Meditamos desde el comienzo de los Ejercicios Espirituales, que el Principio y Fundamento es como los cimientos de un edificio, que vamos a construir.
Somos una realidad compuesta, un binomio existencial, una conformación de carne y espíritu, de materia y trascendencia. Somos como un hueso con carne donde se depositan lo material y lo espiritual.
De modo que los ejercicios espirituales son una toma de conciencia profunda de nuestra realidad corporal y espiritual que debemos forjar para poder reunificar estas dos dimensiones.
Centrar nuestra vida espiritual y aunar lo material. Somos como una garza del valle blanca, pero con los pies dentro del barro de la laguneta. Distinguir la garza de su plumaje y el barro del pantano es organizar unos ejercicios con fruto. Somos las dos realidades.
Las abejas chupan las flores, y se columpian en las “materialidades” pero la clave está en procesar en los panales, la MIEL. La miel es todo el fondo espiritual, trascendente. Usted cuánto le dedica al PANAL…oración, meditación, reflexión, lectura, yoga, serenidad, servicio, atención a los demás, artes manuales, creatividad.
Vamos a contemplar un ARBOL.
Con una canción del árbol y yo…y repetir con cualquier árbol, su poesía, su música el recorrido de la vida personal e incluso de la familia. Pintar un árbol hacer como una pintura de la familia, antepasados, y hacer como por ramas a todos los tíos, primos, los recuerdos, rememorar a todos los que mas podamos, fiestas, vacaciones, muertes, accidentes, eventos. Alegrías y anécdotas familiares como resumiéndolas en un árbol.
“Mi madre y yo lo plantamos
En el límite del patio,
Donde termina la casa.
Fue mi padre quien lo trajo,
Yo tenía 5 años y el apenas una rama.
Al llegar la primavera abonamos bien la tierra
Y lo cubrimos de agua.
Con trocitos de madera
Hicimos una barrera para que no se dañara.
Mi árbol brotó, mi infancia pasó
Y hoy bajo su sombra que tanto creció,
Tenemos recuerdos mi árbol y yo.
Con el correr de los años,
Con los pantalones largos, me llegó la adolescencia
Fue a la sombra de mi árbol,
Una siesta de verano donde perdí la inocencia,
Luego fue tiempo de estudio,
Con regresos a menudo
Pero con plena conciencia
Que iniciaba un largo viaje,
Solo de ida y pasajes
me ganó la ausencia.
Mi árbol quedó y el tiempo pasó
Bajo su sombra que tanto creció,
Tenemos recuerdos mi árbol y yo.
Muchos años han pasado y por fin he regresado,
A mi terruño querido,
Y en el límite del patio, allí me estaba esperando,
Como se espera a un amigo,
Parecía sonreírme como queriendo decirme
Mira estoy lleno de nidos,
Ese árbol que plantamos
Hace cuarenta y tantos años,
Siendo yo apenas un niño,
Aquel que brotó y que el tiempo pasó,
La mitad de mi vida con él se quedó.
Hoy bajo su sombra
Que tanto creció,
Tenemos recuerdos
Mi árbol y yo.
Lo cantan diversos autores: Alberto Cortés, Marco Antonio Solís, Vicente Fernández.
Las raíces son su familia y valores que hay en ella.
El tronco, la fuerza y la autoestima que le sembraron, las ramas y hojas todos los que nacieron en ese árbol familiar…..el sol, al luz, el viento, juegue con símbolos….las hojas caídas, los jue murieron, recuérdelos con amor, procéselos en su corazon durante el día y los tiempos. Vivir agradecido.
Escuche varias veces la canción DEL ARBOL Y YO.
Y medite como su vida es un árbol.
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