El Dios desconocido no tenía rostro, hasta que un día la redondez de su cara asomó. Pero no tenía boca ni oídos. De pronto lanzó su Voz en la oscuridad: Dios habló, luego hizo, y se relacionó. De modo que el rostro de Dios posee configuración especial y sobre todo es comunicación: Su rostro fue evolucionando en los sentidos, comenzando con la boca, los ojos, oídos, nariz y cuando le salieron las manos-brazos se puso a trabajar. Pero las reacciones mas importantes, fueron desde el principio hablar y escuchar, expresar y comprender, mandar y controlar.
1. El rostro de Dios.
2. El rostro de Adán.
3. El rostro de Eva.
4. Un rostro mas evolucionado: dos que son uno en pareja.
5. El rostro de la soledad por infracción.
El rostro de Dios estaba en silencio, no hablaba, no podía relacionarse, era un rostro encerrado en sí mismo, rostro sin palabras, rostro sin emociones. Hasta ahí no había comunicación, no existía la Palabra, no había eco, ni quien reconociera la voz.
Pero un lunes por la mañana al despertar, la Creación evolutiva comenzó un movimiento espectacular que organizó la energía y en formas de elipses, espirales inconmensurables, vías lácteas regadas por la inmensidad. Luz y calor en forma de tirabuzones, de ciclos prodigiosos empezó a expandir la fuerza organizadora hasta hoy.
1.
El rostro de Dios dibujó una boca de la que salió la Creación. No había nada, todo era caos, la materia era un desorden, la oscuridad era total y a Dios le salió la voz a partir de una boca que hasta ahí nunca había pronunciado ningún sonido. Pronunció “QUE HAYA LUZ, y hubo luz”. “Y vio Dios que era bueno”. De modo que ver, añadía al rostro ojos. Ya tenía un rostro con boca y con ojos….evolucionaba el rostro con dos sentidos. ¡Cuando ya el rostro iba dibujando una forma magnifica llena de amor, vio con sus ojos que faltaban muchas cosas…la creación! Las manos entraron a funcionar-crear-construir.
Se imaginó que podían brotar miles de formas de la vida y de la evolución con su PALABRA, separó el cielo de la tierra, las aguas dulces de las saladas, apagó de a poco los volcanes, conmocionó la superficie de la tierra y se arrugó de tal manera que hubo montañas y nevados, desiertos y tierras negras, lagos y ríos, valles y depresiones, cañones y llanuras, pampas y selvas, estaciones y días turnando las noches. Colgó estrellas en el firmamento y adornó todo el día con el sol incandescente y por las noches una luna cambiante.
De Dios brotaba el AMOR, y entre la boca y la nariz que aparecía en el rostro, sintió que soplaba aire, que tenía aliento, que insuflaba vida a través de su soplo. La fuerza del sonido salido de sus pulmones, se escapó en forma de aire creador. Y dijo que venga a la vida el humano.
Alguien con quien conversar, compartir, entablar una conversación: salieron los oídos para poder ESCUCHAR. Completó Dios cuatro sentidos: boca, ojos, nariz y oídos. Pero como no podían faltar las manos, éstas de inmediato se pusieron a organizar el cuerpo perfecto de Adán. Moldeó Dios con sus manos una forma de “tierra-barro-cerámica-plastilina” para conformar rostro, columna vertebral, brazos y piernas, todo el aparato interno para confeccionar los órganos y ensamblar los organismos humanos. Quedó completo Dios en su rostro vivo. Los cinco sentidos fueron apareciendo en el ROSTRO de DIOS. Y a partir de allí brotó la VOZ, y desde esa fuerza creadora nació el mundo-cosmos-tierra. Formo el cuerpo humano por EVOLUCION maravillosa, sacada desde los animales mamíferos, con sangre caliente, corazón de madre y responsabilidad de padre. Forro la sangre y los huesos con una piel misteriosa que envolviera bien y generara pasiones y excitación, energía y amor a primera vista, y otras retardadas.
2.
Salió Adán como resultado del amor de Dios, alguien con quien entablar una relación, alguien parecido, alguien que hablara y escuchara. Apareció el DIALOGO. Dios y Adán podían hacerse visita en el edén, conversar la problemática de la hacienda “el Paraíso”. Podían tomar café, Adán le ponía quejas a Dios sobre malezas, bichos, nematodos y gusanos que no dejaban fecundar bien y eran una traba para los cultivos que no daban el rendimiento que esperaba el JEFE. Había amenazas de despido con asomos de renuncias. El uno exigía rendimientos descomunales y el otro se quejaba por problemas innumerables.
