“Todo pasa y todo queda,
Pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo camino,
caminos sobre el mar.
Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria,
de los hombres mi canción.
yo amo los mundos sutiles
ingrávidos y gentiles
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
sabiamente y quebrarse.
Nunca perseguí la gloria.
caminante, son tus huellas
el camino y nada mas;
caminante, no hay camino
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás,
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino,
sino estelas en el mar…
hace algún tiempo en ese lugar,
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar.
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Golpe a golpe,
verso a verso…
murió el poeta lejos del hogar,
le cubre el polvo de un país vecino,
Al alejarse le vieron llorar,
Caminante no hay camino,
se hace camino al andar.
golpe a golpe, verso a verso…
Cuando el jilguero no puede cantar,
cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar;
Caminante no hay camino,
se hace camino al andar.
golpe a golpe, verso a verso…”
EL TANGO CAMINITO, cantado por Carlos Gardel.
Que le funcione en su vida, que resuene en su corazón.
“Caminito que el tiempo ha borrado,
que juntos un día nos viste pasar
he venido por última vez
he venido a contarte mi mal.
Caminito que entonces estabas
bordeado de trébol y juncos en flor,
una sombra ya pronto serás
una sombra lo mismo que yo.
Desde que se fue
triste vivo yo
caminito amigo
yo también me voy.
Desde que se fue
nunca mas volvió
seguiré sus pasos
caminito adiós.
Caminito que todas las tardes
feliz recorría cantando mi amor
no le digas si vuelve a pasar
que mi llanto, tu suelo regó.
Caminito cubierto de cardos
la mano del tiempo su huella borró
yo a tu lado quisiera caer
y que el tiempo nos mate a los dos.
Desde que se fue
triste vivo yo
caminito amigo
yo también me voy.
Desde que se fue
nunca mas volvió
seguiré sus pasos
caminito adiós.
Escriba su dolor del camino en torno a los dolores afectivos, sus embarradas, sus desamores, sus percances afectivos. Pero no para llorar en sí, sino para PERDONAR, PERDONARSE, hacer “las pases con el camino” recorrido en la vida.
Escribir para perdonar y sentir sanación amorosa, aunque duela y sea difícil volver sobre esos pasos.
Comments