminados por una Neumonía pectoral.
Este VIRUS, es la manifestación de la frivolidad de nuestras relaciones humanas en los hogares, la angustia de la existencia que yacía por todas partes del edificio, además inundado de ratas que caminaban por entre los pisos. Unos dicen que las ratas vienen de afuera, otros dicen que son producto del desaseo, desorden y mugre acumulado. Brotan entre nosotros. Células y bacterias crecen juntas. Proteínas y virus saltan en el mismo germen de vida y nos generan dificultades porque amenazan a la vida junto a la muerte, como está sucediendo.
Un enfermo necesita SOLEDAD, para acomodar el cuerpo y disponerse a morir, pero pareciera que la angustia, la presión, las dificultades de tantos, que no son capaces de vivir y aceptar que el ENCIERRO es clave para derrotar al virus, como hace años lo fue para ganarle a la PESTE.
Las plagas, las pestes y las guerras toman al ser humano siempre desprevenidos y pareciera que nada sirve para mitigarlas una vez que ocurren. Siempre nos cogen mirando para otro lado y preocupados con otras realidades. Y cuando se dictan algunas medidas, siempre son motivo de rechazo, todas poseen otras versiones y se discute su acierto o equivocación como pautas normales para enfrentar el desconcierto que nos genera. Cualquier aspecto vale para ser discutido y arma debate por no estar de acuerdo.
No sé si las ratas y su invasión en la Peste, novela de Camus, pueden hoy simbolizar la CORRUPCION como peste actual de la vida en el mundo lleno de virus y enfermedades. Ratas por doquier llevándose el erario público y los dineros de todos.
Pero hay otras pestes inmemoriales que de alguna manera nos señalan a todos: la indisciplina, la vulgaridad con la que vivimos, las relaciones humanas frías y déspotas en las que nos movemos hoy. El desprecio y las distancias que vivimos, las exclusiones desastrosas con las que nos medimos hoy para crear abismos sociales. La insensibilidad para tratarnos. Todo esto es como un virus flotando por el mundo y nos amenaza. El egoísmo para vincularnos de lejitos.
En la peste de Constantinopla, en un día hubo 10.000 muertos y hoy nos parece que son pocos y por eso como que no nos sorprende. La muerte llegó a perder su originalidad; no nos asusta ni altera.
Cuando saltan tantas señales ya no es un listado de enfermedades, sino que significa una EPIDEMIA, que raya en una nata nauseabunda que nos amenaza por todas partes y el clima se vuelve horrible. Síntoma que la humanidad está enferma y el virus nos delata, nos pone en evidencia.
Los gobiernos, lo estados y las universidades tendrán que ponerse la mano en el corazón, para ver si es justo el dinero que gastan en la CIENCIA, la INVESTIGACION, la creación de respuestas a tanto problema. A lo mejor estamos cortos en investigación sobre los virus y las pestes, las epidemias las enfermedades nuevas y estamos a espaldas en los laboratorios. El 30 de enero, la organización mundial de la salud, declaró que había emergencia viral para el mundo y anunciaba una PANDEMIA.
Este virus, nos puede estar anunciando estas falencias y déficit. Pero además será un MURO de separación muy fuerte entre el antes del virus y el después; la humanidad tendrá que someterse a unos cambios severos, drásticos y muy importantes; así no podemos seguir viviendo. Hay que barajar las cartas y volver a dar nuevo juego. ¿A qué está dispuesto usted para aportar a los cambios que necesitamos?
En
Wuhan (china) una ciudad de 11 millones de habitantes, probablemente por mariscos, ratas, murciélagos, pájaros e insectos, perros y gatos se alborotaron estos virus en este diciembre pasado en este lado chino y brotó la invasión de problemas. Aquí se dio el primer enfermo de pulmonía que comenzó la enfermedad para exportar al mundo de forma rápida. Ya en enero andaba por Europa, haciendo estragos y de ahí viajó a América y África, Oceanía.
No tenemos que asustarnos, pero el comercio de mascotas y animales silvestres por el mundo es demasiado voluminoso como para que no nos sorprendamos. Los animales para comer son tantos que pululan por las cocinas del mundo y tenemos de todo en las cartas sin ningún criterio culinario. De modo que todo eso hay que integrarlo en la sorpresa que tenemos hoy para leer esta invasión del VIRUS chino.
Esta ciudad exportó el virus, es Wuhan china. Esta ciudad está íntimamente conectada con Francia, gracias a la elaboración de partes para automotores: Renault, Citroën, Peugeot. Mas unas excursiones italianas y españolas que viajaron a conocer y negocios.
Declararon que había un brote viral llamado CORONA-VIRUS. Peligroso para pulmones, bronquios y sistema respiratorio. A quien afecte, queda frágil de sistema tórax interno.
Marzo 27 de 2.020
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