Cuando se secó el barro con el que fue conformado la corporalidad del hombre, y dibujó el rostro con los 5 sentidos. A partir de esa organización tan fabulosa el rostro pudo exponer y escuchar, hablar y expresar, contar sus emociones y adivinar el rostro del Otro.
Con el ROSTRO, empezó a poner nombre a los animales, a las cosas, a los fenómenos, a las manifestaciones de la naturaleza. Denominó a los rayos, y los aguaceros, los temblores y los incendios, el frio y la humedad, el calor y las sequías, a medida que aparecieron los animales los llamó y domesticó para poder separarlos, para poder distinguirlos; los que eran cercanos y útiles de aquellos que eran peligrosos y que no prestaban ningún servicio. Sembró matas y les puso el cartel con el nombre para distinguirlos de la maleza, los rastrojos y los helechos. Pudo escribir el “primer diccionario” para consultas a toda hora, sobre todo cuando se le olvidaban los conceptos, las palabras y los homónimos literarios. Escribió un recetario para poder recordar para qué servían las matas, las frutas, las aguas medicinales y poder distinguirlas de las venenosas.
Se caminó toda la tierra denominando con señales lingüísticas exactas a toda la creación. Primero por la tierra, luego subió los ojos para el cielo y mas tarde descubrió el mar y el fondo del océano para completar todo el listado de la fauna marina.
Midió la tierra con teodolitos, levantó el mapa en relieve para saber cuántas fanegadas eran planas, cuántas en loma y cuántas tenían balcones sobre los ríos. Qué partes de la finca tenían playa junto al mar y cuáles tenían nieve y hielo por los nevados.
Cuando terminó toda esa tarea dispendiosa de organizar el herbario, el zoológico y el mundo de la astronomía y el zodiaco comenzó a sentir un gran malestar. ¡No tenía nada mas que hacer! Trabajaba un rato, ordeñaba vacas y recogía los huevos, cocinaba y reposaba después de almuerzo. Pero se aburría mucho y a toda hora.
Dios en su corazón recordó su soledad antes de inventarse la Creación y dibujar su rostro. Se le ocurrió traerle una compañía.
Organizó la pareja humana. Adán y Eva contrajeron relación matrimonial y entre los dos inventaron el oficio de mayordomos de la hacienda el Paraíso. El uno se posesionó del cuarto de herramientas y la otra tomó posesión de la cocina y los útiles del aseo para tener todo listo y en orden.
Hasta ahí solo había una manera de vivir: SOLTERO. Pero Dios adivinó que sólo no funcionaba y se inventó vivir en PAREJA, y los convidó a una fiesta de bodas. Símbolo existencial de su Alianza con el humano.
Adán estaba solo, aprovechó un sueño de la siesta de un domingo sin futbol y allí aprovechó para sacarle no una costilla sino de su misma carne e hizo brotar la genética femenina. Diferenció las señales de equis-equis con una variable equis-ye. El hombre comenzó a generar testosterona y los testículos sacaron andrógenos para la vida. Las mujeres a raíz de sus ovarios produjeron estrógenos, gestágenos y progesteronas. Todo esto contribuyó a separar los lenguajes sexuados o sea la ruptura entre los dos como diferentes. Roto significa SEXO.
Nada es mas distinto que un femenino y un masculino: no nos parecemos en nada, somos diferentes. Cerebros diversos, cuerpo con diferencias abismales, conductas complementarias, posiciones en contravía, comportamientos dispares, pensamientos y acciones tan polares que no tenemos ni idea porqué somos tan disimiles. Cuerpo femenino para recibir y esqueleto muscular del masculino para entrar y depositar. Pero con una dinámica extraordinaria: poder copular rostro con rostro. Recibir la sonrisa, el placer, los gemidos, los ojos abiertos o cerrados, el estímulo de las palabras, las dinámicas de la arrechera con música o silencios. Los movimientos de los cuerpos llenos de fuerza y sensualidad, de emotividad y de gimnasia reposada con exaltaciones y arremetidas para sacar las tensiones de los cuerpos y preparar el descanso con todo el reposo animal.
