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Foto del escritorEl Camino del Yak

Cerebros, bolsillos y carteras




1.

Así como hay diferencia entre los bolsillos de un hombre y las carteras de las mujeres, así se comportan los cerebros en todas sus diferencias.


Las mujeres en sus carteras tienen todo revuelto, la cartera es una confusión de objetos y mezclas inverosímiles de todo lo que necesitan y pueden ser urgencias para solucionar mas tarde. Allí está lo de ellas, lo de los hijos, todo lo posible que se pueda necesitar para solucionar problemas de viaje y de la vida ordinaria.


El bolsillo de cada hombre está registrado para cada cosa-objeto. Aquí, va el celular, allí la billetera, éste es para las llaves y allá el pañuelo. Las manos entran al bolsillo adecuado y no tienen porqué esculcar. Aquí está esto y siempre permanecerá allí.


La mujer es emoción y todo está conectado con todo. En el hombre todo es mecánico ordenamiento y sabe dónde está cada cosa, cada objeto, es capaz de percatarse cuando se desordenó porque no lo encontró en el preciso lugar donde debía estar.


La mujer siente el estrés buscando respuestas, esto es lo que le permite hablar y hablar para llamar la atención y ser escuchada…y si nó, aumenta todos los argumentos para fortalecer el cansancio, la fatiga, el drama y poder quejarse más de la cuenta, recurrir a la manipulación, a la “extorsión afectiva” y al mecanismo de convencer al otro para poder recibir algún tipo de premio.

Toda cartera es “revolución emocional”. Los bolsillos son CONTENEDOES, perfectamente separados, organizados y mecanizados. Así son los dos cerebros: contenedores masculinos y autopista de cables todos interconectados por emociones de todo tipo a través del pasado, el presente y el futuro en la parte femenina.

2.

1. El cerebro masculino está conformado por cajas individuales que no se comunican. Cada caja funciona encerrada, no cambian información. Hay caja para los negocios, la familia, el juego, la pornografía, el crucigrama, las amistades, el dinero, el tiempo libre, la calle, la casa y el trabajo, los deportes, las ocupaciones cotidianas y las amistades. Cada una responde por un tema en sí mismo. Una sola calle en una sola vía. ¡Todo ordenado!

2. El cerebro femenino son una serie de cables interconectados que todo lo relacionan con todo. A partir de una emoción recuerdan datos, fechas, obligaciones, tareas por cumplir, dolores, miedos, alegrías, traumas, frustraciones, hechos pasados de cualquier índole, capas vegetales de todo lo ocurrido y que pudo haber sucedido…alertas y posibilidades que nunca ocurrieron pero que están ahí, para ser interferidas de cualquier manera y alterar el desarrollo de cualquier cosa, con tal de vibrar la vida a propósito de todo, porque todo en ellas se mezcla. Una “super-autopista” de emociones, recuerdos, donde todo preocupa y con intensidad obsesiva, masiva, urgente. ¡Todo revuelto!

3. Cuando estamos en la caja cualquiera, no importa nada de las otras cajas, ni mucho menos la autopista de emociones mezcladas de las mujeres.

Nada nos importa: estamos dentro de la caja. ¿Allí no entra nadie y mucho menos cuando nos preguntan qué haces, en qué piensas…?

4. Además, hay un CAJA que NO CONTIENE nada…se llama “box nothing”. La caja de la nada. Para que sepan, es nuestra favorita.

Podemos pescar todo el día y no pasa nada…estamos en la caja de la nada. No pretendas entrar, no entra nadie. Si dejáramos entrar, ya no sería la caja de la nada…si entras es INVASION. Si entras inmediatamente las llenas de flores, la decoras, invitas a otros, se te ocurre que hacen falta cosas…haces bulla, declamas, cotorreas, transmites, cuentas a otros, divulgas, piensas, se te ocurren miles de aspectos de la vida, haces planes, inventas dramas, escribes telenovelas y saturas de palabras y sentimientos todo el panorama.


¿Puedo mirar la televisión…y “no estoy haciendo nada, no estoy mirando nada, no estoy poniendo atención, estoy en la CAJA DE LA NADA, no preguntes QUE HACES, QUE MIRAS…? ¡NADA!


Y, además, estoy habitando la CAJA DE LA NADA…No estoy haciendo nada, sumergido en la nada y ahí estoy bien.


¿Qué puedes hacer tu? VETE, DESAPARECE en silencio.

Para nosotros los hombres, respirar sin hacer nada es una maravilla. Sí, el cerebro está muerto…” pero pronto revivirá”.

5. Las mujeres siempre están haciendo algo a alguien. Están pensando y cavilando, haciendo y transformando, hablando y alegando, diagramando y cambiando el orden de la realidad. ¡Les parece que afuera de sí misma todo funciona bien!

Siempre están sintiendo, dándole alimento al cerebro interconectado, pendiente del cerebro y todos sus cables en funcionamiento día y noche para prender las alarmas de toda la realidad que manejan, intervienen, transforman y disponen.

Les irrita que cada hombre esté encerrado en la caja de la nada…allí no pueda intervenir, ni molestar, ni preguntar, ni cambiar la realidad.

6. Las mujeres manejan la realidad del estrés HABLANDO. Tienen que salir a contar-hablar-comunicar-buscar-regar el problema, la dificultad, la tensión. Es hablando que encuentran la solución.

7. Los hombres cuando tenemos un problema recurrimos a la caja de la nada. Nos entramos a la CUEVA. Allí en ese refugio encontramos la solución sin hablar con nadie. Incluso jugando golf, en la concentración de la caja de la nada, aparece lo que necesitamos. Es hablando de cualquier cosa que viene al cerebro # cinco, el FRONTAL, la solución, la respuesta, la aparición fortuita al problema. ¡Muchas veces haciendo nada se nos ocurre lo que necesitamos! Podemos sacar de la NADA, el TODO de la solución.

8. El cerebro femenino si no habla explota. Ella quiere ser escuchada, no más. No le des soluciones.


9. Ella necesita interconectar todos los cables del cerebro…hacer saltar todas las alarmas, hasta que el automático de su red emocional, busca y encuentra qué hacer con el alboroto-cerebral en incendio o del peligro máximo, en el que está atollada.


Marzo 14 de 2.010 (Reflexiones a partir de un video cerebral, de Mark Gungor.)

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