PROGRAMA DE TRANSFORMACION CULTURAL.
INDICE
0. INTRODUCCION AL CUERPO.
1. FABULA DEL CAFÉ.
2. LAS CUATRO ESTACIONES DEL CUERPO.
3. LAS TRES ZONAS CORPOREAS.
4. LAS TRES CARTAS.
5. EL UNO ES EL OTRO.
6. EL CONCEPTO DE AMOR.
7. LA ARQUEOLOGIA DEL AMOR.
8. LA VIVENCIA DEL AMOR.
9. LOS DIEZ LENGUAJES PARA HACERSE ADULTO.
10. LA ANTROPOLOGIA CRISTIANA DE LA CORPOREIDAD.
0. INTRODUCCION AL CUERPO.
CUERPO COMO AROMA.
El cuerpo posee una aroma de mujer o de hombre para ser saboreado y vivido con todos los sentidos. Cada cuerpo tiene un sabor especial para otro. Ese cuerpo llama la atención, tonifica, pide cercanía, despierta interés, regula energías o las exalta.
Somos un aroma específico: Aroma de Mujer y Aroma de Hombre. Cada uno es un café con aroma femenino o masculino y ese aroma tiene la responsabilidad y la dimensión de ser servido a través de cada cuerpo.
El cuerpo de cada uno es un pocillo que alberga un café, un tinto, ese recipiente posee un aroma especial, personal y característico. Somos un café con aroma humanizante y personalizador según como los sirvamos y como lo disfrute el catador.
LA EPIFANIA DEL ROSTRO.
Todo rostro indica que el OTRO es alguien distinto de mí porque en el rostro del otro aparece el asombro, la indiferencia o la oscuridad que ese otro manifiesta ante la realidad y que es distinta a las manifestaciones que aparecen en mi rostro. Cada rostro es un espacio reconocido en su singularidad, en su unicidad donde cada uno tiene UN NOMBRE PROPIO.
La desnudez de todo rostro simboliza que cada uno es un YO abierto al diálogo, que cada uno es una apelación al otro, una invitación al encuentro, un interlocutor que da y otro que recibe, que el otro es un campo geográfico para acogerlo o rechazarlo. Que el otro siempre es un lugar de encuentro donde siempre ocurren situaciones y se desatan reacciones.
El fundamento último del ROSTRO DEL OTRO como símbolo, es que de alguna manera la cara del otro es el asiento del ROSTRO DEL TOTALMENTE OTRO. El rostro del Dios invisible sólo lo puedo experimentar a través del cuerpo con rostro del otro que tengo a mi lado y que percibo como igual pero diferente a mí.
LA FENOMENOLOGíA DEL CUERPO.
Todo cuerpo es un lugar de fenómenos y los fenómenos más humanos se delatan a través de la corporeidad. El cuerpo es un espacio geográfico que emite a través de los cinco sentidos innumerables mensajes. La piel y los sentidos por donde el cuerpo se asoma a la realidad es un espectáculo viviente que revela todo tipo de datos y mensajes, de palabras y de hechos, de revelaciones y de manifestaciones.
LOS SENTIDOS.
Son las ventanas del cuerpo abiertas al mundo: LA VISION representa la posibilidad más inmediata que tenemos para asomarnos al mundo, para percibir las realidades que nos rodean, para mirarnos a los ojos y para hablarnos con la mirada. Con los ojos admiramos la luz y los colores y nos asombramos ante el cuerpo del otro que nos llama, nos incita, nos reclama atención. EL OIDO esa extraordinaria posibilidad que nos permite captar los sonidos, penetrar el sentido de las palabras y descodificar la Intencionalidad de los mensajes. Gracias al oído podemos entrar en comunicación con los otros y con el mundo. EL TACTO, esa sensación somática gracias a la cual nos tocamos y nos sentimos vivos, nos acariciamos y nos convidamos a existir, esos rasgos donde salta la ternura para que el afecto nos haga co-participes de la existencia. EL GUSTO Y EL OLFATO que nos hacen participar de las infinitas expresiones de todo lo creado saboreando y aspirando todo lo que significa la armonía de la vida y que llenan nuestro interior.
EL CEREBRO.
Ese INGENIO UNICO hecho para pensar que consta de 190.000 millones de células neuronales que no sólo me hace saber sino que ME HACE SABER QUE SE. La estructura del cerebro es tan compleja y rica en posibilidades que sólo utilizamos un porcentaje mínimo de potencialidades. Allí se almacenan gigantescas redes de información, de datos memorizados, de millones de intuiciones, de improntas imaginadas, de especulaciones y pensamientos, todas listas a emerger gracias a la razón y a la creatividad almacenadas. Gracias a todo esto saltan los destellos de la inteligencia para que avancemos en nuestro proceso de personalización.
EL CUERPO COMO COMUNICACIÓN.
Gracias a esta estructuración nuestra piel es una comunicación viviente; habla el rostro manifestando alegría o rechazo, sorpresa y cansancio; hablan los ojos cuando lloran o miran con astucia, aparecen nuestros gestos cuando ofrecen un regalo o cuando dan un beso; hablan nuestras posiciones al caminar o al sentarnos. Todo nuestro cuerpo es una geografía de lenguajes y una antena parabólica que manifiesta todos los estados de ánimo y comunica todos los mensajes vivos. Nuestro cuerpo humano tiene los pies firmes como salidos de la tierra y la cabeza proyectada hacia lo alto pero los brazos se abren alrededor extendiendo sus manos para la acogida, la donación y la entrega.
