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Foto del escritorEl Camino del Yak

Día 19: LOS 10 MONSTRUOS QUE NOS DESINTEGRAN.



Los seres humanos nacemos desintegrados, rotos por dentro, llenos de fisuras emocionales, ignorantes, como una cera blanda, sin ningún tipo de talla o de figura, silvestres… pero la genética, la educación, las relaciones sociales, los aprendizajes y demás aportes que nos hace el mundo externo, hacen que las Memorias Hereditarias y el A.D.N, nos hagan ver la vida con unas gafas apropiadas o descomunales que nos ayudan o dañan el caminar por la existencia.


Desde pequeños sentimos las grietas vergonzosas que nos rompen por dentro y nos hacen quedar mal por fuera.


Hay 10 monstruos groseros que tenemos depositados en nuestro interior; el mal, la injusticia, la violencia que se manifiesta con celos, envidias y venganzas, el desnivel humano que arrasa con maldades de todo tipo y es lo que propiamente es el pecado, la culpa y las leyes que nos cuesta cumplir y deseamos violar. Y terminamos con la MENTIRA.

Todo esto que desde hace 5 mil años el pueblo del desierto, los arameos captaron, sintieron, sufrieron las consecuencias y se atrevieron con una gran finura, escribir-narrar en los libros que nos dejaron; la Biblia.


Iré enumerando los 10 problemas y los convido a revisar la vida personal y familiar como para detectar cuál es el “dinosaurio” que mas nos hace quedar mal en la realidad vital.

Qué pena con Rousseau, qué tristeza con Look quienes nos advirtieron que nacíamos limpios, sanos y rectos pero que era la sociedad la que nos torcía, nos manchaba y nos marcaba según lo que recibiéramos y según esas dos tendencias éramos firmes o torcidos. “Nacemos buenos y la sociedad nos corrompe”, frase célebre de estos pensadores de antaño, que pronunció, el filósofo Rousseau.


Pero con millones de seguidores de esas propuestas filosóficas que tanto daño hacen en aras de los derechos humanos y de la famosa sentencia “del libre desarrollo de la personalidad”, sin tener en cuenta que no somos libres, así de simple, sino que tenemos unas tareas responsables por ser sociales y además debemos tener asomos de Solidaridad.


Qué lejos de la realidad existencial, nacemos con tendencia primaria a la maldad.


Parece que sí. Nacemos desnivelados y con una profunda tendencia a la destrucción y el daño. Pero no es pecado original, sino semilla de maldad.


Poco a poco con los estímulos, el ejemplo y el vencimiento personal, la gracia de Dios y las fuerzas espirituales nos vamos enderezando el rumbo para hacernos PERSONAS.


Nacemos individuo, y todo individuo es egoísta, jodido, difícil, agresivo, peleador, ladronzuelo, mentiroso, pícaro, tiende a la irresponsabilidad, le da pereza las tareas simples, desaplicado y llevado de su parecer mas terquedad que dan muestras de su desnivel humano. Como nos lo traza la psicología transpersonal tenemos la obligación y la tarea de construirnos PERSONA.


Nacemos individuos, con tendencias egoístas, pendencieras, “rivalizantes” y llenos de fisuras dolorosas que hacen la vida bastante imposible. Nacemos con tendencia a la mentira, al robo, a la transgresión de las leyes, al engaño, a la violencia y al daño.


Pero a medida que crecemos y tomamos conciencia, nos vamos construyendo y asimilando que somos Persona. Los tres verbos que nos diseñan como humanos son Recibir, Dar y Compartir. Pero en la infancia nos parece que solo “Recibir” es a lo que tenemos derecho, pero no se nos ocurre que hay deberes y por lo tanto nos tenemos que disponer a DAR y mas tarde COMPARTIR.


2.


Este pueblo del desierto que eran Arameos, a medida que se fueron relacionando encontraron que desde el interior de cada uno había unas manifestaciones groseras que hacían la vida incomoda.


Como la de nosotros en la convivencia diaria. Esas reacciones internas y que salían hacia afuera dañando el clima relacional eran:


El mal, la injusticia, la violencia que tenía tres componentes malandros: celos, envidia y venganza, luego nos asalta la culpa, el desnivel humano entre decir y hacer y el manejo de las leyes. Hasta aquí la enumeración de los monstruos o dinosaurios que no solo nos asustan cuando se manifiestan, sino que rompen la humanidad con sus efectos.


a- Tenemos una tendencia al MAL, innata, se sale fácil, en forma de chiste, lo hacemos como broma incluso, hacer la maldad nos fascina. Nos produce risa, el recordarla y contarla. Nos sube el ego, genera prepotencia.


