Entrar en oración posee muchas dificultades, nos falta concentración, hay desgano, tenemos un campo abierto por el cerebro para justificar que es perder tiempo y es mas importante la acción, que la reflexión.
Vivimos demasiado dispersos, nos cuesta entrar en nuestro propio interior, nos falta voluntad de poder, postergamos para otro día y otras circunstancias mas favorables. Todas las alternativas para entrar en “recreos” de todo lo que tenemos que hacer….menos tomar el tiempo para ORAR.
Dejemos para otro día, cuando haya mejores vientos. Busquemos alguna oportunidad, pero no hacemos lo debido que es CREAR el rato de oración.
En la vida todo es motivo de oración: la salud, la enfermedad, un impase, algún percance, una solución no encontrada a tiempo, un altercado con alguien, una visita, un descubrimiento, una alegría, un sufrimiento, un problema presentado de improviso. Todo es motivo para orar si quiero. Orar no es para pedir nada, es para entrar en mi interior y abrir la conciencia personal.
La clave de crecer está en abrir la conciencia. Lo que pasa es que el problema fundamental está en la lucha contra el mal-espíritu, o fuerza del mal, que no deja, que no le interesa que tomemos un tiempo de ORACION. Porque, ante todo, el mal-espíritu nos hace trampas y nos quita las fuerzas y el tiempo.
La Fe, es una experiencia transmitida, por lo tanto, llegamos a la fe, por imposición y es alimentada por catequistas, abuelos, ejemplos familiares, profesores, libros, películas, experiencias, sensaciones religiosas, momentos difíciles en familia, manifestaciones de Dios, testimonios de grandeza de nuestros padres con la responsabilidad y la superación de problemas, con los aprendizajes de rezar y llamados a Dios en los momentos intensos.
Todos estos mecanismos son ante todo para preparar que la Fe, es una dinámica personal, profunda y seria para encontrar a Dios en nuestro corazón.
Y este encuentro se hace con silencio, diálogo, emoción y compromiso para hacer cosas. Dios es un eterno insistente, que siempre llama hasta que yo abra y me comunique.
Hay que recordar a toda hora que EL, siempre quiere transmitirnos la vida, pero el maligno está empeñado en lo contrario, por eso pone tanta traba para que usted y yo no saquemos el tiempo de oración y nos entremos a nuestra conciencia personal.
Hay una especie de “cáncer” generado por el maligno, para que nos invada de disculpas y ocupaciones, de preocupaciones y desánimos con tal de no hacer oración, de distracciones y trampas mentales y emocionales con tal de no tener tiempo para orar y nos apura con el cansancio y la pereza, con la fatiga y las preocupaciones por resolver.
El maligno, nos acecha a toda hora, y en todos los espacios; para que no hagamos silencio y cuando estamos solos nos invade y atormenta con ideas, pensamientos, dolores, recuerdos, imaginaciones y distractores de todo tipo. Todo es para que usted y yo no entremos en el interior de la conciencia que es lo mas importante de vivir creativamente.
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