EL CUERPO COMO PARABOLA DE LA HISTORIA HUMANA.
La figura física del cuerpo representa la historia que camina. Caminar exige comer y beber, exige reposo pero necesita ejercicio, siente las fuerzas juveniles pero está llamado al envejecimiento. Siente las fuerzas de las pulsiones que lo llaman hacia adelante pero se opaca ante las luchas interiores que lo hacen experimentar los deseos de encerrarse. El cuerpo está expuesto a la dinámica de la vida pero amenazado por las violencias de la muerte. Es una parábola de la vida que necesita cada noche dormir y mientras se duerme de alguna manera se muere.
EL ITINERARIO DEL CUERPO.
El cuerpo es una epifanía del YO. Cada YO nace a través de las PALABRAS y los ACTOS que proyecte y ejecute por medio del cuerpo. El CUERPO es una PALABRA HECHA CARNE que me va revelando a mí mismo ante los otros y ante el mundo quién soy y de qué soy capaz. A través de mi CARNE yo estoy en el mundo, me conozco, decido sobre mí mismo, desato reacciones en los otros, le doy sentido a mi existencia y me voy revelando y manifestando para que los otros me sientan como un SACRAMENTO que convida a vivir.
Todo itinerario sólo es realizable a través del cuerpo porque nuestro cuerpo es un itinerante que camina como sujeto de la historia, como actor y como espectador.
1. FABULA DEL CAFÉ.
Cada uno es una planta de café y se llama almácigo. Los almácigos son transplantados al cafetal. Cada mata es diferente... unas crecen con sombrío de aguacate, otros con sombrío de guamo o de plátano... y otras a la interperie, al sol y al agua. Los almácigos son de diferente variedad: Arábigo, Pajarito, Colombia, Caturra.
Las matas florecen, se llenan de granos y enrojecen. Por Marzo y por Septiembre les desgranan la cosecha con manos apuradas. Después los pasan por despulpadora, por “beneficiadero” y luego en bandejas de secado al sol y por ultimo a los hornos. Allí mezclados de todas partes, el café queda tostado. Pasan de grano a café molido.
Luego son empacados para venderse con diferentes marcas. Cada uno sigue siendo mata o planta de café y hay que cuidarla, pero ese no es el fin.
Cada uno es un café servido en taza para los demás. Somos un café con aroma para el encuentro con los otros. Cada uno se encuentra con catadores diversos, por eso somos un café servido y expuestos al amor o al dolor... somos un pocillo de café bien tomado o abandonado, frío y sin sentido.
Hay que cuidar la planta de café, no por la mata en sí, sino para que produzca un café que genere un tinto para el otro. ¿Usted mejora su sabor gourmet para que el otro lo disfrute y lo saboree?
2. LAS CUATRO ESTACIONES.
La naturaleza se combina con cuatro estaciones. Aunque nosotros por estar en el Ecuador no sentimos sus cambios bruscos y armónicos, si sabemos lo que son las estaciones: primavera, verano, otoño e invierno.
Un cuerpo en primavera se arregla, se armoniza, se mira, se percibe, se quiere. En primavera nos confrontamos mutuamente en el afecto y la cercanía. En primavera un cuerpo anima con todos los sentidos.
En Verano un cuerpo se excita, se calienta, se apasiona... el cuerpo en verano llama la atención y se promociona,
En Otoño el cuerpo se altera, se irrita, lo asaltan los nervios. En otoño casi todo es aburrido y angustia a los demás.
En invierno se pierde el sentido de la vida, hay desánimo y se contagia. Hay desilusion y malestar. En invierno no hay alegría de vivir.
FÁBULA DEL CUERPO EN ESTACIONES.
Todos hemos contemplado un cuerpo en primavera: Piel fresca, vestido nuevo, olor a campiña, formas finas, ademanes agradables y cercanos. Primavera es amanecer temprano y vitalizante. Es atardecer con arreboles en el ocaso y es noche con estrellas para contar.
El cuerpo en Verano excita y es excitable... la pasión hierve, el sol quema, la sed acosa. La piel es potranca cerrera por la llanura de la energía, de la vitalización y con el deseo de la entrega. Un cuerpo veraneante estalla en volcánes, arrastra corrientes y precipita fuerzas.
Los otoños también atraviesan la piel de los cuerpos y las hojas se caen, las ilusiones se marchitan y los vientos sacuden las ramas... En otoño llueve y hace frío. En otoño la vida duele y genera soledad. Una piel en otoño se agrieta, la alegría no alcanza a dibujar sonrisas, los ojos se cansan de mirar, la respiración no llena, las manos se inutilizan. El otoño pre-anuncia la enfermedad.
Y de pronto el asalto del cuerpo en el invierno. El “Sinsentido” de vivir... la nieve que cubre la tierra, las hojas húmedas que almacenan el frío, la lluvia gris que todo lo envuelve... el cuerpo que nada anuncia, la piel que no atrae, la energía que baja la presión y las oscuridad que todo lo invade.
Somos un cuerpo en estaciones: a veces depende de los climas, de las
condiciones atmosféricas, de las altas presiones, de las corrientes marinas, de los cambios cósmicos. Pero el cuerpo es de cada uno y está diseñado para encontrarse con otros, para entregarse, para servir, para disfrutar la vida con otros. Para que el aroma sea aceptado o rechazado por los demás. Mi cuerpo es mío pero para los demás...
