Juan Bautista proponía a partir de su vida austera, rígida, con mucho sacrificio una forma de desarrollar la espiritualidad. Vivía y predicaba en el desierto, gritando CONVIERTANSE, enderecen sus caminos, pónganse en el sendero del Señor. Cambien porque ya llega el Reino de los Cielos.
Era duro consigo mismo, incluso para vestirse, usaba una piel de camello, un cinturón de cuero y comía langostas y miel. Vivía como pobre. Bautizaba en cualquier orilla del rio Jordán, a quien lo buscara y necesitara de sus servicios como buen maestro judío.
Quien quisiera ser bautizado necesitaba convertir su corazón y nacer del Espíritu, vivir en gracia.
A los que iban a su discurso les decía víboras, si siguen así errados del camino, el hacha los cortará. Yo los bautizo con agua, pero OTRO los bautizará en el Espíritu Santo. Y amenazaba que unos serían cortados como trigo para ir algunos, al granero y otros a las brasas. Todo esto está escrito para describir a Juan en el capítulo 3 de Mateo 3,1-12.
Era un timonel de la predicación contra el pecado, contra la infidelidad y la maldad humana. Así va a morir en manos de Herodes, por aquella petición de la mamá y la hija y le van a cortar la cabeza y puesta en una bandeja. Mateo 14,1-12. Juan le prohibía a Herodes tener a su mujer Herodías, y a causa de ese altercado perdió la vida.
Jesús, era distinto. Era pobre pero no austero, iba a fiestas, comidas, reuniones. Comía lo que le daban. Era amplio para vivir. No predicaba con insistencias ni obsesiones. Era ante todo un ser servicial para ayudar, animar, fortalecer, generar vida.
Le importaba la persona sobre todo el enfermo, el escaso de vida, el frágil. No amenazaba, sino que invitaba a cambiar de vida, pero dentro de la bondad. Hablaba de realidades vitales: grano, semilla, pozo, agua, viento, naturaleza, camino, vino, higuera, levadura, monedas, trigo, cizaña, maleza, peces y redes, perdón y ovejas, espigas, sábado, luces y lámparas.
Hacía esta pregunta: ¿de qué le sirve al hombre ganar todo en la tierra si pierde su alma, y se le envolata la vida eterna? Su mensaje era para hacer tomar conciencia, era directo a la reflexión para que cada uno decidiera su camino.
Mostró con su experiencia que cada ser humano debe TRANSFIGURARSE, como EL, vivió esta sensación fabulosa de iluminarse. Marcos 9,2-8
Y habló en parábolas, muy cortas todas como haciendo unas relaciones de parangón entre dos realidades. Todas las 5 narradas por Mateo 13, 1-51. Y que son estas cinco: sembrador, semilla de mostaza, la cizaña, el tesoro y la perla, la red, y la levadura.
Además, propuso en su simple discurso unas PARADOJAS:
1- Lo grande es lo pequeño.
2- Los últimos son primeros.
3- Quien quiera ser grande, se debe hacer pequeño.
4- El fuerte es quien aparece débil.
5- Para salvarse hay que negarse a sí mismo.
Las paradojas son unos contrastes inteligentes para que la gente decida, elija, escoja, opte por uno de los dos caminos.
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