Como describía antes, Adán se dedicó a ensamblar y desbaratar objetos de toda clase y los “electrodomésticos” de la época y Eva hacía oficio todo el día. Con los roles perfectamente delimitados, pero en lo único que hacían el trabajo en compañía era en el jardín y ahí no se ponían de acuerdo nunca. Eva quería los árboles cerca para que le dieran sombra a la casa, y Adán insistía que era mejor la huerta los mas cerca posible para trabajar y no tener que caminar mucho. Eva quería el jardín alrededor de la casa para que las flores sirvieran de adorno. Las hierbas aromáticas bien cerca y al lado izquierdo porque ahí va el corazón, razón que no convencía a Adán por tener otro criterio. Peleaban todo el tiempo, la guerra era frontal en discusiones y silencios castigadores. La una quería flores y Adán acotaba que era mejor frutas para vender y no adornos que no servían por no ser productivos. Las discusiones eran de día y volvían a aparecer de noche antes de dormir en una guerra interminable que les producía insomnio consuetudinario. Por eso le dolía la cabeza a Eva durante el día y Adán no podía trabajar bien por estar cansado y agotado, teniendo que tomar café varias veces al día para dominar el sueño y la debilidad. Con el clima de peleas…
El terreno estaba abonado para la traición: apareció la serpiente y ésta especializada en enredar, en estafar, en sembrar dudas y maledicencias, comenzó su trabajo de despertar en Eva curiosidades que en su ingenuidad no tenía, pero a partir de allí el sinsabor de vivir en pareja fue creciendo. Aumentaron las peleas, las discusiones, los desacuerdos, los silencios enojosos comenzaron a hacer mella hasta que todo se derrumbó. Amaneció un “sábado largo y solitario” un día espantoso en el que se envenenaron ambos con una fruta que les causó escozor y nunca supieron cuál fue el principio de la tragedia: contravinieron la ley y eso les causó el castigo de salir del paraíso, como finca y tener que deambular por el mundo buscando trabajo y donde pernoctar. Hasta hoy, eso es suceso de símbolo del no trabajo y de la inmigración por todo el mundo terráqueo sin paz ni sosiego. Allí nacieron los desplazados, los inmigrantes, los vagos, los “judíos errantes”, los solitarios y callejeros, los aventureros sin rumbo ni trabajo, los desterrados buscando donde vivir al borde de las carreteras o en los filos de las canteras.
Nómadas y expulsados sin derecho a tierra a no ser que la compren con el sudor de sus esfuerzos, de las frentes y de los ahorros.
Este “pecado” debido a la picadura de la serpiente fue la causal de los odios, rabias, celos, traiciones que obligaron a asomarse a otros por curiosidad como para matar el tiempo rutinario con la pareja o castigar al otro por rabia o una experiencia para vivir la vida de otra forma y ensayar nuevos programas.
Casi siempre que conocemos a otro nuevo y advenedizo, el tiempo empieza a ser diferente y el recreo se prolonga de forma fabulosa…..pero qué pena que le escriba esta noticia: dentro de un tiempo llegará la rutina y las fatigas que generan esta nueva relación y termina casi siempre siendo tan igual o peor que la anterior. ¡La experiencia se maltrata en carrusel! El círculo es repetitivo. Así es la condición humana, entra fácil en rutina por la soledad que no asombra sino que anestesia.
3.
Apareció en la tierra lo femenino. Eva aportó la delicadeza, la armonía, la alegría del hogar, la sensualidad. Eva se encargó del aseo y del orden. Eva hablaba mas y Adán era mas “escuchante” y silencioso. Pero para conquistar Adán recurría al verbo y Eva necesitaba aflojar el oído para sentirse calentada y conquistada. Una vez conquistada…los silencios en el hombre eran casi que del largo de la semana y las palabras de Eva eran cantaletas larguísimas y consuetudinarias como si “una hora fuera” del largo de un mes con 31 días.
Eva se especializó en la jardinería y las labores de la casa. Eva al no poder poner el nombre a las cosas creadas, afiló la capacidad de observar, de preguntar por todo, se volvió curiosa hasta el extremo de rayar en lo peligroso.
La curiosidad la inundó por toda su sangre para poder estar al tanto de la vida y sus rincones. Curiosidad visual, curiosidad de palabra, curiosidad con los ojos para sospechar de cualquier movimiento o de Adán que por ratos se perdía y no contestaba, curiosidad olfativa para adivinar posibles olores enemigos y extranjeros, curiosidad mental para hacer películas de terror, de amor, y de detectives o ficción. Curiosidad manual para supervisar a cada rato qué había estado haciendo su pareja cuando estaba en la labores del campo y cómo tenía sus manos. Sospechaba de con quién se había quedado tanto tiempo por allá lejos en el bosque y dudó de porqué le había dado por sembrar los arboles tan lejos y decir que tenía que ir a hacer pipí hasta por allá.