3. LAS ZONAS CORPÓREAS.
El cuerpo por el hecho de ser y por estar ahí es PRESENCIA y nos llama la atención o pasa desapercibido, excita o aleja, calienta o enfría, provoca o genera lastima, conquista o agrede. Todo cuerpo es fuego que alumbra, que enciende, que atrae o se convierte en AUSENCIA que aleja, que congela y que condena al silencio.
Por estar ahí y ser una antena parabólica, que transmite comunicación aun en el silencio, siempre habla siente y presiente. Todo cuerpo está llamado a comunicar, a hablar, a pronunciar a generar un comentario y alguna significación.
Cada cuerpo es un VERBO porque cada cuerpo es acción y movimiento. Cada cuerpo es verbo porque ejecuta acciones, actividades, movimientos, inventos y creaciones.
Cada cuerpo califica con ADJETIVOS la realidad para poder asombrarse, para exagerar y para sentirse vivo. Esa realidad que lo rodea merece juzgarla, ponerle una nota sobresaliente y eso lo hace con el sello del adjetivo que marca y que señala el mundo de las cosas. Y como también ocurren sucesos y objetos planos, la vida está llena de SUSTANTIVOS para hablar, expresar y enumerar la vida con lo simple y superficial.
Lo SUSTANTIVO no tiene tanta importancia como lo adjetivo y éste es más profundo que lo sustantivado.
Al cuerpo lo califican los adjetivos porque genera cualidades, características cualificaciones y maneras de comportarse. Pero lo que realmente caracteriza un cuerpo son sus acciones sus movimientos su capacidad creativa para cambiar el mundo. Pero todo cuerpo posee SUSTANTIVOS para colorear lo menos importante, pero que adorna, que acompaña, que acompasa la melodía fundamental que lleva el ritmo clave de la existencia humana.
Fuera de eso la sinfonía de vivir acopla en la comunicación adverbios y conjunciones, pronombres y figuras, conceptos y sentimientos que el humano proyecta en el pentagrama de una vida que solo tiene sentido, si cada uno es capaz de expresarse con afecto, comunicarse con bondad y escribir y leer la vida proyectándose con los demás en el mundo, a medida que abandona su egoísmo y se hace cercano y solidario de otros.
ZONA ERÓGENA.
Es la piel toda. La zona erógena es aquella que produce un enorme placer sensorial. Invita al placer con todos los sentidos y convida al roce y a la caricia.
Desde que uno es bebé comienza con el despertar del placer oral: la lengua, el paladar, las encías y los labios descubren al mamar el alimento. El enorme placer que se genera en la boca, a partir de allí poco a poco se va conquistando otro tipo de placeres como comer, hablar y besar.
Luego los sentidos todos van despertando y serán fundamenta les en la comunicación erógena. Hay unos puntos erógenos universales que encierran mucho placer al ser estimulados: además de la boca están las manos, el cuello, las orejas y la espalda. Como quien dice, la caricia por la piel despierta un calor emocional que es fundamental en la comunicación erógena. Por eso desde niños hay que erogenizar la piel con el roce, la cercanía, la palabra afectuosa, el calor sensible, el entrenamiento manual y todo esto se da con la caricia el afecto y la compañía.
ZONA ERÓTICA.
Invita a entrar en el otro, a “devorarlo”, a penetrar. Nuestro cerebro tiene una profunda escisión porque nacimos a partir de una intromisión de nuestro papá en la mamá y de ella dentro de él; de modo que esa introducción espectacular esta marcada en nuestro cerebro, de ahí brota el deseo de querer esculcar el vientre de la persona que se quiere. Hay pues una pulsión fundamental que está marcada por el profundo deseo de entrar dentro del otro y generar por un rato el intenso deseo de completez.
Cada cuerpo genera eroticidad. Los cuatro puntos más eróticos de todo ser humano están marcados por vagina, pene, senos y ano. Son los cuatro sitios que antojan, estimulan el deseo de meterse dentro del otro, de invasión, de querer refugiarse en un rato intrauterino. Es el momento intimo de la sensación, de solaz, que permite una actividad que termina en una pasividad serena y estimulante. Conocer el cuerpo ajeno, revisarlo, medirlo y sentirlo cercano, sabiendo que ese cuerpo es ajeno pero de alguna manera la zona erótica permite que por un tiempo sea como propio.
ZONA EXÓTICA.
Son esas zonas “extrañas” que generan una profunda curiosidad y que atraen de tal manera que uno se siente extranjero haciendo un tour por sus alrededores.
Hay partes del otro que causan una gran admiración, asombran por un efecto reflejo, debido a que están en el cuerpo de otra persona. Es exótico lo que sorprende, lo que genera entusiasmo, lo que llama la atención, lo que provoca curiosidad afectuosa.
La zona exótica es aquella “partecita” que cada persona cuida y exalta: puede ser un lunar, el color de la piel, el cabello, los ojos, la sonrisa, las manos y las pecas. Lo exótico es aquel aspecto de sí mismo que produce seguridad y que uno sabe que publicitando vende la propia imagen. Es una zona, o un “pedacito” que no solo maravilla sino que atrae.
4. LAS TRES CARTAS.
Los seres humanos tenemos tres lenguajes fundamentales para expresarnos. Esos tres lenguajes son: AFECTIVO, SEXUADO Y GENITAL.
El Lenguaje Afectivo es la capacidad que cada uno tiene de manifestar lo que siente con palabras cariñosas, educadas, cercanas y cálidas acompañándolas con gestos y ademanes tiernos, comprensivos y amorosos.
