Nació el 18 de mayo de 1.872 y murió en 1.970 el 2 de febrero. Con casi 98 años fue un gran pensador moderno, huérfano de sus padres antes de los 6 años, se hizo cargo de su infancia su abuela, rígida y libre pensadora quien lo guio en sus primeros pensamientos y le fomentó la lectura desde pequeño.
Descubrió las matemáticas y quedó descrestado con la GEOMETRIA, que aplicó a sus modelos de vida desde la adolescencia. Porque le encontró que la vida era ante todo unas figuras geométricas que le generaban armonía, serenidad, paz, ética y estética.
El pensamiento creativo aumenta la DIGNIDAD, de todo ser humano. Todo acto creativo apunta a ser ético, a vivir con estética, a ser solidario con otros. La emancipación de la mente espiritual-mental va aumentando la BONDAD, y la bondad permite que no se devuelva a la decadencia para que se impulse a la FRATERNIDAD.
La vida necesita de un comportamiento CURIOSO, que impulse la vida con preguntas, con creaciones, con progreso personal, con la actitud de buscar la VERDAD.
Un proyecto de vida de Russell fue haberse dedicado a 3 cosas:
Buscar la verdad. Estar haciendo preguntas, acercarse a la realidad.
Aligerar el conocimiento humano. Le chocaba la mentira y los enredos.
La sensibilidad por el dolor ajeno. Mirar las injusticias con amor.
La vida buena está inspirada por el AMOR, y es guiada por la inteligencia. Insistir en que los humanos nos guie la RAZON, la verdad, la Coherencia, la alineación con la dinámica de la vida. Vivir con intensidad y contagiando a otros.
Como Russell, me choca la vida opaca, donde hay enredos salgo corriendo. Donde la luz no brilla, no comulgo. Donde la luz no entra, yo me salgo.
Quiso comprender el mundo tanto como CAMBIARLO, le incomodaba la realidad como estaba y le parecía que se podía cambiar por algo mas sencillo y comprensible. Su actividad estaba enmarcada en saber la verdad y darle sentido a todo lo que hacía. Le gustaba la indagación lógica y la pregunta por la verdad a toda hora. Le puso pasión a la vida y un sesgo analítico a su filosofía.
Debatió el puritanismo, el imperialismo, el patriarcalismo. Defendió la feminidad, los esquemas autoritarios, los dogmas sin ton ni son y caprichosos.
Aceptó la lucha de contrarios y asumir que, por ratos, nos anclamos en un polo y por otros lados, mostramos esos desniveles y los extremos dolorosos. Russell era controvertido y controvertible pero ahí está la grandeza de su filosofía.
Descubrió que la filosofía, la psicología, la sociología eran un campo estrecho lleno de contradicciones; la Tierra es un escenario polifónico y disonante. Era intolerante pero dedicado a la paz humana, a las relaciones afectuosas, era lobo feroz pero inquieto por la agresividad en esta Tierra.
Se casó 4 veces y solo los últimos años encontró la paz, la serenidad y la comprensión que buscó desde siempre y la única que fue armónica la vivió con Edith Finch. Todas sus relaciones fueron muy tensas y desajustadas.
En 1.943 apoyó el movimiento SIONISTA, con miras a fundar el estado judío en Palestina.
En la vida lo guio siempre el imperativo de la lógica y la claridad en todos los aspectos de la vida. Y siempre se movió con Pasión por todo lo que emprendía, con sus respectivos problemas y dificultades con los demás.
Su vida no fue modelo de nada, pero le encantaba trazar modelos de vivir mejor y aumentar la calidad de vida de los demás, era un gran motivador. En su vida como un galerón en medio del océano, sus velas navegaron con tres MASTILES, escribió de puño y letra esta constancia “POR QUE HE VIVIDO”. Por 1- las ansias por el amor. 2- la pasión por aprender. 3- la piedad por el sufrimiento humano.
Fue un buscador del amor, por todos los rincones en trance por encontrar al EXTASIS, amoroso con el Infinito. Me he preocupado por entender el corazón del hombre.
Lo he buscado por aliviar la soledad tan “mallugante e insondable”. El amor y el conocimiento de alguna manera me transportaban hacia el cielo. Quería ser místico sin preparación alguna, fuera de mis anhelos, mis visiones de la vida y mis deseos como si con ello pudiera alcanzar el cenit. Quería ser místico sin recurrir a la disciplina espiritual que se requería; solo con deseos y sueños alevosos.
Quería elevarme por encima de todo para alcanzar las EXPERIENCIAS CUMBRE, pero el dolor humano y sus miserias me devolvían a la tierra, para comprender el sufrimiento. Deseo con todas mis fuerzas eliminar el mal y las injusticias, pero no solo no puedo, sino que soy maldadoso e injusto, y eso tan bien me duele, me agrede y me humilla.
Toda vida CREATIVA está amenazada por dos miedos que la brújula señala: el miedo a la soledad y el miedo a la locura.
Lo mas difícil de la vida es saber la diferencia entre cruzar puentes y quemar otros, ¿cuáles son los de cruzar?
Fueron las matemáticas y la geometría los caminos que lo condujeron por la armonía de la vida que persiguió con mucha pasión, y los que le trazaron el sendero de ser místico, aunque no lo logro. Pero vivió en búsqueda del amor, la ética, la estética y las pasiones por conseguir comprender la Verdad científica, la Lógica del pensamiento y por último la sensibilidad por el dolor y la miseria humana, que lo conmovían.
Sintió profundamente la ESPIRITUALIDAD, que por un lado es la tendencia a salir hacia afuera, en función de las gentes, pero por otro lado estamos por el EGOISMO, con unas fuerzas a encerrarnos. La existencia del hombre es una lucha entre salir y encerrarnos.
Nuestra vida es una lucha dialéctica entre dos fuerzas: salir y servir, encerrarse y buscarse a sí mismo. Con cual motivación vive usted y cuál es su orientación vital. Así fue la vida de Russell con unas tensiones que vivió entre su personalidad.
En todo lo que hacemos combinamos las dos tendencias. Eso le pasó al filósofo. La lucha entre la mundanidad y la espiritualidad, que es buscar la Voluntad de Dios, que es salir a desparramar el servicio, la compañía, el perdón, la predicación y la alimentación.
La trascendencia es la manera que todo ser humano que sale hacia afuera, y manifiesta su Espiritualidad: el arte de salir como espíritu hacia los demás. Discernir es funcionar por el lado del Espíritu.
“Quien quiera ganar la vida, hay que perderla; sirviendo. Marcos 8,34. Si usted vino al mundo a SERVIR, es muy distinto que vino a recoger cosas y a llenarse de codicias.
15 de junio 2.020
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