Eva preguntaba por todo para poder imaginar desde el fondo de su intuición femenina y poder opinar sobre todo, con la fuerza de la contundencia de mujer sobre cualquier tema. No había terminado sus estudios en “derecho” pero ya juzgaba, condenaba, hacia veredictos, controlaba y se sabía los códigos para poder señalar lo que estaba bien y lo que andaba mal.
Eva no tenía con quien hacer visitas pero dialogaba consigo misma contándose películas de todo tipo, para sacar el poder de comunicación de forma implacable y seductora.
Caminaba por la finca exponiendo todos sus atributos eróticos, exóticos y erógenos pero “sin muchos pasajeros ni visitantes”….cosa que no le importaba mucho porque lo importante era desfilar, darse el show a sí misma y que la vanidad entrara en su corazón y saliera por todo el jardín para estimularse ella misma.
Desfilaba por la pasarela natural entre las hojas y los árboles y ella misma se aplaudía con los ruidos espontáneos del aire y de los pájaros.
Se arreglaba junto a los espejos de la casa para poder certificar si su imagen se parecía a la realidad femenina que le habían organizado a partir de los a.d.n, recibidos por herencias misteriosas de miles de antepasados animales que habían intervenido en la evolución, hasta lograr ayudarle a conformar el cuerpo femenino con rostro de mujer y con útero adelante para vigilar su gestación y ponerle nombre al bebé mientras lo tejía en su seno prodigioso.
Sufría de depresión al no poder compararse con nadie, ni con las demás, que sospechaba no existían en ningún rincón de la hacienda, desconocida todavía, porque no le había alcanzado el tiempo para conocer la redondez de la totalidad del terreno inmenso, de la herencia.
Era “miserable por no tener suegros” con quien pelear, ni cuñados a quien humillar debido a su condición social y la altura económica de creerse dueña del mundo, que le había sido dada por preferencia.
4.
Una tardecita de sábado, por abril, después de un aguacero fenomenal empezó la boda para vivir en pareja. “Serán una sola carne”, “dejarán a sus padres y se unirán en torno a un hogar”. Una ceremonia sin invitados, sin música, sin vestidos elegantes ni apropiados, sin regalos. No hubo tarjetas, ni preparativos especiales. Sin protocolo.
El rostro del uno tenía la obligación de asomarse al rostro del otro. A partir de allí, de esa noche de abril, la tarea era comunicarse rostro con rostro. Había tres reacciones ante el rostro ajeno pero vecino y amigable:
a- Sorprender el rostro de la pareja con el regalo, el afecto, la conversación sana, la alegría de vivir, la comunicación sincera, la emoción de transmitir la vida sin tacañerías o economías rastreras.
Es la tarea integral de dibujar el rostro del otro con definiciones claras sobre la vida sin trampas, ni peleas. La alegría de vivir y dibujar el rostro del otro con emociones generosas y abundantes de felicidad, de sonrisas y multiplicaciones solidarias. Sembrar en el rostro familiar toda la imagen de Dios que es ante todo Creador y no destructor.
Asomarse cada uno al rostro del otro con la compasión, el perdón, la capacidad de indulgencia sin acusar, ni condenar, sin juzgar ni calificar, sin agredir ni culpabilizar. El otro que acompaña, nunca está ahí para ser juzgado, ni condenado, no está ahí para hacerle psicoanálisis. Es una falta de respeto y deshumanización.
Verificar el rostro de otro a toda hora con la compañía, los detalles, la cercanía, las caricias, las palabras llenas de amor y de humor. Sensibilidad para borrar los ratos tensos y las crisis pasajeras que abundan en el camino. No herir el rostro del otro con comentarios tendenciosos, ni revanchistas llenos de dolor y venganzas.
b- No abandonar el rostro del otro con las pérdidas, los escondites, las palabras mentirosas que tanto desdibujan y generan muecas en el rostro ajeno pero familiar.
“Los que se escapan” van devolviéndose a la mañana primera del paraíso cuando se arrimaron al árbol de manzanas y complicaron la vida llevando la contraria al PLAN de Dios.
Y si no es escapándose, es con silencios enemigos, quejas descaradas, incomunicaciones espantosas, reclamos obsesivos, sacar en cara eventos pasados y ridículos para lastimar.
Herir el “rostro ajeno pero cercano” con manifestaciones de enemigo declarado que hacen la vida mas penosa e invivible. Desajustar al otro con comentarios malintencionados y sismológicos que desestabilizan las relaciones humanas, de pareja y familia.
