Desde el principio de la comunidad primitiva, nació entre los creyentes una devoción religiosa que consistió en hacer el recorrido del camino por el norte de España, para honrar el cuerpo y la veneración de Santiago Apóstol. Una serie de anécdotas, leyendas, historietas, narraciones y experiencias de todo tipo vivenciadas por cientos de peregrinos que se disponían a visitar el lugar santo y dar culto al que se creía había sido el primer mártir de entre los apóstoles, y que la tradición se encargó en depositar en la basílica de Compostela. Ahí cerca queda FINISTERRE que significa fin de la tierra y vivían orgullosos de aquellos lugares donde según su cerebro estrecho de geografía, creían que se acababa el mapa con la creación.
Una manera de regar la religiosidad y la fe por España y hacer de esa tierra una peregrinación para encender lejos de los LUGARES SANTOS una manera de creer y celebrar la dinámica religiosa.
El hacer el CAMINO, posee como tres experiencias:
1- El camino en sí,
2- El cuerpo que peregrina,
3- La manera de avanzar que de alguna manera exige el perdón por todas las heridas recibidas durante la vida. Avanzar es ir haciendo el recorrido de perdonar a todos los que ofendieron y pedir perdón por todos los maltratados del camino que ofendimos y que les causamos sinsabores.
Caminar es una experiencia maravillosa, que confronta con el pasado, el presente y el mañana que aún no hemos recorrido. El sendero no está hecho, aunque esté trazado por el mapa, pero no se ha recorrido hasta que no lo caminemos. Caminar comporta desplazamiento de un sitio hacia otro, por lo tanto, exige esfuerzo, lucha, decisiones, riesgo de avanzar. Desprendimiento de lo conocido y aventura por lo conocer.
El CUERPO, que es quien opera la experiencia. Es el cuerpo que sufre las molestias, que hace el recorrido, que siente la torpeza del camino y el agotamiento con heridas y deterioros. Solo somos cuerpo para sufrir las consecuencias y alternancias de desplazarnos. El cuerpo que se llena de heridas, de sinsabores, de experiencias, de cicatrices y de recuerdos históricos. El cuerpo sufre la historia de avanzar, aunque tenga momentos de retroceso y tiempos negativos.
La experiencia nos marca de muchas maneras, deja una impronta especial porque la conciencia va desarrollando el desenvolver la vida destapando el hilo de las malas jugadas del pasado y nos hace reconocer los golpes de la existencia, tanto los recibidos como los generados por nuestras conductas. Avanzamos en medio de perdones y ecos de los dolores ocasionados y sufridos. Lo importante del desplazamiento por la vida es ir sanando, ir dejando los dolores, ir madurando para que brote la BONDAD, que salte el bienhechor que tenemos por dentro, para que construya, que deje el mundo mejor de lo que lo encontramos.
Cuando hacemos la experiencia de caminar, el avanzar nos pone en actitud de reconocer el pasado con todos los HORRORES, ERRORES, GAZAPOS, FRUSTRACIONES Y FRACASOS, que por la ceguera de algunos éxitos ocultamos, pero ya no es hora de seguir negando y hablando solo de momentos esplendorosos, sino de reco- nocer las dificultades del camino y nuestras conductas cometidas que nos señalaron muchas dificultades, pero no advertimos a tiempo.
Ante el camino, tenemos diversas alternativas, el sendero nos muestra diferentes vías para recorrer, de modo que eso nos posibilita tener que DECIDIR, cuál ruta seguiremos. Decidir es moverme, ponerme en movimiento, tener iniciativas.
Parece que no es propiamente el suceso lo que marca a una PERSONA, sino el desarrollo que esa persona hace con el SUCESO, que a partir de la herida realiza todo un montaje serio con lo que pasó y lo convierte en un IMPULSOR, de ahí en adelante no solo para salir del atasco, sino para mejorar su vida. Se puede llamar RESILIENCIA, o capacidad de superación del momento doloroso y lo convierte en TRAMPOLIN para impulsar su vida.
Haga un rato de silencio, de meditación, de reflexión trate de escribir una vez que ha intentado caminar algún rato como concentrado en el CAMINO. Meditar sobre el camino de su vida desde que nació hasta hoy.
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