Fueron los arameos de desierto, que estaban viviendo en el valle del norte, lo que experimentaron una tragedia dolorosa. Fueron “secuestrados” de su valle y conducidos a las márgenes de los ríos que conformaban el imperio Asirio Caldeo, a trabajar.
Mientras trabajaban en grupos esclavos en la limpieza de canales al sol y al agua, a los vientos y las inclemencias de las estaciones, fueron escuchando cánticos, salmodias, estribillos, todos acompañados por cítaras, cuerdas, liras y otros instrumentos musicales de esa civilización avanzada, desconocida por ellos.
Fueron asimilando estas formas de expresión como poesías interiores que les acompañaran sus dolores y fatigas, sus desesperanzas y emociones de sus tierras lejanas.
Dios hablaba en el interior de sus vidas. Dios les inspiraba oraciones sobre el sentido de la vida nueva. Dios se manifestaba de forma viva en medio de los problemas y experiencias candentes.
Trabajar con ánimo y acompañados por los cánticos y salmodias les fue diseñando un clima positivo, en medio de sus dolores esclavos, y los fueron contagiando.
Expresaron himnos de exclamación. Alabanzas a Dios por sensaciones sublimes.
Arrepentimientos dolorosos por sus actuaciones. Alegrías por encontrar a Dios.
Reconocimientos por favores y aprendizajes. Oraciones de súplicas. Otros son protestas por dolores sufridos. Muchos son groseros pidiendo venganza. Otros el anhelo porque la vida y el mundo cambien a su favor porque lo sienten incómodo y tallador.
Otros salmos invitan a Dios a ejercer su poder contra enemigos. Hay cánticos en honor de Yahvé. Oraciones para enseñar. Otros recuerdan leyes por cumplir, como mandatos que al repetir se graban en el corazón.
Hay salmos de aclamación para que Yahvé venga a cumplir sus promesas.
Los SALMOS son toda una variedad de sentimientos, emociones, oraciones y plegarias desatadas por el pueblo sufriente que llama y pide clemencia en su dolor y esclavitud.
En la vida hay dos caminos el de la obediencia y el de la rebeldía.
Los obedientes, siguen con la mirada al templo, les preocupan las gentes y crecen en su oración. Practican el culto y hacen sacrificios.
Los agresivos, llevan la contraria, son destructores y egoístas preocupados por sí mismos y malandros. Los malvados atacan a Dios son vengativos.
El CULTO les va dando una identidad como pueblo necesario para sobrevivir a las adversidades. Los cambios de conductas de todo el pueblo los va unificando como pueblo de Dios.
Salmo 1. “Dichoso el hombre que no sigue los consejos de los malandros, ni la senda de los pecadores y se complacen en la ley de Dios.”
Salmo 8. “Qué glorioso es tu Nombre por toda la tierra. Quién es el hombre, para que te acuerdes de él, y lo cuides”.?
Salmo 6. “Tenme piedad que estoy sin fuerzas. No me corrijas, ni me castigues. Estoy extenuado de gemir. Recobra mi alma por amor”.
Salmo 7. “A ti me acojo, sálvame de mis enemigos, escúchame y líbrame. Tu eres como el escudo que me cubre”.
Salmo 9. “Te doy gracias Dios por todas tus maravillas. Pero porqué Yahvé quedas lejos cuando estoy sufriendo. NO te olvides de mí que soy desdichado”.
Salmo 11. “He aquí que los impíos tensan su arco y apuntan su flecha contra los rectos de corazón.”
Salmo 13. “Hasta cuando Dios me olvidarás. Porqué ocultas de mi tu rostro. Hasta cuando tendré congojas en mi corazón.”
Salmo 15. “Quién morará en tu tienda? El que anda sin tacha y dice la verdad en su corazón y no calumnia con su lengua”.
Salmo 17. “Escucha Dios la justicia, atiende mi clamor, presta oído a mi plegaria que no soy de labios engañosos”.
Salmo 18. “Tú eres mi roca y fortaleza. Mi baluarte, mi salvador y mi refugio.
Salmo 19. “Los cielos cuentan la gloria de Dios, la obra de sus manos anuncia el firmamento. Los días comunican su mensaje y la noche transmite la noticia”. La ley de Dios es perfecta, los preceptos son rectos. Dan gozo al corazón. Que tus palabras sean gratas a mis labios y un susurro al corazón”.
Salmo 22. “¿Dios mío, porque me has abandonado? A Ti clamo y no respondes.
Salmo 23. “Tú eres mi pastor y nada me falta. El me guía por senderos de justicia y pastos verdes. Aunque vaya por valles tenebrosos no temeré.
Salmo 27. “Dios es mi luz y mi salvación. ¿A quién temeré?
Salmo 40. “Dichoso aquel que cuida al pobre y al débil”.
Salmo 50. “Por tu amor, tenme piedad. Por tu inmensa ternura borra mi delito. Lávame a fondo mi alma y de mi pecado purifícame.
Salmo 98. “Canten a Yahvé un cantico nuevo porque ha hecho en mí, maravillas”.
Salmo 116. “Cómo pagaré todo el bien que Dios ha hecho en mí. Levantaré la copa de salvación e invocaré el nombre del Señor.
Salmo 136. “Demos gracias a Dios porque es bueno, porque su amor es eterno. El solo hizo maravillas. Hizo los cielos con inteligencia. Hizo las lumbreras porque es eterno su amor. Sacó a Israel de su esclavitud porque es eterno su amor. Guio a su pueblo por el desierto. Porque su amor es eterno.
Salmo 137. “A orillas de los ríos de babilonia estábamos sentados y llorábamos acordándonos de Sion y teníamos colgadas las citaras. Allí nos pidieron que cantáramos. Cómo poder cantar en tierra extraña.
Así podemos repasar cada salmo, son todo un resumen de meditaciones en formas de canto para expresar emociones de todo tipo en medio de una tierra de esclavitud, pero la alegría de la fe, y la emoción de descubrir en medio del caos, unos ángulos positivos les animó la fe en medio del dolor. En todo lugar o memento critico hay esperanza y alegría positivas.
Los salmos son unos estribillos cantados desde el fondo del corazón, que son ante todo unas lastimaduras en la piel llena de sufrimientos. La esclavitud los hizo componer todos estos SALMOS, para ayudarse en los sufrimientos y pasar las penas en torno a la Fe.
Mayo 25 de 2.016
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