Nos sentimos como “especiales” y nos permite contarla, para ensalzar nuestra personalidad. Otras veces nos arrincona y nos escondemos, no podemos vivir tranquilos con la actitud malandra que nos sonroja y no nos dejamos ver de nadie. Mejor vivir escondido. Huir según sea la calidad y hondura de la maldad. La tendencia al MAL, se traduce cuando sacamos 4 verbos dolorosos con los que desvalijamos a los demás: Poder-Valer-Tener-Saber. 4 Verbos de la violencia. Aplastar a los otros mandando, valer para creernos mas que los demás y de mejor calidad de vida para humillar, tener con el que nos desplumamos y sacamos en cara el dinero, nos comparamos, nos robamos, y con el saber manipulamos a los otros para no tenerlos en cuenta porque según nosotros, no saben nada. Con esos 4 verbos mal conjugados hacemos unas relaciones inhumanas y llenas de clases sociales y violencias de todo tipo.

b- La injusticia. A la vida no hay que pedirle que sea justa, no sabe de eso. Ese es un concepto humano que tenemos para poder manejar y castigar con la ley las conductas humanas.

Dios ES, no es ni justo ni injusto. La justicia es una medida que nos inventamos nosotros para vivir en la LEY.


De hecho, cuando nacimos, nacieron miles de niños con dificultades cerebrales, corporales y eso ya es injusto.


Pero esas son las leyes de la herencia que enfermamos nosotros con comportamientos poco saludables atrás y ahora causan terror. Y nosotros mismos en la familia sufrimos las consecuencias. Dios no diseña al ser humano en el útero materno. Allí se mezclan muchas coordenadas.


c- La violencia que lastima hacia afuera y nos hace sentir mal por dentro. Violencia que se manifiesta con celos, envidias y venganzas. Violencia donde cada uno reacciona como le parece en contra de los familiares-vecinos-amigos-desconocidos.


Violencia de maltratar a los demás, agresivo, peleador, “pisoteador” y malandro.


d- Y se manifiesta en Celos, inseguridad que me causan los otros, pero soy yo quien la sufre y me lastima, me ofende, siento que me invaden mi territorio emocional-instintual y quiero defender “la propiedad”. Me invento que necesito el tiempo, los espacios, los afectos y las atenciones de la “persona-que creo-mía” y me debe sus energías para mí.


e- Envidias que me sacan de quicio, que brotan de las comparaciones y las ideas bruscas de sentir estafa porque los demás tienen y yo no poseo. Creer que soy menos porque otros intuyo, son mas, tienen mas y han logrado con su esfuerzo, mucho.

f- Venganzas, todo el borbollón de deseos groseros por desquitarme con la vida por injusticias y dolores sentidos que me hacen un ser herido en la profundidad y lo que necesito para sentirme vivo es una reacción de venganza. Triple maltrato porque la siento, la pienso y la ejecuto. Y casi siempre el arrepentimiento no me deja en paz.

g- La culpa, que se manifiesta al interior sintiéndome mal por lo que hice. O culpabilizando a los otros por lo que creo que es ofensivo. Lo que no hice casi siempre tiene culpable y están esos enemigos afuera de mí.


Incluso a Dios le echamos la culpa de las injusticias con la pobreza, la enfermedad, las oportunidades, las clases sociales y la muerte. Dios no es el culpable de nada de lo que ocurra en el Mundo, El hizo la vida, lo demás corre por cuenta nuestra porque con la genética, las herencias y los malos comportamientos hacemos del mundo un teatro dividido, con hambre y violencia que son las causas de tanto dolor y tragedia. Yo ayudo a generar las injusticias con mi comportamiento egoísta, con mis actitudes ventajosas, con mis conductas malandras y con la insensibilidad con la que vivo.


h- El desnivel humano, o tendencia al “pecado”, a vivir en contravía de Dios y de mí mismo, en que decir con hacer no combinan, no coinciden. Digo algo y voy por otro lado en mis acciones. Lo que me hace un ser-incoherente y desajustado en mi interior. La antropología enumera 5 desniveles: digo y no hago, digo y hago la mitad, digo y hago lo contrario, ni digo ni hago, no digo nada, pero hago lo que me da la gana. Esto genera en mi realidad una frustración continuada que no me deja unificarme por dentro y una vida sinsentido hacia afuera. Me mantengo lesionando a otros, a quienes les incumplo y termino porque se resquebraja la confianza.

i- La ley. Llena de trampas y vericuetos que incumplo a toda hora porque no me gustan, “atajan el afán de ser libre” en mí. Porque me conducen por carrileras por los que no deseo avanzar.


Sentimos una pulsión a contravenirlas, a violarlas, a no hacerles caso. Incluso siento un placer en pasarlas por encima. La ley está en el ser humano como carril honesto para cumplirla. Pero el egoísmo y la picardía hacen que sean burladas constantemente. Y como no me ajusto a ellas desde mi interior soy como un potro cerrero por la llanura de mis caprichos, terquedades y violencias sin dar respuestas a nada limpio. Aprendo desde muy pequeño y siento la necesidad de manipular el cumplimiento de la ley, con disculpas, con defensas egoístas, con racionalizaciones para quedar un poco mas tranquilo al contravenirlas.


Las leyes no me gustan, deseo ir como un INDOMITO, por los caminos de la vida sin avanzar por los senderos de la ley.