El lenguaje Sexuado es aprender a relacionarnos sabiéndonos diferentes. Un hombre y una mujer son distintos, por lo tanto la convivencia está marcada por el respecto de saber que no somos iguales. Las diferencias abarcan tres aspectos diversos: Cuerpo, Cerebro y Ojos completamente distintos para mirar la realidad. La corporeidad femenina no se parece en nada a la masculina, además los cerebros funcionan con enfoques distintos para organizar la realidad. Fuera de eso la mujer ve la vida con ojos femeninos y los hombres con ojos masculinos, de ahí que cada uno se asoma a la vida con perspectivas distintas. De modo que el lenguaje sexuado es aprender a compartir una realidad que siempre tiene dos orillas. Esto es lo que se llama la complementariedad de los sexos desde la diferencia.
El lenguaje Genital es el deseo intenso por penetrar la intimidad del otro. La genitalidad es la invitación que el uno le hace a la persona que quiere para que entre y acompañe la desnudez. El lenguaje genital es tan profundo que tiene dos características principales: por un lado es invitación, es regalo de la desnudez propia hacia el otro, pero pide y exige que haya conquista y merecimiento, por lo tanto el uno tiene que hacer muchas cosas para entrar en el otro. Cuando solo hay uno de estos aspectos la relación se bloquea y se desgasta.
CARTA AFECTIVA.
Si quiera vivió Walt Disney si quiera se invento a Disney world. Algún día estuve allí y comprendí la magia de la vida...
La tarde que te conocí me pareció que todo era Disney world. Alicia viajo desde sus geográficas maravillosas. Alí Babá acarició los cofres y las joyas y contó todos sus ahorros en monedas doradas. Peter Pan danzó con los enanos turnándose a Blanca Nieves, a Caperucita Roja y a la Dama del Bosque en el baile asombroso del bosque encantado.
Gulliver dialogaba con los cuarenta ladrones para que todos fueran buenos. Pinocho contaba por primera vez la verdad de su vida. El Ratón Mickey hacía las pases con el Gato con Botas y repartían el queso de la existencia.
Esa tarde comenzaron las mil y una noches. ¡Gracias noche por encontrarte!
CARTA SEXUADA.
“Tú eres hombre y yo soy mujer. Y ya no aguanto mas no saber a que horas se come esta casa porque nunca se sabe a que hora vas a llegar. No aguanto más que el pescado se vuelva a morir dos veces entre el horno porque a ti se te olvida la fiesta de cumpleaños de tu única hija. No aguanto más que hubieras tenido el amor en casa y no fuiste capaz de reconocerlo por andar muy ocupado imaginándotelo afuera. No aguanto más tu privilegiado talento para narrar todas las injusticias con las que calificas lo mal hecho que quedo el mundo y tus críticas lastimadoras contra todo lo que tú no haces, pero los demás intentan realizar, sin embargo los desapruebas. De manera que ha llegado el día y no ha faltar el hombre que me ame de sobra para despertarme de amor cuando me haga la dormida, para que tumbe la puerta del baño cuando lo este haciendo esperar demasiado por las ganas, y que sea capaz de hacerlo donde sea y como sea y no siempre en la cama, como los que no tiene imaginación, como tu... un hombre que no deje de hacerlo conmigo, porque se imagina que no quiero, sino que me obligue hacerlo porque sus ganas contagian las mías... y que sepa siempre que soy yo, la que está con él y que soy yo y ninguna otra la única que fui mandada a hacer sobre medidas para hacerlo feliz y ser feliz con él hasta morirnos de amor los dos juntos“
NOTA: Párrafos tomados de Gabriel García Márquez en
“Diatriba de Amor contra un hombre sentado”
CARTA GENITAL.
Algún día asistí a una presentación de la filarmónica. Teatro Apunto. De pronto se abre el telón y todos los músicos dispuestos. El maestro que da un saltito mueve la cabeza y pone a danzar el palito... así eres tú, el piano de toda tu piel con todas las teclas de tus formas para sentirlas, acariciarlas y sacarles todos los sonidos del amor. Los violines de tus brazos espectaculares... tus senos como oboes que brillan con sonidos profundos. El contrabajo de tus nalgas que caminan bordando notas, corcheas y escalas... tus piernas largas con la dinámica de las flautas y los flautines. ¡Tu ternura en Mi mayor!
Y tu gracia tímida y femenina en OPUS 28, el día que nació la música.
5. EL UNO ES EL OTRO.
EL UNO ES EL OTRO.
La vida en pareja avanza hacia uniones cada vez más estrechas donde el uno se va pareciendo al otro y terminan por descubrirse tanto que se conocen, se adivinan, se necesitan, se apoyan, se hipotecan en la seguridad que el otro les brinda, se toleran con prudencia, afecto, cariño, ternura, impotencia ante la fuerza del otro que los domina... pero se han aceptado como son y así esperan el final con certezas e incertidumbres.
Un hombre y una mujer en pareja no son sólo diferentes sino que se complementan. Juntos son casi poderosos, dueños de la vida, artesanos de la supervivencia, de su placer y del necesario calor afectivo sin el cual el humano languidece.