Todo aquello que atenta contra la sanidad de la pareja; estar diciendo NO, a toda propuesta porque yo tengo la iniciativa o no se hace lo del otro. Llevar la contraria y posponer las iniciativas del otro. Cambiar por terquedad cualquier sueño que el otro desee tener, para tirarme la voluntad ajena-cercana.
Estar cazando peleas cotidianas por nimiedades y simplezas que no valen la pena, con tal de demostrar que vivo gracias a las rivalidades y grietas malsanas continuas.
Aplastar el rostro del otro con quiebras, mal manejo del dinero, facturas que no corresponden a lo ordinario, robos e indelicadezas, deudas pasadas y repetidas que desdibujan el rostro del otro y lo hunden en la apatía. Desconfianzas en torno al dinero y las contabilidades no serias ni honestas.
c- Sorprender el rostro del otro con noticias infames, con despidos monstruosos, con peleas cotidianas, con agresiones intempestivas, con anuncios groseros, con burlas a la intimidad, con traiciones de alto calibre que dejan al otro sin-sentido y sin aire.
¡Ay de quien juegue con el rostro del otro y lo manipule, lo convierta en una mueca eterna, lo maltrate con colores que no “armonizan” sino que todo lo contrario enajenan y extrañan la vida!
Estar dañando el rostro ajeno pero vecino con la ruleta de los 4 verbos que causan la debacle en cualquier pareja: pelear por los verbos: Poder, valer, tener y saber. Un esmeril constante de estos verbos que dañan la relación humana, de pareja y de familia por estar enzarzados en esta penosa pelea interminable de agrietarse mutuamente. A nadie le gusta que lo manden, que lo humillen, que lo ignoren y que gasten a sus espaldas o lo acusen de gastos innecesarios.
La vida de pareja es ante todo para darse gusto, para que la vida fluya, que puedan acompañarse la soledad con rituales llenos de sentido, de significación y de hermandad-familiar y cómplice. Para que puedan hacer las tareas como personas en el mundo dejándolo mejor de lo que lo encontraron y esto se hace en equipo, en familia, en pareja, en sociedad.
Eva necesitaba hablar mucho, en cambio Adán se callaba a toda hora y le daba pereza pronunciar palabra. Esto los fue agotando hasta la soledad. Eva hacia planes constantes, Adán fugas eternas de la realidad. Se perdía en el jardín y fuera de eso no le contestaba a Eva cuando lo llamaba haciéndose el sordo y con la disculpa que el ruido de los pájaros y el bramido de los terneros apagaban cualquier grito en la finca. Las distancias de la comunicación se hicieron mas penosas hasta sembrar de maleza todas las relaciones de pareja y en familia.
5.
Dios pensó en su corazón abierto y humano: “no es bueno que el hombre esté solo” y se inventó una compañía de su misma carne, con igual talante, con los mismos sufrimientos y dolores, pero con las mismas ilusiones y alegrías de vivir.
De modo que el primer fin de la pareja es ACOMPAÑARSE la soledad. Que puedan compartir toda la semana de trabajos ásperos y disfrutar los domingos y festivos del descanso. Que los 5 sentidos estén al servicio del otro en la compañía cercana y afectuosa.
Que el rostro del uno se asome al rostro del otro y puedan reconocerse en la diferencia, en la soledad, en la compañía, en la manera de resolver problemas, en la multiplicación de las fuerzas, en las alegrías de ganarle a la vida y sus inconvenientes.
Solo me reconozco cuando vea el rostro ajeno y no es el mío, pero es ahí donde el espejo me hace cómplice y humano. Cuando reconozca que mi rostro es mas el mío, cuando acepte el rostro del otro y lo sienta cercano.
Cuando encienda el rostro de mi amado y lo ilumine con la palabra, los gestos, la compañía y lo sorprendente. El rostro del otro me pertenece por ser mi compañía para andar por la hacienda y de forma responsable cuidarla y hacerla producir. Son dos aspectos: cuidar y generarla de frutos y riquezas. Cuidar es una obligación porque no es mía, soy cuidandero, jardinero, inquilino. Pero debo poner a producirla para comer y alimentarme, para usufructuarla y poder sacar las riquezas que fortalecerán mi autoestima y capacidad de sentirme útil y realizado.
Todo esto contribuye a que la SOLEDAD no me haga cometer errores, que no sea el trasfondo de la tristeza y la depresión.