J- Y por último el problema de la MENTIRA. Que esto todo el enredo con la ruptura interna que nos hace mentir, disfrazar la verdad, acusar a los otros porque no reconocemos la transparencia con la que debemos enfrentar la realidad, siendo honestos, limpios. La mentira es como un habitante interior que nos empuja a defendernos, a quedar bien, a no reconocer la maldad, a manchar nuestra conciencia con la falsedad. La mentira es otro monstruo que todo lo desfigura, lo indispone para que tapemos la realidad y la verdad. No se sabe porque mentimos, pero unos de los trasfondos son para quedar bien.


3.


Como la Biblia es una evolución de la captación que la humanidad creyente va haciendo de su desarrollo histórico, la misma comunidad de tribus en Canaán y luego en las primeras comunidades cristianas unos años después de la muerte de Jesús. Estos dos grupos aprendieron a releer los textos bíblicos, la historia de la salvación, su propia vida de esclavitud-liberación-caminata por el desierto-aprendizaje de las leyes de convivencia y posesión de la Tierra.


Todo esto fue a partir de haber escrito los libros del Génesis, Éxodo y Deuteronomio donde escribieron el inicio de esta historia de Salvación después de haber intuido cómo pudo ser la Creación y de qué manera fabulosa pudieron escribir añadiendo las fisuras humanas: los 10 monstruos que a todos los asaltan y desde adentro nos rompen la unidad antropológica.

Porque en esos 11 capítulos iniciales del Génesis llegaron a escribir la profundidad humana del desnivel, la maldad, las dificultades con la ley, los celos, la envidia, la venganza, la injusticia, la culpa y la violencia en sus expresiones descaradas.


Esto lo narran de forma prodigiosa y plástica para que cualquiera que lea, se identifique con ese nido malandro que tenemos.


Adán y Eva que se traicionan, viven incomunicados, hacen silencio grosero, se mal-interpretan, discuten, cada uno defiende las posiciones egoístas, dependen mutuamente, pero viven como separados-alejados tomando decisiones por su cuenta. Culpándose, “tú me dijiste, tú me malinterpretaste, tú me hiciste” …frases groseras que rompen la relación humana. La “serpiente” que tienta y caen en la distorsión humana. Las palabras que inundan de violencia y excitan la rabia.


Caín que debe cuidar a su hermano Abel y lo mata, no lo entierra, lo desaparece, hay ignorancia por el otro, celos y envidias a borbotones.


La serpiente que destruye desde adentro y valiéndose de la SEDUCCION, teje una trampa y hace caer en la destrucción. Las trampas que nos hace la vida y caemos.


El diluvio como avalancha de dolores, agresiones, violencia, maldad que acaba con todo y no deja construcción en pie. Todo lo destruye, el diluvio es una crisis integral para destruir el pasado y volver a empezar. Con el diluvio se acaba una etapa y comienza otra muy diferente de reencuentro con la vida. Como cuando usted empieza de nuevo algo, un nuevo esfuerzo y un nuevo panorama para vivir.


La torre de Babel como símbolo de incomunicación, malos entendidos, silencios castigadores, agresiones malandras con las que nos destruimos en la vida de convivencia sana.


Ante todo, este panorama oscuro de pecado-maldad, Dios nos propone una ALIANZA. Alianza que significa una propuesta de REHACER el abismo humano, para sanar la herida antropológica con la que vivimos desde pequeños y nos impide leer y descubrir a Dios en nuestra condición finita, torcida, malandra y egoísta.


Para esa ALIANZA, descubrieron desde muy rápido una serie de sitios de culto, de sacrificio, de oración para encontrar a Dios. Mambré, Siquém, Tabor, Sinaí, Bethel, Bersebaá, Hebrón. En esos lugares levantaron altares para hacer la Presencia de Dios. Allí comenzaron a realizar SACRIFICIOS, ofrendar sangre a Dios, que eran conductas bastante antiguas y afortunadamente maduraron en la Fe, y cambiaron por la oración y por el sacrificio personal de vencerse a sí mismo.


Alianza es una nueva forma de renovar las relaciones con Dios. De modo que hoy en la medida que cumplamos las leyes colectivas y cada uno tome CONCIENCIA de su quehacer personal en favor de la comunidad, de la familia, de los que viven alrededor le da forma a la Alianza entre Dios y los demás.


Dios propone la Alianza, de cada uno depende la respuesta, corresponder, completar y sentir la Presencia de Dios durante la vida.


Hasta llegar al máximo que es vivir la EUCARISTIA, celebrar la vida desde el altar. Ofrecerse cada uno para servir a los otros, alrededor.


Pero no es porque Dios necesite la adoración, sino porque necesitamos soldar la rotura interior, necesitamos mantener el egoísmo a raya para que no salga a hacer daños. Necesitamos humanizarnos y para eso hay que llenarnos de la espiritualidad-trascendencia.


Nacemos llenos de individualidad grosera, y necesitamos construirnos como PERSONAS, llenas de amor, afecto, de servicio, de salir del egoísmo, de levantar una ley interior que se base en el AMOR.



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