Pero al final, cuando han soportado los embates del tiempo y le han dado vida a las cuatro estaciones del amor y los inviernos con otoños crudos los han curtido en las estepas del silencio, el dolor, la frialdad... con todo eso terminan por parecerse, se toman de la mano para injertarse seguridad... como si el uno necesitara tanto del otro que avanzaran hacia unos terrenos donde se puede exclamar: ¡El uno es el otro! Al escribir este artículo seguiré éste orden:
1. El uno ES el otro
2. El uno Y el otro
3. El uno CON el otro
4. El uno CONTRA el otro
5. El uno SIN el otro
6. El uno DENTRO del otro
7. El uno PARA el otro
8. El uno ES el otro
NOTA: 4 1/2 Cuando el uno YA NO ES el otro.
EL UNO Y EL OTRO.
Aquí comienza todo esto de vivir en pareja. Son uno y otro. Dos diferentes que un día se encuentran en un cine, en una fiesta, en una reunión, en la universidad, alguien los presenta ó simplemente se acercan por vecindad... a veces crecen juntos ó se encuentran en azar furtivo. Lo cierto es que cada pareja tiene una historia especial del encuentro primero.
Son uno y otro... con historia de infancia propia, diferente. Cada uno llega a donde el otro con una historia de amor marcada. La piel del uno y del otro llega señalada por caricias infantiles positivas de las figuras paternales. Algunos llegan con cicatrices violentas ocurridas por intentos ó violaciones, por traumas iniciales, por dolores emocionales de diversos tipos. Otros llegan con mapas afectivos ya estrenados por otros recuerdos, teñidos por otras experiencias, alambradas que enredan la historia emocional del uno y del otro.
El uno llega a donde el otro con un cerebro emocional marcado por las huellas que le dejó el pasado, “recuerda” su cerebro antiguo y se emociona regresivamente a épocas infantiles donde lo importante era el placer... salta el EROS que es la enorme emoción de vivir y compartir la vida, el cerebro se llena de endorfinas y encefalinas que aumentan la sensación de seguridad, afecto, ternura... Se genera un amor romántico y protector... casi “maternal por el otro”. Aparecen los narcóticos naturales que crean cambios biológicos excelentes y extraños. El cuerpo del otro es un “lugar extranjero” pero cercano... el cuerpo del otro es diferente pero cómplice. El cuerpo del otro se ofrece a la exploración y los ojos mutuos se sorprenden. El uno se asombra y el otro se abre más. El uno y el otro que avanzan en el encuentro.
EL UNO CON EL OTRO.
En ese punto de encuentro donde el uno descubre al otro, como igual pero diferente comienza un camino donde el uno y el otro aprenden a estar y a compartir juntos. Ese recorrido con el otro a veces es fácil pero casi siempre genera tensiones, vacíos, dificultades. Volveremos sobre eso más adelante. El uno con el otro. El cuerpo del uno que juega con el cuerpo del otro. Los sentidos que recorren la piel con el otro. El aprendizaje de salir de la casa propia para formar un nuevo hogar. El aprendizaje de dormir solo, a amanecer con el otro. Organizar la casa con el otro según los patrones que cada uno trae. Disfrutar el tiempo con el otro. Aprender a estar con el otro aunque no estén en el mismo sitio. Avisar y llamarse con un profundo sentido por el vacío del otro. Pasar de estar por ratos a tener que convivir 24 horas del día, las 52 semanas del año. Estar maduramente con el otro comporta consensos y determinaciones de compartir tiempos conjuntos, disfrutar ó sufrir espacios mutuamente. Aprender a aburrirse y acompañarse en una serie de operaciones y rutinas cotidianas, desgastantes que también conlleva la vida. Comprender que se crece con otro, con otros...
EL UNO CONTRA EL OTRO.
Con el tiempo aparecen las dificultades que genera las luchas por el poder... evidenciados por cuatro verbos que asaltan la vida en pareja y familia. Esos verbos agrietan la convivencia humana arrastrando en cada núcleo familiar consecuencias desastrosas, mayúsculas muchas veces. Los 4 verbos son PODER, VALER, TENER, SABER...
Cuando se abusa del poder hay opresión, cuando se abusa del valer hay humillación, cuando se abusa del tener hay acaparamiento, y cuando se abusa del saber hay manipulación de la ignorancia del otro. Cuando la relación se agrieta llega un momento en que es preferible quedarse el uno sin el otro. Pero, si la convivencia fue realizándose por medio de estos canales normales de maduración el uno y el otro, el uno con el otro, esto desemboca en el uno dentro del otro.
EL UNO DENTRO DEL OTRO.
Los dos cuerpos que se encuentran sienten en la profundidad de sus deseos la necesidad urgente de meterse uno dentro del otro, de estar uno dentro del otro, de intentar ser uno sabiéndose dos distintos y percibiéndose diferentes.
El uno dentro del otro es intentar regresar a la vida simbiótica ya no con la madre sino con el otro escogido, con el otro decidido afectivamente para caminar la vida en compañía. Estar uno dentro del otro significa por un momento un abrazo eterno para ganarle a la carencia de la vida, a la vulnerabilidad y al tiempo finito que pasa y satura, que pasa y separa, que pasa y se va. Experimentarse dentro del otro significa ir descubriendo que: o los dos se descentran de sí mismos en el hijo, o que el uno se descentra hacia el otro... de todos modos es empezar a captar que la vida tiene sentido cuando se vuelca en función del otro.
EL UNO PARA EL OTRO.
Descubrir la función de ser para el otro es apuntar al proceso de maduración de todo hombre y mujer en el mundo. Porque no somos para si mismos, sino que estamos referenciados para los demás. Es saliendo de sí mismos como cada uno encuentra la verdadera identidad.
