Lucas 7, 36-50. Es ante todo un cuadro cultural, donde una mujer arrepentida da muestras inmensas de amor por el Señor Jesús muy perdonador e indulgente.
Jesús cenaba donde un fariseo, como invitado. Llegó una mujer con un frasco de perfume y se puso a sus pies a llorar, a embalsamar el cuerpo de Jesús, muy arrepentida por su vida pasada llena de dolor y destrucción personal.
El fariseo anfitrión, se puso a juzgar, a criticar, a preguntarse cómo ESE Jesús, no es ni tan profeta…porque no sabe nada de la que lo está tocando.
Y escucha una parábola: dos deudores uno debía 500 y el otro mil. ¿A ambos les perdonó cuál está mas contento? Si a los dos les perdonó. A quien mas le perdonó mas contento estaba.
Ves esta mujer, desde que entré no ha hecho sino llorar, besar, untar de perfume mis pies…tú no has tenido ningún detalle.
Cómo es nuestra actitud ante el Señor que perdona, que nos invita al dolor por nuestras actitudes egoístas y torcidas.
Con cuál alegría nos acercamos a Dios Padre que perdona, con cuál paz nos retiramos después de sentir la salvación.
Como sería un encuentro entre Dios Indulgente y cada uno de ustedes.
Pinte un escenario natural o artificial que permita un encuentro entre su pecado, su desnivel humano y el Señor Jesús donde se aproximan el Dios de la misericordia y usted en su miseria dolorosa y destructora. Como el pozo y la samaritana, como la noche crítica de Nicodemo y se encontraron, conversaron y Nicodemo recuperó la tranquilidad.
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