Muchos días son tenaces, no hay ánimo, el tiempo asola, la falta de aire azota, el cerebro está preocupado, el cuerpo duele. ¿Qué hacer?
La ORACION, no la deje. Es síntoma de fidelidad, de seriedad, de compromiso con usted y con el Señor Jesús.
No interesa si está o no de buen humor, de ánimo disponible. Ahí, prima la actitud de vigilancia, de generosidad, de vitalidad, aunque los síntomas de la vida estén frágiles.
Experimente en ese estado de desolación cómo reacciona. A Jesús le pasó eso mismo en el huerto de los olivos la tarde-noche antes de la pasión…cuando sudó sangre y comió tierra. Y se limitó a repetir: Señor no se haga mi voluntad sino la tuya. Mi alma está triste, hasta la muerte. Y los encontró durmiendo, a sus discípulos que no pudieron velar y acompañarlo. Marcos 14, 32-42.
Ese desanimo temporal tiene que ver con un estado primario del cuerpo que entra en SEPARATIDAD, un estado doloroso de separación de la vida. Como que todo está muriendo, como que nada sabe a nada, como que la vida pierde el sentido.
La Separatidad es un sentimiento de abandono, de soledad, de incapacidad de asumir la vida, un rato largo de pesadez y oscuridad. Pero la tentación inicial es de huida, de buscar sustitutos, de conseguir otros distractores que llenen… pero no se llena, nada suple el vacío interior.
La separatidad hay que enfrentarla, aceptando el dolor-vital que sentimos, con dignidad. Sintiendo la fragilidad de la vida y aceptando el momento. Leer despacio la vida de Job y todos sus sufrimientos, tentaciones, pérdidas, crisis y conflictos que padeció.
La separatidad es un estado de vacío, de soledad que nos invade a todos y no sabemos qué hacer.
Pero nos desbocamos a cometer errores. Manejamos rápido y sin cuidado, bebemos, fumamos, nos acompañamos de drogas y malos amigos. Cometemos muchos errores económicos. Tomamos mal las determinaciones. Nos inundamos de fiesta y licor, de música y alboroto. Nos intoxicamos del mundo de afuera y se nos va la mano. Perdemos el control y la embarramos. Nos llenamos de ruidos y no hay cordura ni equilibrio.
Es ante todo un momento de descontrol que nos aturde.
Leer, escribir, dibujar los momentos de tormenta. Esperar a que pase el dolor-vacío. Comparar los dos estadios o momentos. Saber de la diferencia corporal en cada estado. ¿Analizar cómo me comporto en los momentos de noche oscura y desolación?
Escriba una poesía con su tormenta y dolor. Escriba su dolor, su soledad en cualquier forma poesía, poema, narración, canción, teatro, dialogo, monologo, sentimientos, palabras groseras, tristeza rota.
Exprese su rabia, tristeza, dolor, miedo, ansiedad, desilusión, frustración, fracaso, desanimo, sin-sentido, aburrimiento, desazón, humillación de la vida. Eso es ORACION, eso asimilado a la vida de Jesus, es importante, aunque no lo crea.
Tome nota de estos días horribles y piense como serán tantos infiernos de millones de gentes por toda la geografía del mundo y sienta compasión por aquellos que sufren mas la vida, que usted. No es consuelo barato, es sensibilidad humana.
En algún lenguaje castizo, es la MALPARIDEZ de vivir, la sentimos a cada rato, no se preocupe haga oración, eleve su pensamiento, no tome decisiones definitivas. Aprenda a soportar la tristeza, el dolor, la presión, la tristeza, el fracaso, la frustración, la rabia, el desengaño de vivir.
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