Cuando nacimos ya el mundo estaba hecho, por lo tanto la captación fundamental es tomar conciencia de que muchas otras personas antes de morirse ayudaron a construirlo. Esos que murieron de alguna manera se gastaron para los otros. Esos que se fueron de muchas maneras se abrieron a construir el mundo. Por lo tanto esa captación, inicial debe abrir en nosotros la posibilidad de ser igual de responsables a aquellos que se comprometieron con el mundo. Y la manera concreta como cada uno se compromete con la vida, con la historia, es haciendo algo por los otros, para los demás... jugándose la vida para el otro.
EL UNO ES EL OTRO.
Cuando uno ha encontrado al otro como punto de referencia para gastar la vida en función de él... se empiezan a crear unas dinámicas tanto internas como exteriores en las cuales siendo cada uno sí mismo, se genera un movimiento para parecerse el uno al otro. Guardando la individualidad de cada uno, se despiertan unas referencias que desembocan con el paso de los años a descubrirse mutuamente que el uno es bastante parecido al otro, que cada uno tiene su propia vida pero que la existencia singular depende de la existencia en el otro. Esta conclusión existencial termina por afirmar que de alguna manera e incluso de varias formas EL UNO ES EL OTRO.
NOTA: El “Cuatro y medio” anunciado en el índice apunta a lo siguiente: Cuando la vida evolutiva de complementarse en pareja tuvo la dificultad del fracaso y la angustia de la frustración... y comenzaron siendo el uno y el otro, el uno con el otro, pero luego tomaron por el tobogán contra el otro y sin el otro... eso significa que ya no pueden ser “el uno es el otro”.... entonces viene la pregunta: ¿Para que Intentar SER UNO si ya ni siquiera SOMOS DOS... E incluso SOMOS TRES? y ya hay un triángulo, que impide irreversiblemente continuar el proceso de un encuentro adulto... Esto significa que las condiciones disfuncionales de la vida, ya no permiten que EL UNO SEA EL OTRO. Aparece entonces incluso con amargura la frustración de tener que exclamar: ¡CUANDO EL UNO YA NO ES EL OTRO... CUANDO EL UNO YA NO PUEDE SER EL OTRO... cuando incluso de una manera mas violenta, la dispersión del uno es tan fuerte que ya ni siquiera el uno es el uno y los limites del otro ya se borraron. (Cuando ya, mi YO ni siquiera se parece a mí mismo y no sé quien soy).
EL UNO SIN EL OTRO.
Cuando la vida ya es insostenible como relación de pareja y el maltrato o la indiferencia han desgastado la relación ocurre que el uno se queda sin el otro. La separación, el abandono, y la pérdida incluso de toda relación terminan por generar una nueva forma de vivir el uno al margen del otro.
6. EL CONCEPTO DE AMOR.
Hay dos clases de amor el natural y el simbólico. El natural lo expresan los animales, está impreso en el instinto. Brota por necesidad de apareamiento y una vez terminado la necesidad hay despedida.
En cambio el amor simbólico tiene tres movimientos: A) Se genera un vacío o carencia. B) Se piensa en una persona que se cree puede llenar el vacío. C) Entre el vacío y la persona que llena, tiene que haber una demanda o un lenguaje que pida.
Voy a poner un ejemplo: Si mi piel tiene un vacío de beso o de abrazo, pienso en alguien que pueda llenar mi necesidad. Pero para que la persona pueda satisfacer mi necesidad yo tengo que explicitarle con un lenguaje apropiado, avisarle que necesito un beso o un abrazo.
De modo que para llenar mi vacío necesito un alguien y para que ese alguien me recompense, necesito recurrir a un lenguaje, a una petición. Pero significar la demanda con un lenguaje apropiado, no necesariamente satisface mi necesidad. Porque el otro tiene la libertad de decirme SI o de decirme NO.
Si me dice SI y yo quedo contento con su respuesta, por lo general mi vacío se aumenta y quiero más satisfacción en CALIDAD y CANTIDAD. Si me dice NO por lo general el vacío se aumenta, me bloquea el sujeto de amor, pero puedo corregir mejor mi lenguaje, para poder conseguir el significante de mi deseo.
De modo que mi necesidad de ser llenado pasa por una demanda de petición, que logre mi deseo y por lo tanto satisfacer mi carencia. Si con estos tres movimientos no logro llenarme, es porque puede haber fallado alguno de los pasos: O no me llena nada ni nadie, o el sujeto al que me dirijo para que me llene, no es el adecuado, o el lenguaje con el cual demandé mi petición, no fue comprendido de una manera real. O es un egoísta que no quiere satisfacerme, o simplemente no quiere.
7. LA ARQUEOLOGIA DEL AMOR.
Todo niño que nace viene al mundo en estado de incompletez. Solo en la vida uterina hubo vida simbiótica (Madre e Hijo eran uno) pero al nacer y ser cortado el cordón umbilical Madre e Hijo quedaron separados, por lo tanto es desde ese momento que se inaugura el estado de incompletez, de vacío y de carencia.
Por eso todo niño necesita ser amado desde el embarazo. La historia de amor de todo hijo, es simplemente repetir la relación del primer amor con su mamá, de tal manera que como se haya vivido en la infancia la relación madre e hijo se repetirá en la relación de pareja.