La soledad es la fuente de todas las maldades y desgracias. La soledad los llevó a cometer una infracción letal. Desobedecieron y arruinaron el Plan de Dios. Desde ahí el rostro tuvo la culpa, se escondieron, se echaron la culpa el uno al otro, cada uno se defendió “egoísticamente”. El rostro se expuso a la sombra, a la hipocresía, a la mentira, a la vergüenza, a los celos, a la “muerte”.
Y solo se puede vivir de tres maneras la vida: solo, casado en pareja y dedicado a la vida religiosa en cualquier cultura o estructura de fe.
Dios creó el matrimonio. De usted depende la escogencia de los tres caminos: soltero, en pareja o religioso. Y cada uno posee reglas, conductas comportamentales y está invadido por la soledad. Hay que saberla manejar y llevar con toda la responsabilidad y solidaridad. Acompañar soledades ajenas es una tarea formidable y dispendiosa que realiza mucho para ayudarnos a construirnos PERSONA.
Dios se inventó la vida en pareja pero los humanos descubrieron que había 4 verbos para causar la grieta y la rivalidad: pelear por el Poder, Valer, Tener y Saber.
Adán sacó a relucir que él mandaba (el Poder) por haber llegado primero a la hacienda. El valer lo detentaba él, por haber sido creado original, en cambio Eva era un subproducto, algo así como de segunda, no era de marca, era como producto “chino”, no “chiviada” porque no había de quien copiar. Adán se creía que el TENER, era un verbo masculino porque quien recibía el sueldo cada semana era el mayordomo, porque cuando bajaba Dios a pagar la semana, se lo entregaba al hombre. A Eva le quedaba el último verbo de la pelea: Saber, ella sabía de todo sin estudiar, pero con imaginación prodigiosa se creía con el derecho a pontificar, dictar catedra y asombrar a su esposo con esa “sabiduría” que sabía de todo aunque no hubiera estudiado nada. ¡Un día le hizo creer y “se lo juro por Dios” que antes de llegar al Paraíso, ella había estudiado en los Estados Unidos, con tal convencimiento que Adán llegó a creer por momentos, por la seguridad con la que hablaba y lo dejaba boquiabierto, que había sido verdad y por eso hasta “¡Ingles hablaba a la perfección”, y el pobre no entendía ni MU! “Ella” era graduada en instrumentación quirúrgica. Y lo pregonaba por todo el paraíso. Pero aparecía como experta en “polvorería”, para hacer estallar cualquier bomba en los momentos mas inesperados. “Polvorería” antigua desde el imperio chino, por eso sacaba los eventos históricos desde el mas allá y sacarlos en cara con imaginación prodigiosa, memoria de elefante y rasgos de salmón remontando el rio de sus recuerdos y con astucia inverosímil. Era experta en historia para recordar todo con detalles y cinismo cruel. Además de que todo lo usaba para herir y maltratar. Para juzgar y condenar.
Lástima, porque todo esto anula la relación humana y en pareja, desconociendo que somos inter-relacionales, con necesidad profunda de vivir en sociedad, en equipo y con unos intereses globales a donde apuntar los esfuerzos. Nos necesitamos el uno al otro. Sin que el uno incline la balanza personal sobre el otro….
NO podemos vivir sin asomarnos al rostro del OTRO. Y una vez que nos asomemos para dibujar un rostro plenamente humano y eso depende de usted; según como sea el trato y la amabilidad con la palabra, los gestos y la alegría con el ejemplo.
Dios tiene ROSTRO, y la vida con EL y entre todos es dialogal: por eso poseemos un rostro con 5 sentidos. Un rostro que pronuncia la Palabra y escucha los diálogos.
Tanto el Rostro de Dios como el nuestro fueron evolucionando y de la cara comenzaron a brotar los sentidos hasta organizar el cuerpo majestuoso con rostro inteligente. Y donde los 5 sentidos sean las ventanas para asomarse a la realidad.
Los sentidos son para poder dialogar de formas profundas y de maneras constructivas. Dialogar es amar a toda hora aun en los silencios pero sin castigar ni organizar muros de incomunicación y frialdad.
Ambos aprendieron a escuchar la VOZ AJENA y poder darle afecto junto con las soluciones inmediatas del otro que se debate entre la soledad y la frustración si no logra dominar el mundo, ponerle nombre a la realidad, transformar la tierra y hacerse humano en las relaciones afectivas con los demás.
12 de octubre 2.015 (día de la llegada de la Fe).
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