8. LA VIVIENCIA DEL AMOR.
Culturalmente hemos organizado por esquemas educativos que todo niño se relaciona con su mamá como objeto de deseo y se relaciona con su papá como un sujeto de identidad para copiar.
Y la niña proyecta una relación con su madre como sujeto de identidad pero con su padre como un objeto de deseo. Esta dinámica cruzada nos provoca una descompensación entre la oferta y la demanda. De ahí que muchos seres humanos tengan dificultad en la relación o porque son demasiado demandantes, o porque ofrecen mucho o por el contrario no demandan nada y son incapaces de ofrecer. O se relacionan como secantes que exigen demasiado o simplemente no manifiestan ningún tipo de necesidad o interés. Todo esto se da como resultado de las imágenes materna y paterna en la configuración del propio YO PERSONAL y según sea el grado de PRESENCIA O AUSENCIA que se genere, en los primeros estadios de la infancia.
9. LOS DIEZ LENGUAJES.
La vida consiste en pasar de ser un objeto receptor de amor y de afecto a un sujeto capaz de amar. La vida consiste en pasar de un niño biológico a un adulto creador de lenguajes.
Un niño acariciado, estimulado, invitado a vivir y que poco a poco se descubre como hombre o mujer en el mundo rodeado de otros empieza a vislumbrar nueve formas de expresión que le ayudan a configurarse cada vez mas como persona.
LENGUAJE AFECTIVO.
Desde el momento mismo de la gestación el niño debe comenzar a percibir que está tejido por los hilos afectivos tanto de su madre como de su padre. Es un lenguaje intrauterino transmitido al niño a través de los dos padres embarazados mutuamente gracias a la estimulación, al afecto y al grado de preparación emocional con él cual esperan los nueve meses del nacimiento.
LENGUAJE SEXUADO.
Se inaugura en el momento mismo del nacimiento cuando el niño aparece a la vida y va a descubrir la realidad o con ojos masculinos o con ojos femeninos según su condición sexuada. A partir de allí la sociedad lo inscribirá y lo educará según su nombre e identidad propias.
LENGUAJE GENITAL.
En los cuatro primero años y a través de tres fases cada uno de nosotros fue formando el descubrimiento de la corporalidad entorno al placer y displacer, a la presencia y a la ausencia y a los grados de identidad proporcionados por nuestras figuras parentales, por los estímulos externos y por las motivaciones educativas. Con la Etapa Oral formamos la capacidad de RECIBIR. El seno y la leche materna nos fueron introducidos, por lo tanto fuimos receptores. En la Etapa Anal aprendimos a dar. Y en la fase Fálica des cubrimos que la vida es COMPLEMENTARIA, que nuestro cuerpo es completado por la otra forma sexuada y que vivir auténticamente se consigue en la medida que seamos capaces de COMPARTIR CON ESE OTRO, que es un igual a nosotros pero diferente. Sin embargo necesitaremos las etapas de la adolescencia con sus tres fases de desarrollo para poder organizar nuestra corporeidad en el lenguaje genital apoyado por los lenguajes sexuado y afectivo de una manera más adecuada para responder a la autonomía responsable e interdependiente que debemos ejercer en nuestra vida.
LENGUAJE RACIONAL.
Todo ser humano necesita escuchar de los otros la profundidad de una frase que a todos nos conmueve: ¡TE QUIERO. La frase TE QUIERO es fundamental para alimentarnos afectivamente. La falta de esta frase y este sentimiento es la causante de que haya tanto “desnutrido de amor”.
LENGUAJE POETICO.
Tenemos que aprender a decirnos frases agradables y armónicas. Debemos convidar al otro al lenguaje pictórico, al diseño sutil, a la acuarela tenue y a la figura en colores. Todos necesitamos ser comparados con las realidades naturales que nos conviden a soñar y a vivir. Poder expresarnos con rasgos y con trazos que nos comparen y que nos saquen de las realidades cercanas a otras más lejanas y posibles. Todo esto es el lenguaje poético que debemos aprender a dibujar en el oído del otro.
EL LENGUAJE SIMBOLICO.
Es el idioma personal. Es la expresión íntima. La fuerza interior que llama, señala, evoca, provoca, juega y sorprende. Es la voz mágica que todo lo vuelve sueño y lo convierte en realidad al mismo tiempo. Es la palabra fuerza que sobrepasa la dramática de vivir. Es la frontera donde no hay línea divisoria y cada uno se le olvida donde empieza el uno y donde termina el otro. Es el diccionario que usan los dos para interpretar la vida que acontece alrededor, donde las palabras y los giros solo los entienden ellos dos. La simbólica es ese mundo infantil que diseñan los adultos para expresar aspectos de la vida que lo racional no alcanza a contarlo.
LENGUAJE DEL TIEMPO.
El tiempo no existe pero cuando uno quiere se lo inventa para poder encontrarse con la persona que uno ama. Precisamente porque no existe hay que inventarlo, hay que darle vida en ratos concretos y en espacios apropiados. Cuando uno ya no quiere al otro ya no tiene tiempo y saca disculpas para evitarlo. Uno es adulto cuando le dedica tiempos y espacios a la persona que quiere.
EL LENGUAJE DEL AMOR.
El amor tampoco existe pero basta que dos personas se quieran para que ellos lo sientan, lo diseñen, lo disfruten y el afecto lo multipliquen juntos. Cuando dos personas se quieren siempre hay complicidad para estar juntos. Cuando esas dos personas ya no se quieren siempre habrá silencio, malos entendidos, indiferencias y ya no hay afecto para el otro.
EL LENGUAJE EROTICO.
No hay palabra más bella “que una palabra bestial” pronunciada en el oído de la persona que se quiere y cuando la persona que se quiere desea escuchar “esa brutalidad maliciosa” del mensaje que excita.
No hay palabra más pasional “que un gesto pícaro” enunciado en la piel de la persona que se quiere y cuando la persona que se quiere desea sentir la fuerza que lo excita, y que lo convida a la alegría de vivir, a la alegría de sentir, a la alegría de crecer, a la alegría de entregarse y a la alegría de sumergirse dentro del otro.
EL LENGUAJE DEL HUMOR.
Es síntoma de inteligencia reirse. Es síntoma de bondad sonreir. El lenguaje del humor no solo es fundamental en el desarrollo emocional, sino que es un trampolín afectivo y contagioso para compartir con la persona que se quiere: reir y sonreir, incluso burlarse del otro, de los otros, de la vida y de sí mismo, es medida fundamental de madurez. De manera que cuando uno está con la persona que se quiere; sonreir, distensionarse, desestresarse, son una manera de compartir las dificultades de la vida y al mismo tiempo de superar los conflictos como pareja o como amigos y amantes. Las dificultades que la vida dibuja es quizá en la cama y en el compartir los secretos juntos, donde mejor le ganamos a los conflictos y hacemos el propósito de vencer los problemas que la vida nos depara. De modo que cuando vamos a la cama no podemos ir con el rostro agrio y comportamiento tenso porque la vivencia afectiva sexuada y genital son el oasis fundamental donde tomamos fuerza para la vida y eso se hace con buen humor.
10. ANTROPOLOGÍA CRISTIANA DE LA CORPOREIDAD.
El hombre no es solamente un ser biológico, ni solamente un animal inteligente sino que en él se da un componente más, por pura gratuidad de Dios y es que el HOMBRE Y LA MUJER están llamados a ser IMAGEN Y SEMEJANZA DE AQUEL QUE LOS CREO.
Quizás se tenga la idea de una creación del hombre como de una acción puntual, de parte del Creador que sucediera en la época más remota de nuestra historia, en un lugar preciso de nuestro planeta y según la cual, esa creación sucedió de una vez por todas. Sin embargo aquí la pregunta no es cuándo, ni cómo Dios nos creó sino que apunto a algo más preciso: COMO NOS ESTA CREANDO DIOS, A CADA UNO EN TODO MOMENTO.
La acción salvadora es lo mismo que la acción creadora. Crear a alguien, es salvarlo, es volverlo a hacer de nuevo. De modo que la acción creadora de Dios, es una acción continua, es una acción transformadora que se desata desde el interior mismo de cada uno y que va creciendo en medio de la dialéctica con la cual está ensamblada la vida. De un lado, el hombre es una partícula del cosmos cuya constitución corpórea es enteramente semejante a todo el resto del universo: es mineral y biológico como las plantas y los animales, con tendencias, instintos y memorias comunes a todo el Cosmos, pero por otra parte el HOMBRE-MUJER es además una partícula con capacidad de repliegue sobre sí misma, con capacidad de CONCIENCIA. Allí en la conciencia es donde todo hombre debe captar que Dios lo crea en cada instante viviendo dentro de él, HABITANDO en el interior mismo de cada uno. SATURANDOLO desde el corazón mismo para imprimirle y comunicarle la misma fuerza creadora de Dios y para que tomando conciencia de su capacidad creadora, como hombre se especialice en ser un CO-CREADOR del universo que aun no está terminado.
Lo propio del ser de Dios, tal como lo percibimos los seres humanos, por experiencia de la continua acción creadora de Dios en nosotros mismos, hace que al habitar Dios en nuestro interior, cada uno sea capaz de volver a salir de si mismo, para CREAR, para SERVIR, para ENTREGARSE y para GASTARSE por los hermanos, haciendo lo mismo de Dios en los demás.
Crear al hombre es SACARLO, como si se tratase de una materia prima, de ese cosmos que lo domina con sus tendencias, que lo hacen girar sobre sí mismo, en una búsqueda desesperada de sus propios intereses. Crear al hombre, crear al otro, es ayudarlo a liberarse, para que deje de comportarse egoístamente y sea capaz de abrirse al proceder de Dios, un proceder que consiste en crear, construir y diseñar un mundo donde la vida sea posible para todos.
Ser creador de los otros consiste en convidar a los demás a que sean capaces de dejar la codicia generalizada, el repliegue cobre sí mismos, la búsqueda desesperada de sus propios intereses, la preocupación egoísta por el poder, el valer, el tener y el saber en perjuicio de sus demás hermanos. Ser creador de los otros es convidarlos a que dejen la individualidad egoísta y encerrada para vivir una continua personalización, creando acciones comprometida con los hermanos que más creación necesitan y dejando el mundo mejor de lo que cada uno lo encontró.
Comprometerse en la creación de un CUERPO consiste en tomar conciencia de la HABITACION DE DIOS EN MI de tal manera que esa saturación me va cambiando, las esclavitudes incompatibles con la creación... para que la soberanía de Dios domine mi creación y cada día yo sea más IMAGEN Y SEMEJANZA de Dios en mi; todo este movimiento lo van captando los demás con mis PALABRAS Y ACCIONES, con mis ACTOS DE HABLA coherentes, por lo tanto yo empiezo a ser UN SACRAMENTO PARA EL OTRO.
Agosto 27 de 1. 999
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